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Thomas Bach, excampeón de esgrima con negocios en el mundo árabe, nuevo presidente a la medida del COI

El alemán Thomas Bach, elegido este martes en Buenos Aires, es el noveno presidente del COI. Bach sucede al belga Jacques Rogge, en el cargo desde 2001, y cumplirá un primer mandato de ocho años, renovables por cuatro más.

El alemán Thomas Bach es el nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) al resultar elegido en Buenos Aires durante la 125ª sesión de ese organismo. Bach se impuso en segunda ronda por mayoría absoluta a otros cuatro candidatos: el singapurés Ser Miang Ng, el ucraniano Sergey Bubka, el puertorriqueño Richard Carrión y el suizo Denis Oswald.

Bach, que en diciembre cumplirá 60 años, fue campeón olímpico de florete por equipos en los Juegos Olímpicos de Montreal'76 y campeón mundial de esa misma prueba en 1976 y 1977.

A Bach (Würzburg, 1953), que también ha tenido éxito como abogado, le gusta definirse a sí mismo como deportista. Durante su campaña para acceder a la presidencia le gustaba repetir la frase de que sería el primer campeón olímpico en llegar al más alto cargo del COI.

También repetía con frecuencia que quería devolverle al deporte parte de lo que éste le había dado. "El deporte me ha permitido conocer otros países y otras culturas y me ha llevado a mundos que de otro modo no hubiera podido alcanzar", dijo Bach en un encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera en Alemania.

En su campaña, usó con frecuencia metáforas deportivas para subrayar su condición de antiguo esgrimista de elite. Bach empezó pronto a intervenir en política deportiva, primero como portavoz de los deportistas activos y luego como funcionario, primero en el Comité Olímpico Alemán, al que se integró en 1982, y luego en el COI, al que pertenece desde 1991.

Además, en 1995 fue presidente de la cámara de apelaciones del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y en 1996 llegó a la ejecutiva del COI. Desde su creación en 2006 preside la Confederación Olímpica del Deporte Alemán, resultante de la fusión del Comité Olímpico Alemán y la Confederación Deportiva Alemana.

Al margen de sus éxitos deportivos del pasado, Bach ha sido siempre bastante hábil a la hora de crear relaciones en el mundo del deporte y de los negocios relacionados con el deporte. Como abogado, por ejemplo, trabajó para Adidas, una de las empresas con más influencia en el deporte mundial.

Otro aspecto que ha ayudado a su carrera deportiva son sus excelentes relaciones con el mundo árabe, al que está ligado por cuestiones de negocios, lo que creó algunos resquemores por parte de sus competidores por la presidencia por la mezcla entre cuestiones deportivas e intereses económicos.

Bach es presidente de la asociación germano-árabe Ghorfa y del Consejo de Vigilancia de Weinig, una empresa que fabrica máquinas de procesamiento de madera controlada por inversores kuwaitíes.

Durante su campaña, Bach definió como su prioridad lograr un aumento de la credibilidad del COI. La lucha contra el dopaje ha sido otro de sus temas permanentes y en su programa aboga por un aumento de las sanciones por el uso de sustancias prohibidas.

El pasado agosto, tras la publicación de un informe científico sobre prácticas generalizadas de dopaje en la Alemania Occidental, se acusó al DOSB de haber ocultado esa información, y Bach se comprometió a encargar un estudio a una comisión independiente que encabezará el exjuez del Tribunal Constitucional, Udo Steiner.

Este escándalo no ha minado las posibilidades de Bach como candidato a presidir el COI, a la vista de lo ocurrido en Buenos Aires, donde tras la eliminación en primera ronda del taiwanés Ching-Kuo Wu el alemán ha derrotado en la siguiente votación de una sola vez al singapurés Ser Miang Ng, el puertorriqueño Richard Carrión, el suizo Denis Oswald y el ucraniano Sergey Bubka.

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