La aparición de David de Gea en la declaración de una testigo protegida en un escándalo sexual ha desatado ríos de tinta. Pero en una web andaluza www.andalucesdiario.es al periodista Antonio Avendaño no se le ocurre nada mejor que comparar el caso de De Gea, cuyo nombre aparece en la declaración de un sumario y hasta el momento ni ha sido llamado a declarar, con la situación del delantero del Betis Rubén Castro, a quien se le ha abierto un juicio por los presuntos delitos de maltrato, coacciones y amenazas leves contra su expareja.
El título del repugnante artículo es "David de Gea/Rubén Castro: ¿qué es peor, pagar o pegar?". Un nada eficante inicio para un análisis de opinión en el que el autor advierte: "sería todavía más justo que como sociedad afináramos un poco nuestro sistema de pesas y medidas para evaluar la violencia de género, sobre todo cuando, como en el caso de Castro, el sospechoso acaba en el banquillo tras una investigación judicial hecha con todas las garantías. Sí, sí, lo de Egea (por De Gea) o Muniain también sería, de confirmarse, violencia de género. Lo recuerda la muy oportuna y rigurosa ‘Guía para el tratamiento informativo de la violencia de género’, que acaba de editar el Consejo Audiovisual de Andalucía: “El concepto de ‘violencia de género’ abarca otros delitos hacia la mujer como la prostitución forzada, los crímenes de honor o la mutilación genital…”.
Juzga, por tanto, lo ocurrido con De Gea sin conceder la presunción de inocencia del portero. Continúa en su artículo señalando: "La pregunta es: ¿por qué De Gea sí y Rubén Castro no? ¿Por qué los programas deportivos de la radio y la televisión se muestran, con toda razón, tan severos hoy con el primero y tan laxos ayer con el segundo? ¿Por qué todo el mundo considera razonable que De Gea sea apartado de la selección si se confirman las acusaciones y nadie consideró, en cambio, oportuno que Castro fuera apartado del Betis aun pesando sobre él no ya unas acusaciones por contrastar, sino todo un auto de procesamiento dictado tras haber sido escuchadas todas las partes?".
Y finaliza señalando a los medios y lanzando preguntas al aire comparando lo ocurrido con Rubén Castro y con el portero de la Selección: "¿cuáles son las razones de los programas deportivos, los periódicos, las emisoras, las redes sociales, las administraciones públicas, los institutos de la mujer… para no haber reclamado lo que sí reclamarían en el caso De Gea? ¿Es tal vez una cuestión de relevancia pública, en el sentido de que en el caso del goleador verdiblanco a la sociedad le era posible mirar cínicamente hacia otro lado porque Castro no es De Gea ni el Betis es España ni la Liga es una Eurocopa de la que el mundo entero está pendiente?". La pregunta que debería responder Avendaño es ¿tiene autoridad él para juzgar como culpable a De Gea por algo en lo que aún no está imputado?
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