El médico canario, la estrella central del juicio de dopaje más denso de la historia, sigue teniendo la llave de una agenda en la que guarda los nombres de todos los deportistas a los que ha tratado con sus métodos. Un secreto que puede deparar sorpresas impensables, inesperadas, tal vez comprometidas, como el mismo Fuentes reconoció después de una de las 24 sesiones del procedimiento. "Sí, habría sorpresas gordas", llegó a admitir.
El juicio finalizó con dos grandes preguntas: ¿Facilitará la juez las bolsas de sangre solicitadas por las acusaciones, en especial la Unión Ciclista Internacional, el Comité Olímpico Internacional, la Federación Española de Ciclismo y la Agencia Mundial Antidopaje? ¿Se conocerá algún día la lista de clientes de Fuentes? La primera de las respuestas dependerá de la juez, Julia Patricia Santamaría, quien declinó la lista del doctor canario cuando él mismo se la ofreció.
La segunda podría llegar en forma de entrevista periodística o en el libro que ha anunciado Fuentes antes de final de año. En este sentido el único requisito para conocer los datos secretos podría ser una importante suma de dinero, lo cual podría aliviar los apuros económicos del médico, quien se declaró al borde de la quiebra.
Tampoco ha quedado claro una vez terminado el juicio si Eufemiano va a colaborar o no con las autoridades antidopaje. El propio doctor se ha ofrecido a tal efecto si se lo piden, o si sus abogados le dan el permiso oportuno. La estrella de la Operación Puerto ha despertado expectación, curiosidad, morbo. Su personalidad no ha pasado inadvertida para nadie.
No fue ajeno a los "recados" a personajes importantes del deporte. Uno de ellos fue para el presidente de la Federación española de atletismo, José María Odriozola, a quien aconsejó estarse "calladito" en torno a la presunta implicación de la atleta Marta Domínguez en la Operación Puerto.
Se refirió al Real Madrid al afirmar que le debía dinero, sin aclarar en concepto de qué. La falta de explicaciones al respecto le obligó a enviar un día después a estas declaraciones un comunicado aclarando que la deuda se refería a los gastos que generó su desplazamiento de las islas Canarias a Madrid para declarar como testigo en el juicio del club madrileño con el diario Le Monde.
También declaró su "pánico" a los periodistas, por eso dijo hablar en clave y con motes, "por miedo a las llamadas intervenidas", pero en su despedida tuvo palabras de agradecimiento hacia los profesionales de la información. "Valoro mucho su trabajo, han sido muchas horas pendientes de esta noticia". Pero no hizo declaraciones finales "por consejo de los abogados".
Eufemiano dio que hablar dentro y fuera de nuestras fronteras. En su turno a la última palabra en el juicio de la Operación Puerto afirmó que en sus 35 años de ejercicio profesional "jamás" ha perjudicado la salud de ninguna de las personas que ha tratado y que su fin como médico es "proteger la salud, no dañarla".
¿Ha terminado el juicio? Otra buena pregunta. La juez emitirá su fallo en un plazo de mes y medio, pero las bolsas de sangre y la lista de Eufemiano siguen flotando en el ambiente. Asuntos pendientes, tal vez imprescindibles para echar la llave a un caso interminable.