Se cumple casi una semana del beso de Rubiales a Jenni Hermoso. La concatenación de hechos que comenzó con la celebración del Mundial por parte del presidente 'tocándose sus partes', seguido del polémico "piquito" durante la entrega de medallas y que finalizó con la publicación de la fotografía en la que lleva a Athenea del Castillo subida en su hombro, levantaron inmediatamente la polémica en torno a su figura. A la salida del terreno de juego, la número 10 de la selección aseguró entre risas que el gesto de Rubiales "no le había gustado", lo que se ha utilizado para demostrar la falta de consentimiento en el acto.
Llegada la tarde tras la final, varios políticos se hicieron eco de la noticia y mostraron su profundo rechazo a lo que había ocurrido en el estadio australiano. Pablo Echenique, Irene Montero o Adriana Lastra fueron algunas de las voces que compartieron mensajes contra Rubiales en sus redes sociales. Por su parte, el presidente de la RFEF realizó sus primeras declaraciones en El Partidazo de COPE, presentado por Juanma Castaño. Solo consiguió empeorar la situación al asegurar, con tono chulesco, que trataba de "un pico de dos amigos celebrando algo" y que no se debía "hacer caso a los idiotas y estúpidos". Su nulo arrepentimiento levantó aún más la crispación de sus detractores, que iniciaron un linchamiento público contra él.
Desde la Real Federación Española de Fútbol quisieron salir al paso quitándole hierro. Para lograrlo, mandaron unas declaraciones de la propia Jenni Hermoso a la Agencia EFE en el que la jugadora disculpaba la actitud del presidente federativo. El problema es que horas después se destapó que esas palabras nunca salieron de la boca de la futbolista, que en ese momento no quería pronunciarse para focalizarse en el triunfo conseguido en Sidney.
Al día siguiente -lunes-, y llevado por las presiones de la opinión pública, Luis Rubiales publicó un vídeo con una 'disculpa'. En él, dejó claro que lo había grabado obligado por las presiones y no por sentirse arrepentido. De ahí que hiciera declaraciones tales como "tengo que disculparme porque no queda otra". Además, la RFEF habría estado detrás de unas presiones a Jenni Hermoso y su familia para que esta formará parte de la grabación y blanquease la imagen del presidente.
El martes 22 de agosto y en mitad de la tormenta, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibió a las campeonas del mundo en el Palacio de la Moncloa. El seco saludo por parte del secretario general del PSOE a Rubiales constituyó una declaración de intenciones del líder del ejecutivo, que no tardó en deslizar que debía dimitir. A él se sumaron otras dos representantes del panorama político: Yolanda Díaz y Cuca Gamarra.
Esa misma noche, la RFEF anuncia una Asamblea Extraordinaria para el viernes 25 de agosto en la que se trataría el escándalo de Rubiales. Entre los medios comenzaban a moverse los primeros rumores sobre una posible dimisión, que fueron aumentando según se acercaba la fecha.
Jenni Hermoso decidió poner el caso en manos de su sindicato, Futpro, que lanzó un primer comunicado en el que la jugadora explicaba que había depositado toda su confianza a la organización y a su agencia para gestionar lo que estaba ocurriendo.
De manera paralela, Tamara Ramos, antigua compañera de Rubiales, denunció públicamente un caso de acoso por parte del presidente. La RFEF lanzó un comunicado categorizando dichas declaraciones como falsas y aseguraron que tomarían acciones legales contra ella.
El viernes 25 de agosto tuvo lugar la tan esperada Asamblea Extraordinaria de la RFEF, en la que, contra todo lo previsto, Luis Rubiales fue tajante con su intención de permanecer en su puesto: "No voy a dimitir". Además, aseguró que el beso había sido consentido y que Jenni Hermoso fue quien tomó la iniciativa "levántandole mientras le abrazaba".
Con su discurso, Rubiales cavó su propia tumba. Una oleada de mensajes en su contra inundaron las redes sociales lapidando al presidente de la RFEF. Borja Iglesias aseguró que no volvería a la selección hasta que no se presentase la simisión del equipo directivo. Además, varios equipos de fútbol mostraron su apoyo a la número 10 de la selección.
Jenni tampoco se quedó callada, y esta vez a través de sus propias cuentas en redes sociales, lanzó un comunicado explicando que el beso no había sido consentido y que así lo había expresado tras la final del mundial diciendo que "no le había gustado".
Las campeonas del mundo volvieron a recurrir a Futpro para emitir un comunicado en el que renuncian a ser convocadas con 'la roja' hasta que no haya un cambio en los altos mandos de la RFEF. La federación respondió a las jugadoras recordándoles que están obligadas a participar en la selección siempre que sean llamadas a hacerlo.
Este sábado, la FIFA ha decidido suspender de manera cautelar a Luis Rubiales durante noventa días, impidiéndole ejercer cualquier actividad en el fútbol nacional e internacional. Es el primer paso para su adiós definitivo.
Previsiones para su cese
Durante la tarde del viernes llegó el hachazo a Luis Rubiales, el Consejo Superior de Deportes aseguró que suspendería la actividad del actual presidente. Para ello, también tendrá que tomar parte el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) que llevaría a cabo la parte formal de la inhabilitación de Rubiales.
El Ministerio de Cultura y Deporte podría llevar a cabo también un proceso de cese de Luis Rubiales si considera que este recurrió a su posición de poder para besar a Jenni Hermoso. Para ello entrarán en juego los mismos organismos, ya que, en primer lugar, deberá recurrir al TAD, que abrirá un expediente contra el presidente e inhabilitará las funciones del directivo de manera preventiva. Otra vía sería llevar directamente el caso al CSD, que aceleraría el proceso.