Ya queda menos de un mes para que vuelva la Champions. O, mejor dicho, ese remedo de la Liga de Campeones que se han inventado para este año. Primero se disputarán los partidos de vuelta de octavos de final todavía pendientes y luego se jugará una suerte de fase final en Lisboa. La única razón que explica este engendro es que el fútbol, este maravilloso deporte, mueve demasiado dinero como para que la competición se aplazase. Es lo que hizo la Euroliga de baloncesto, por ejemplo, con mejor tino.
Este año habrá, por tanto, una Champions agostera con sabor a pretemporada. El formato, en realidad, nos va a hermanar con nuestros amigos y vecinos europeos. Porque está claro que unos cuantos aficionados alemanes del Bayern o el Leipzig seguirán las eliminatorias desde algún camping gerundense o una playa mallorquina. Y no pocos seguidores ingleses asistirán a los encuentros en sus apartamentos de Benidorm o de Ibiza.
Todo ello, claro está, si es que los turistas se deciden a volver a este país en algún momento y siempre y cuando la epidemia de rebrotes no haga que volvamos a pasar por otro confinamiento. La duda que tengo es si se ha pensado en qué hacer con un equipo si su ciudad se confina por algún foco de coronavirus. "No importa, porque se harán pruebas exhaustivas a los jugadores", responderían los organizadores. ¿Y si dichas pruebas dieran varios positivos? ¿Se expulsa a ese equipo de la competición? ¿Y si el rebrote ocurre en Lisboa?
Lo más divertido del fanático del fútbol es que no entiende de matices. El mismo que una semana te alaba porque en tu artículo defiendes el sublime taconazo de Benzema te lincha la semana siguiente porque en tu texto hablas de ayudas arbitrales al Madrid
La verdad, más allá de hipótesis y del negocio, es que en agosto los jugadores no estarán en su mejor nivel físico. Habrá deportistas que querrán cambiar de equipo precisamente en esas fechas y que a buen seguro no querrán jugarse el físico. Puede que algunos clubes como el Barça tengan que haber despedido ya a su entrenador y estén en plena reconstrucción de su plantilla. ¿En serio esas son las condiciones para disputar la Champions? Puestos a ser originales, ¿por qué jugar esta suerte de fase final en una isla como se llegó a especular?
Se lo intentaba explicar el otro día a un amigo del Atleti, pero no entraba en razón. Lo más divertido del fanático del fútbol es que no entiende de matices ni atiende a razones. Todo es blanco o negro. No hay lugar para el entendimiento o la cooperación. En las discusiones, como en las competiciones, solo vale ganar al otro. Así, por ejemplo, el mismo que una semana te alaba porque en tu artículo defiendes el sublime taconazo de Benzema te lincha la semana siguiente porque en tu texto hablas de ayudas arbitrales al Madrid.
La realidad es que esto, se pongan como se pongan mi amigo o los hacedores de esta infamia, es una 'Champions' de chichinabo
Mi amigo del Atleti no entendía mis reparos. Pero, en el fondo, tras su argumentación subyacía que a su equipo le ha tocado el Leipzig en cuartos y cruce de semis contra PSG o Atalanta, porque los principales cocos de la competición van por el otro lado del cuadro. En fin. La realidad es que esto, se pongan como se pongan mi amigo o los hacedores de esta infamia, es una Champions de chichinabo. Aunque los que ganen no dirán eso, claro.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación