Como casi siempre ocurre en los casos de corrupción, los detalles se conocen demasiado tarde, cuando la tropelía ya está cometida, pero se conocen al fin y al cabo. Esto ha sucedido con la confesión del ex presidente de la FIFA Joseph Blatter sobre cómo se cocinó la controvertida decisión de concederle a Qatar la organización del Mundial de Fútbol de 2022. Un escándalo más que evidencia cómo está y cómo funciona el fútbol actual.
Blatter, que dejó su cargo en 2015 por un caso de corrupción, acaba de decir en una entrevista que todo un ex presidente francés como Nicolas Sarkozy, también caído por la corrupción, tuvo la clave en la sorprendente entrega del Mundial a los qataríes. Porque fue el mandatario galo quien convenció a su compatriota Michel Platini, entonces presidente de la UEFA y también metido en charcos malolientes, para que rompiese el acuerdo de conceder el Mundial a Estados Unidos y, en su lugar, dárselo a Qatar.
El contubernio en sí mismo es de traca. Pero lo peor es que de las palabras de Blatter se deduce cómo funcionan las cosas entre los dirigentes futbolísticos. "En decisiones tan importantes como la atribución de un Mundial es muy posible que el dinero circule y que alguien se lo meta en el bolsillo", dijo el ex presidente de la FIIFA, que añadió que la investigación abierta por dicho organismo para detectarlo no fue "suficientemente estricta".
El expresidente de la FIFA relacionó ese movimiento de Sarkozy con la compra del PSG por un fondo soberano del emirato así como con "las grandes actividades económicas entre Qatar y Francia"
Repetimos, por si no queda claro: "En decisiones tan importantes como la atribución de un Mundial es muy posible que el dinero circule y que alguien se lo meta en el bolsillo". ¡Y lo dice el tipo que durante 17 años (desde 1998 hasta 2015) dirigió el máximo organismo del fútbol mundial! A su juicio, está claro que "sin la intervención de última hora de Sarkozy sobre Platini, Qatar no habría tenido nunca el Mundial".
Por si esto fuera poco, el expresidente de la FIFA relacionó ese movimiento de Sarkozy con la compra del PSG por un fondo soberano del emirato así como con "las grandes actividades económicas entre Qatar y Francia". Por todo ello, al decir de Blatter "en el plano social y climático fue un gran error dar el Mundial a Qatar". Si lo que dice es verdad, no fue un error, fue una estafa.
Como decíamos al principio, la confesión de Blatter llega demasiado tarde, a justo un año de que se inicie un Mundial en que, como hemos contado aquí, todo es una desvergüenza. Pero eso no le importa a nadie. Porque Qatar paga muy bien.
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