La histórica superioridad de un Bayern Múnich campeón de la Bundeliga desde hace ya dos fechas generó una paradoja: parte de los rivales acusaron a Pep Guardiola de distorsionar ahora la competitividad del torneo alineando a un equipo sin ambición y plagado de suplentes.
Centrado en la Liga de Campeones europea y sin nada en juego en la Bundesliga, el técnico español reservó a casi todos sus titulares el sábado ante el Augsburgo. Su "Bayern C", como lo bautizó el diario "Bild", terminó cayendo por 1-0 y cortando un récord de 53 partidos consecutivos invicto en Liga: no perdía desde octubre de 2012.
"Por supuesto que se puede perder ante el Augsburgo", dijo el técnico del Eintracht Frankfurt, Armin Veh. "Pero cuando uno ve la alineación del Bayern... No es bueno para la Liga. No me parece bien que haya equipos que aún se juegan entrar en puestos europeos o evitar el descenso y venga otro y les regale el partido".
El mánager del Schalke, Horst Heldt, consideró que los rivales del Bayern en las cinco fechas que quedan hasta el final del torneo podrían verse favorecidos por un equipo que pasó de ser invencible a no jugarse nada en la Liga. "No es correcto actuar de un modo que traiga problemas a los demás".
Guardiola no ocultó en ningún momento que con la conquista del título dio por terminado su trabajo en la Bundesliga y se centra exclusivamente en la Liga de Campeones, donde el miércoles afronta la decisiva vuelta de cuartos de final ante el Manchester United tras empatar 1-1 en la ida.
"Nuestro trabajo en la Bundesliga ya terminó, está hecho. Tenemos el título en el museo", volvió a defenderse el sábado tras la derrota. "La Bundesliga pasó. Nuestro partido más importante es el miércoles", había advertido ya antes del partido.
El ex técnico del Barcelona sentó en el banco por eso a la mayoría de titulares, ni siquiera convocó a jugadores como Franck Ribéry, Arjen Robben y Philipp Lahm e hizo debutar desde el inicio a jóvenes talentos de las inferiores como Mitchell Weiser, Pierre-Emile Hojbjerg o Ylli Sallahi, que se estrenó en la Primera División.
El gol del Augsburgo llegó precisamente por una pérdida de balón de Weiser, pero Guardiola defendió la actuación de los debutantes. "Sería un gran error pensar que perdimos por los jugadores jóvenes. Hojbjerg y Weiser fueron los mejores en la cancha. Entrenaron mucho con nosotros y conocen nuestro juego. Los felicito".
Guardiola ya sorprendió en febrero comparando la Bundesliga con "comer pizza o hamburguesa cada día" y la Liga de Campeones "con una buena comida en un buen restaurante", si bien el curioso símil pretendía explicar que "el título más valorado es el de la Liga de Campeones, pero el más importante y difícil es el de la Bundesliga".
Su apuesta por la Champions a costa de la competitividad en la Bundesliga despertó también voces de apoyo. "Todos los equipos que ya no se juegan nada aprovechan los últimos partidos de la temporada para dar una oportunidad a jugadores de las inferiores y talentos jóvenes", escribió Martin Volkmar, comentarista de la cadena Sport1. "Lo inusual en este caso es lo pronto que el Bayern conquistó ya el título".
Al mismo tiempo, el experto apuntó que la jugada podría ser contraprudecente para Guardiola si la falta de competitividad en Liga se contagia al Bayern en otras competiciones. "Ya ocurrió a otros grandes equipos que perdieron ritmo ante partidos decisivos por culpa de las rotaciones".
El Bayern, que lleva tres partidos oficiales sin ganar, mostrará este miércoles ante el Manchester United hasta qué punto es real ese peligro. A fin de cuentas, será en duelos como ése y no en una Liga ya intrascendente donde Guardiola se juegue su prestigio.
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