Tras el terremoto que ha supuesto en el mundo del fútbol el anuncio de la creación de la Superliga, la UEFA ha salido al paso anunciando la reforma de la Champions League con la que pretende hacer frente al deseo de los grandes clubes de Europa de crear su propia competición. Un nuevo formato que entrará en vigor a partir de la temporada 2024-2025, cuando finalice el actual contrato de televisión, y que contará como principal novedad con el aumento de los clubes participantes, que pasarán de los 32 actuales a 36.
En la práctica, esta expansión supondrá la desaparición de los ochos grupos que hasta ahora formaban la fase de grupos y que cada equipo participante juegue, al menos, diez partidos, cuatro más que los seis actuales (cinco como local y otros cinco como visitante). Cifras que, a final de temporada, se traducirán en 100 partidos en el total de la competición (el campeón pasará de jugar 13 partidos a 17 o 19, en función de su clasificación en la fase de grupos) y con las que el organismo europeo espera aumentar los ingresos.
Los equipos se ubicarán en un único grupo con los 36 participantes, un formato conocido como modelo suizo, y jugarán al menos 10 partidos. Al no enfrentarse todos contra todos, los mejores equipos (lo determinará el coeficiente) se enfrentarán a otros dos equipos de su nivel, tres del siguiente, otros tres del penúltimo y dos del grupo de los conjuntos del bombo cuatro, que en teoría serán los mas flojos.
Por tanto, no todos los conjuntos se enfrentarán entre sí y el emparejamiento podría traer consigo la polémica por la disparidad de la calidad de unos y otros rivales que puedan tocar en la distribución en cuestión de los grupos.
Los ocho primeros equipos de la liguilla se clasificarán automáticamente para la fase de eliminatorias, mientras que los equipos que queden entre el noveno y el 24º puesto competirán en una eliminatoria a doble partido para lograr su pase a los octavos de final de la competición.
Clasificación abierta
La clasificación para la Champions seguirá siendo abierta y se ganará a través del rendimiento de un equipo en las competiciones nacionales, un factor que choca con el hecho de que 15 de los 20 equipos que participarán en la Superliga tendrán plaza fija. "Es un escupitajo en la cara del fútbol y de nuestra sociedad”, ha arremetido contra la nueva competición el presidente del organismo, Aleksander Ceferin, al considerarla "separatista y cerrada" y no respetar los principio de "solidaridad, inclusión, integridad y redistribución económica".
Aún así, la UEFA también reservará ciertas plazas en su nuevo formato. Una de las adicionales se otorgará al club clasificado en tercer lugar en el campeonato de la federación que ocupe la quinta posición en el ranking de federaciones nacionales de la UEFA. Otra se otorgará a un campeón nacional, ampliando de cuatro a cinco el número de clubes que se clasifican a través de la llamada Ruta de los Campeones.
Las dos últimas plazas irán a parar a los clubes con mejor coeficiente a lo largo de los últimos cinco años que no se hayan clasificado para la fase de grupos de la Champions, pero sí para la fase de clasificación de la Champions, la Europa League o la Europa Conference League. Todos los partidos anteriores a la final seguirán jugándose entre semana, con el objetivo de "reconocer la importancia del calendario nacional de partidos en toda Europa".
También se aplicarán cambios de formato similares en la UEFA Europa League (8 partidos en la fase liga) y en la UEFA Europa Conference League (6 partidos en la fase liga). Estas dos competiciones también podrían ampliarse a un total de 36 equipos cada una en la fase liga (sujeto a nuevas conversaciones y acuerdos).
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