El culebrón de la salida de Ousmane Dembelé o las llegadas de Adama Traoré y Pierre-Emerick Aubameyang están bien para entretener al público con un movido mercado de fichajes. Pero son, al cabo, meras cortinas de humo. Porque la verdad del Barça, dolorosa y triste verdad, se conocerá este martes, que es cuando se presenta el Forensic.
¿Qué diantres es el Forensic?, se preguntarán ustedes. Es el nombre elegido para el famoso estudio sobre la pésima gestión de la directiva que dirigía Josep María Bartomeu, el hombre de los errores multimillonarios. O sea, el informe detallado sobre el desastre.
Más en concreto, el propio club catalán definió el Forensic -acostúmbrense al término, porque dará que hablar- como el conjunto de investigaciones que se hicieron como "consecuencia de la Due Diligence Financiera con el objetivo de detectar posibles irregularidades en la gestión del club durante el último mandato presidencial".
Del Forensic al Barçagate y tiro porque me toca. Con este panorama es lógico que los culés volvamos a la senda del sonrojo cuando asistimos a situaciones como las vividas durante este mercado invernal de fichajes
Conocimos tamaña definición el pasado viernes, cuando trascendió que la Fiscalía Provincial de Barcelona se ha puesto a investigar la cosa tras recibir la copia del Forensic remitida por el club que preside Joan Laporta. Este documento sin precedentes se conocerá este martes, como decimos, a las 11 de la mañana en una presentación pública conducida por el propio presidente del club. Algo similar a lo que ya hizo la actual directiva con la auditoría interna que arrojó datos tenebrosos sobre la deuda del club.
El asunto no va a tener desperdicio. Porque el informe de marras versa sobre el pago a proveedores, a intermediarios o la gestión del Espai Barça. Es decir, nos van a contar qué pasaba con la pasta. Se trata, claro está, de un ejercicio de transparencia con el que Laporta cargará toda la responsabilidad de los males del club en los maltrechos hombros de la anterior directiva, ya señalada por sus humillantes errores deportivos y por un caso tan poco edificante como el Barçagate que, por si no lo saben, consistió en contratar a empresas para que desprestigiasen a jugadores del propio club.
El estrambótico caso de Dembelé es, al cabo, lo que mejor explica el declive de los azulgranas tanto fuera como dentro del campo
Del Forensic al Barçagate y tiro porque me toca. Con este panorama es lógico que los culés volvamos a la senda del sonrojo cuando asistimos a situaciones como las vividas durante este mercado invernal de fichajes. Llega Traoré cedido por un club menor de la Premier. Se habla del posible fichaje de Morata. Y, por encima de todo, el culebrón de Dembelé.
Claro que el estrambótico caso del jugador francés es, al cabo, lo que mejor explica el declive de los azulgranas tanto fuera como dentro del campo. Porque ya contamos aquí hace algo más de un año la sangría que suponía la presencia en el Barça de este futbolista adicto a las lesiones. Pero no porque se lesionase o no rindiese en el campo, sino porque su contrato, plagado de conceptos valleinclanescos, evidencia el desmadre del club durante la etapa de Bartomeu. Todo era posible en las oficinas del club y las consecuencias nefastas están a la vista de todos. Me apuesto un euro a que así lo confirmará el Forensic.
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