Seis Roland Garros y cinco Wimbledon contemplan a Björn Borg, sin duda uno de los tenistas de referencia de la historia. Entre 1973 y 1981 se convirtió en una figura capital del deporte mundial y sólo su temprana e inesperada retirada, a los 26 años de edad, le apartó de convertirse quizás en la mejor raqueta de todos los tiempos.
Mucho se ha especulado sobre lo extradeportivo de Borg, que tras retirarse entró en una espiral de despilfarro que le llevó a la bancarrota. Ahora, su primera mujer, la controvertida cantante Loredana Bertè, ha aireado un buen número de trapos sucios del sueco.
La italiana habla en su autobiografía de la cocaína, la orgías, las armas de fuego e incluso los intentos de suicidio que presuntamente rondaron la vida de Björn Borg en los últimos años de la carrera tenística del escandinavo. La rockera incluso señala esa teórica adicción a las drogas de su exmarido como la culpable de que éste perdiese la final de Wimbledon de 1981.
"Ya al inicio de los años noventa, su obsesión por la cocaína se había vuelto irremediable -afirma Bertè-. Se había convertido en un peligro social. En Milán, Borg se bajaba en medio de la calle y le pedía droga a cualquiera que pasaba por allí. Se quería meter. No le importaba nada, ni la reputación ni las consecuencias".
La calabresa ahonda, incluso, en el lado más turbio de su expareja. "Un día, él estaba en condiciones precarias y, para evitar un escándalo, lo llevé con unos amigos transexuales -cuenta en el libro-. Y les dije que me lo cuidaran durante dos días, que pagaba todo yo, pero que se lo llevasen".
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