Las empresas chinas reafirmaron este martes su apuesta por el fútbol como destino de sus inversiones con la compra de un 13 % del accionariado del grupo propietario del club inglés Manchester City, City Football Group (CFG).
Un consorcio formado por China Media Capital (CMC) y Citic Capital (una filial del conglomerado financiero estatal Citic) pagó 400 millones de dólares (377 millones de euros) por la participación.
Con ese desembolso, el consorcio chino se posiciona en cuatro ligas distintas, ya que CFG, además del Manchester City, es dueño del New York City FC, el Melbourne City FC australiano y tiene una participación minoritaria en el Yokohama F. Marinos japonés.
Las empresas del gigante asiático contaban hasta ahora con una reducida presencia en Inglaterra, donde solo el Birmingham City de la Championship (segunda categoría del fútbol inglés) tenía un propietario chino, el hongkonés Carson Yeung.
Y es que, hasta ahora, las inversiones chinas en el fútbol exterior habían tenido hasta ahora otro destino preferente: la Liga española.
A principios de mes se escribió, con la compra del Real Club Deportivo Espanyol por la firma china Rastar Group, el último capítulo de la creciente presencia del gigante asiático en el campeonato español.
Rastar, una firma de la provincia meridional china de Cantón dedicada sobre todo a los automóviles de juguete, ha comprado el 45,1 por ciento del club barcelonés y aspira a ampliar su participación al 56 por cien, por un precio de unos 45 millones de euros, según confirmó la propia empresa.
Por esa misma cifra se produjo la primera gran entrada accionarial de China en el fútbol español, cuando el gigante inmobiliario y de entretenimiento Wanda, del magnate Wang Jianlin (el dueño del Edificio España madrileño) se hizo con un 20 por ciento del Atlético de Madrid.
Estas dos operaciones son las más destacadas de firmas chinas en el fútbol español, pero no las únicas, y llama la atención que los movimientos del capital chino en la "Liga de las Estrellas" se hayan multiplicado en 2015.
En febrero de este año, el Gobierno chino anunció un ambicioso plan para el desarrollo del fútbol en el país que implica desde mejorar el fútbol base introduciendo el deporte como asignatura en las escuelas a aumentar el dinero público y privado que mueve esta actividad, y al hilo de esto van llegando estos grandes acuerdos.
El pasado septiembre, por ejemplo, la marca china de móviles OPPO se convirtió en patrocinadora del Fútbol Club Barcelona.
Más llamativa es la publicidad de firmas chinas en las camisetas de los clubes españoles, una tendencia que ya empezó en pasadas temporadas y que este año continúa en las mangas del Atlético de Madrid (que promociona los móviles chinos Huawei) o en el pecho de las sudaderas del Rayo Vallecano y la Real Sociedad.
Estos dos clubes promocionan una misma marca china, la firma informática Qbao.com, con la peculiaridad de que en sus camisetas muestran incluso caracteres en mandarín, comprensibles sólo para los espectadores chinos.
Este patrocinio obligó por contrato a los dos clubes a jugar un amistoso de pretemporada en la ciudad oriental china de Nankín, y no sólo eso, sino que al Rayo le impuso el fichaje de un jugador chino, Zhang Chengdong, algo que no gustó al entrenador Paco Jémez.
A la Real Sociedad por el momento no parece que Qbao le haya obligado por contrato fichar jugadores, pero la firma, con contrato hasta 2020, sí que participará en la futura renovación del estadio de Anoeta.
En un nivel mucho más modesto, el empresario chino, exfutbolista y exseleccionador de ese país Xu Genbao compró en noviembre pasado el club de fútbol murciano La Hoya Lorca, que compite el grupo IV de Segunda División B, según anunció el propio ayuntamiento de esa localidad.
En un contexto de problemas económicos en muchos equipos modestos de la liga española, es comprensible que algunos acudan a una economía como la de China para buscar financiación, y en este sentido un caso paradigmático es el del Getafe.
El equipo madrileño vio la pasada temporada cómo su entrenador, el rumano Cosmin Contra, y luego su centrocampista Míchel Herrero eran fichados por el Guangzhou R&F.
Más tarde, el croata Jorge Sammir, uno de los más destacados del Getafe de principios de la pasada temporada, se fue a otro equipo chino, el Jiangsu Sainty, dejando a la plantilla mermada pero con las cuentas saneadas.
Con esta creciente interdependencia entre empresas chinas y clubes españoles, no es de extrañar una situación como la del pasado verano, en la que tanto Real Madrid como Atlético, Valencia (presidido actualmente por un magnate singapurense de origen chino, Peter Lim) y los citados Rayo y Real Sociedad hicieron giras allí.
En su gira el Real Madrid, un equipo que ya ha abierto escuelas de fútbol en China, puso en marcha la primera tienda virtual de un equipo español en el gigante del comercio electrónico chino Alibaba, y además fichó para sus divisiones juveniles a un chino, Lin Liangming, que muestra buenas maneras con los blancos.
A su vez, la Liga española ha trasladado algunos de sus partidos a horarios matinales para tratar de atraer a millones de telespectadores chinos y del resto de Asia, siguiendo la iniciativa de la Premier League inglesa y la Bundesliga alemana.
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