Recife es la capital más antigua de Brasil, país que dentro de una semana organiza el Mundial de fútbol. Conocida como “la Venecia brasileña", la página web oficial del torneo alaba sus playas sin tener en cuenta que hay un tramo considerable de costa donde está prohibido bañarse por la abundancia de tiburones.
"También destaca Recife por sus impresionantes playas de aguas cristalinas como la de Boa Viagem, uno de los arenales urbanos más famosos y con hermosos arrecifes naturales. Y a solo 70 kilómetros de Recife se encuentra ‘Porto de Galinhas’, considerada como la mejor playa del país y todo un espectáculo para la práctica del buceo", dice la web que leerán miles de turistas.
Según informa el portal uol.com, "en ningún momento se avisa del riesgo de ataques de tiburones". En la actualidad, un tramo de 20 kilómetros de costa -entre la playa de Pina de Recife y la de Paiva en Cabo de Santo Agostinho- se considera no apto para nadar precisamente por el peligro que suponen los escualos.
A lo largo de dicha costa hay decenas de carteles que prohíben también la práctica de buceo, y los bomberos están en estado de alerta en los puestos de salvavidas para avisar a los visitantes sobre los riesgos de meterse en el agua.
Desde 1992, cuando comenzaron a contabilizarse de forma oficial, se han producido 59 ataques de tiburones. Y según los datos del Comité Estatal, ha habido 24 muertes.
El último ataque fue el que sufrió una turista de São Paulo en julio de 2013. Bruna Silva Gobbi, de 18 años, murió después de ser mordida por un tiburón en la "paradisiaca" playa de Boa Viagem.
De hecho, precisamente el año pasado el Ministerio Público del estado de Pernambuco llegó a recomendar la intervención del Gobierno local de Recife en las playas.
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