El combate que hoy miércoles enfrentará al español Samuel Carmona y al colombiano Yuberjen Martínez promete ser uno de los más apasionantes de la historia del boxeo olímpico. Sin apenas palmarés, los dos púgiles han llegado hasta aquí con trayectorias similares, y con un desparpajo y ganas de comerse el mundo propias de quien lo tiene todo por ganar y muy poco que perder. Ambos son las revelaciones del torneo, pero solo uno aspirará a las medallas.
El camino de Carmona hasta aquí no fue sencillo. El boxeo no es precisamente una de las aficiones más populares en el mundo 'calé', al que Samu pertenece. Hijo de gitanos, 'El Patriarca', como le apodan, nunca ha renunciado a sus orígenes, más bien todo lo contrario, ya que habitualmente cuenta con orgullo cómo acompañaba a su padre para ayudarle con su puesto de venta ambulante. Incluso si consigue medalla, Carmona lucirá junto a la rojigualda una bandera propia entregada por el Instituto de Cultura Gitana.
Un combate difícil
El camino de Carmona hasta las medallas en su categoría de 'minimosca' no será nada fácil. Ya en la ronda anterior 'El Patriarca' tuvo que enfrentarse contra el favorito, el irlandés Patrick Barnes, medalla de bronce en los dos últimos Juegos y uno de los máximos aspirantes al oro en Río. Si venciese a la revelación del torneo, Yuberjen Martínez, quien esperaría en semifinales no sería otro que el cubano Joahnys Argilagos, campeón del mundo y el otro gran aspirante al oro.
Un camino tortuoso que empieza hoy a las 16.00 con el combate frente a Martínez. En él, Samuel no solo peleará por él, por su país o por su etnia, también lo hará por recuperar el prestigio perdido de su deporte, el boxeo, a veces tan vilipendiado, y que no nos trae una medalla desde hace ya 16 años, en los Juegos Olímpicos de Sidney, cuando Rafa Lozano consiguió la medalla de plata. Hoy Lozano entrena a Carmona, y juntos están dispuestos a recuperar para España la gloria perdida del que antaño fue deporte del pueblo.
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