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"Con el rugby español soy optimista porque no se puede hacer peor de lo que se ha hecho antes"

Eduardo Téllez es la voz del rugby, aunque también es capaz de desenvolverse en otros muchos deportes. Este sábado será quien le ponga el timbre y el color a la narración del Nueva Zelanda-Australia que dirime cuál es el mejor equipo del mundo del oval. 

Este fin de semana es la final del Mundial de rugby, un acontecimiento único ¿cómo encaras esta final?

Con muchas ganas, con pasión e ilusión. Va a ser mi segunda final, es mi tercer Mundial, pero es mi segunda final. Estamos con muchas ganas de ver un gran partido, que además es un clásico, y con la intención de poner la guinda al pastel porque han sido 44 días muy intensos muy potentes en el plano profesional y personal, nos hemos dejado todo para que saliese bien y creemos que el Nueva Zelanda-Australia es la final ideal para un Mundial que nos ha dejado muchas imágenes impactantes. Es la final soñada porque, hoy por hoy, son los equipos más fuertes del rugby.

"El Nueva Zelanda-Australia es la final soñada, son los dos equipos más fuertes del rugby"

¿Qué ha sido lo mejor de este Mundial?

Hay momentos que no olvidaré nunca. Con orden cronológico el primero es el Sudáfrica-Japón, con la derrota de los sudafricanos, que además tuve la suerte de narrarlo en directo y era algo difícil de explicar. No porque Japón no estuviese progresando, ya que va a ser el próximo organizador en 2019, sino porque Sudáfrica tenía la obligación de levantar su año, que estaba siendo pésimo. Quedaron últimos en el Rugby Championship, que tenía un formato reducido. No estuvieron a la altura y por el contrario los japoneses estuvieron al 150% y nos dejaron un espectáculo memorable con un rugby abierto, agresivo, moderno, en el que todos los jugadores tienen protagonismo, a un ritmo altísimo y, sobre todo, con un maestro en el banquillo como es Eddie Jones, que creo que permitió que eso ocurriera.

También fue importante el debut del jugador más joven en la historia de las copas del mundo, el georgiano Lobzhanidze, contra Tonga. Es reseñable Argentina, lo que han supuesto los pumas, el progreso de su rugby. Se ha notado muchísimo como ha afectado a su nivel jugar el Rugby Championship, el cuatro naciones. Han mostrado un rugby moderno, con muchas variantes ofensivas y jugadores que han crecido una barbaridad y me quedo sobre todo con Santiago Cordero, el ala derecha, que nos ha dejado grandes momentos como los dos ensayos a Georgia, que fueron un espectáculos. Está también la victoria de Australia contra Inglaterra, que convirtió Twickenham en una tumba. El silencio se escucha, eso sucedió allí, hubo un silencio sepulcral, quedará también en el recuerdo. Luego está el partido entre Nueva Zelanda-Francia, con el ensayo de Julian Savea a lo Jonah Lomu, dejando a todos los rivales tras de sí, tres hombres caen ante él y, por último, la exhibición de Argentina contra Irlanda, que es cierto que tenía bajas, pero puso a Argentina entre los mejores. No va a jugar la final, pero ha hecho un papel impresionante.

Es curioso el caso de Argentina, que tiene tradición pero no estaba a este nivel ¿qué ha pasado para pasar de ser una potencia regional a competir de tú a tú con los mejores?

Argentina se presentó ante el mundo hace ocho años, en Francia 2007. Es un país conocido en el ámbito del rugby, tuvo mucho que decir en los años 80 con Hugo Porta, pero evidentemente era un rugby amateur. La URBA, que es la unión de Rugby de Buenos Aires, la federación regional, todos son amateurs, no cobran. El salto llegó cuando sus jugadores se fueron a competir fuera, a Francia e Inglaterra. Desde el 2007 la federación internacional inyectó un capital no solo humano, también técnico, con todo lo que les correspondía por haber sido terceros. Desde entonces instituyeron el plan de alto rendimiento para jugadores amateur, los han ido fogueando, con el Pampas15, un equipo que jugaba en la segunda sudafricana y con Argentina Jaguares. Durante esos años su entrenador ha sido Daniel Hourcade, que ahora es el entrenador de los pumas. Han crecido mucho, están acostumbrados a la competición internacional y han formado una selección muy potente. Desde el próximo año van a tener un equipo en el Super Rugby, la competición de clubes, y van a mejorar aún más. Eso ha sido lo fundamental para ese crecimiento, ya son expertos, algo que antes no ocurría porque solo jugaban internacionalmente en el Mundial y en las ventanas de junio y octubre, eso les lastraba, ahora están metidos de lleno.

"Antes Argentina solo competía internacionalmente en el Mundial y eso les lastraba, ahora están metidos de lleno en la gran competición y se nota"

El rugby en España no deja de ser un deporte minoritario ¿cómo conjugas en un Mundial, que es un momento donde hay aficionados nuevos, no bajar el nivel y la especialización y al mismo tiempo explicarle a los nuevos lo que ocurre?

Ahí mis compañeros Manolo Moriche y Fermín de la Calle tienen mucho que decir. Los narradores nos apoyamos en ellos, los tres conocemos el reglamento pero siempre buscamos una ventana en cada partido para explicar cosas, porque siempre en las redes sociales hay espectadores que te dicen que se acercan por primera vez y piden que expliques un poco las reglas. Eso, por tiempo, es imposible, pero siempre hay jugadas en las que se para el partido y puedes contar lo que dice el reglamento. El seguidor clásico ya lo sabe, pero el neófito lo necesita ye so hace que esos nuevos espectadores se integren. Se puede conciliar la narración muy rápida del deporte con esos pequeños parones para ir contando la dinámica, que es lo que termina enganchando a este deporte que es tan maravilloso. Buscamos, como decimos en nuestra cuenta de Twitter, que se unan a la melé.

