El Real Madrid lo ha vuelto a hacer. Tras protagonizar una fase del k.o. cardiaca, volvió a plantarse en una final de Champions en la que no perdonó. En esta ocasión, la víctima ha sido un Borussia Dortmund en Wembley, que desmostró tanto arrojo como inefectividad de cara a puerta ante un conjunto blanco que supo aprovechar sus cartas para mandar a la lona a los alemanes de un solo golpe.
De la primera parte se puede decir que el Real Madrid se fue vivo al descanso. Porque el Borussia Dortmund contó con las mejores ocasiones de la primera mitad, poniendo en serios aprietos a Thibaut Courtois. Solo la ineficacia ofensiva de los alemanes salvó a los de Ancelotti de marcharse a vestuarios con el marcador en contra.
Primero fue Brandt, con una buena primera ocasión en el minuto 12. El centrocampista alemán disparó fuera cuando tenía un disparo franco para abrir el marcador. Después, llegó la más clara: Adeyemi aprovechó su velocidad para tirar un desmarque al límite de fuera de juego para plantarse solo delante de Courtois. Pese a que el extremo consiguió regatear al belga, no pudo con Carvajal, que recuperó muy bien la posición para salvar a su equipo.
Dos minutos después, en el 22', el Dortmund volvió a perdonar. En esta ocasión, Fullkrug estampó en el palo su disparo a puerta para después, en el 27, exigir que Courtois se estirase una vez más para mantener la portería a cero. Fueron los mejores minutos del conjunto alemán, que después rebajó la intensidad y permitió que los blancos tuviesen posesiones más largas y viviesen con más tranquilidad, aunque sin crear excesivo peligro sobre la portería defendida por Kobel.
Algo debió suceder en el vestuario madridista, porque los de Ancelotti salieron al campo con otro lustre. Más serios en defensa y con un desempeño en ataque más prominente, los blancos comenzaron a ganar terreno al Dortmund. A los pocos minutos de comenzar la segunda mitad, Kroos demostró que Kobel es un excelente portero: un lanzamiento de falta directa a la escuadra fue detenido por el suizo. A renglón seguido, Carvajal remató alto un córner, provocando cierto temor en las filas alemanas.
El Dortmund intentó aprovechar, como ya hiciera en la primera parte la velocidad de Adeyemi y Sancho, aunque en esta ocasión sin tanta efectividad. Era el Madrid quien había tomado el mando del partido y estaba dispuesto a adelantarse. Cerca estuvo Bellingham después de un pase medido de Vinícius: el inglés no llegó al balón y este se fue rozando el palo.
Pese a las ocasiones desaprovechadas, llegaría el gol: Dani Carvajal, a la salida de un córner, remató al fondo de la portería defendida por Kobel. El lateral no necesitó ser el más alto del área -de hecho, era de los más bajos con su 1,73- para cabecear a puerta y convertirse en el héroe de su equipo.
El gol fue un k.o. técnico al Dortmund. El Real Madrid, tras el tanto, terminó de soltar los nervios y se echó sobre el área del Dortmund para cerrar el partido cuanto antes. Bellingham estuvo a punto, pero su disparo se fuer rozando el palo. Después, otra falta directa de Toni Kroos exigió que Kobel se esforzase al máximo. El suizo fue el encargado de sostener a su equipo y mantenerlo vivo, ya que después sacó dos extraordinarias manos a Camavinga y Bellingham.
La insistencia del Madrid tuvo premio de nuevo. Bellingham recibió en la frontal y puso un buen pase a Vinícius, que sentenció el partido con un buen disparo cruzado. Pese a la ventaja, el Dortmund quiso vender cara la derrota: Fullkrug metió el miedo en el cuerpo al Real Madrid con un gol que fue anulado por fuera de juego. Un sobresalto final que dio paso a las sonrisas y gestos de complicidad entre los jugadores blancos, sabiéndose ya campeones de Europa.
De esta manera, la final de Wembley pone el broche final a una gran temporada del Real Madrid, en la que ha conquistado el quinto doblete Champions-Liga de su historia. Además, es la primera vez que los blancos levantan la orejona sin haber perdido un solo partido.
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