Decías ahora que es un deporte muy rápido y, además, tiene mucha gente en el terreno de juego ¿Es más difícil de narrar que otros deportes que tú haces?

Ciertamente es complicado. Yo tengo el honor de haber hecho varios deportes en la casa, como fútbol, NBA, tenis también, he hecho incluso balonmano y ciertamente este es el más complicado, pero también el más atractivo y agradecido. Hay 30 jugadores sobre el césped, pero las tablas hacen que en cada momento sepas salir. No estamos a salvo de los errores, y hay que tener en cuenta que no estamos in situ en el estadio donde se disputa. Nos hubiese gustado hacer este año la gran final en Londres, pero no va a ser posible. Evidentemente no es fácil, hay que estar muy concentrados, lo vemos por un monitor de entre 15 y 42 pulgadas, dependiendo del locutorio, y eso te obliga a estar muy concentrado y ser rápido. La experiencia es importante, porque sabes las zonas, las líneas de carrera, el pie con el que patean, la manera de correr… y aún así no es fácil, intentamos siempre que los errores se eviten al máximo, mejor si son cero. Tienes que ser muy intenso, como lo son los jugadores y el árbitro, pero a mí es un deporte que me apasiona y aunque requiere más esfuerzo la recompensa es mayor.

Londres es un viaje barato y la apuesta de MoviStar+ por el deporte es fuerte ¿os han dicho por qué no vais?

Son cuestiones internas que no puedo comentar, en definitiva es una decisión de la casa. Es una pena, porque era una oportunidad magnífica, pero las ordenes se deben acatar. Esperamos que en próximas ocasiones podamos ir a los estadios, porque creemos que es la mejor forma de trabajar y de hacer ver el nombre de la marca. Nosotros intentaremos hacer el mejor producto posible para nuestros abonados, que para eso estamos, para nuestros abonados y así lo haremos en el futuro.

"Con Movistar se nota el mayor músculo económico del propietarios y eso produce cambios, mejoras que eran necesarias"

Hace unas pocas fechas, en estas entrevistas, hablábamos con Maldini y nos contaba que se ha notado la llegada de gente con la fusión, que hay un nuevo impulso a la empresa ¿lo has visto tú igual?

Yo voy a cumplir diez años en la casa y hemos pasado por distintas etapas. Ahora estamos en una nueva, que espero que sea mejor que las anteriores. Se nota mayor músculo económico, el nuevo propietario tiene mucha capacidad en lo crematístico y eso produce cambios, mejoras que necesita la casa, tanto en lo profesional como en lo logístico y lo administrativo. Esto hace también que podamos tener mejor productos, más derechos de televisión que es algo muy importante hoy en día en el mercado televisivo, porque esto es una jungla y tienes que ser el mejor para que la gente se abone y pague así a final de mes las nóminas de los trabajadores. También ha llegado savia nueva, eso siempre ayuda a mejorar el nivel, pero se tiene que ir mezclando con los veteranos entre los que me precio de estar. Ese amalgama de juventud y veteranía va a hacer que Movistar tenga más músculo profesional y periodístico.

Muchos periodistas tienen el Canal + como aspiración máxima en sus carreras ¿cómo llegaste tú a trabajar allí?

Yo soy de Valladolid y di mis primeros pasos en mi ciudad. Me licencié en la Complutense en el 96, soy ya un poquito mayor, y empecé a colaborar en televisión allí, no solo en información deportiva, sino en general, de todos los contenidos, que te da un bagaje importante. Hay compañeros que se definen como periodistas deportivos, a mí me parece muy bien, yo me defino como un periodista que trabaja en el ámbito del deporte, que me gusta, me apasiona. A partir de ahí me fui a Castellón y allí terminé trabajando en Localia, que era una cadena de PRISA. Estuve dos años y me llegó la oportunidad de Canal+ cuando empezó Cuatro. Mandas currículums, bombardeas, un día llaman y te hacen una prueba, porque yo había trabajado durante mucho tiempo como redactor, pero había sido narrador también mucho, llevaba más de 600 narraciones sumando fútbol, baloncesto, balonmano, rugby… convencí en la casa y aquí estoy, con la misma ilusión y la misma fuerza de hacer el mejor trabajo posible, que para eso estamos en Canal +.

"Hay compañeros que se definen como periodistas deportivos, me parece bien, pero yo soy un periodista que trabaja en deporte"

Eres de Valladolid una de las pocas ciudades españolas con tradición en rugby. ¿te gustaba el deporte de antes o desarrollaste el gusto después?

Es complicado ser de Valladolid y no tener afición al rugby. No es comparable con Nueva Zelanda o los países de la polinesia, pero aquí en Valladolid es algo más que un deporte, son dos clubs muy poderosos, con una rivalidad tremenda aunque en la calle sean amigos. En esta ciudad pesa muchísimo, en otras ciudades más grandes no trasciende tanto, porque es un deporte amateur. Yo antes del periodismo ya conocía el rugby. El año en el que yo me fui a estudiar a Madrid el Salvador ganó la liga y desde entonces no ha hecho más que crecer. Yo me aficioné al rugby seis años antes, en 1985, con 12 años. Empecé a ver el 5 naciones y me aficioné por Francia, que ahora la vemos arrastrarse por los campos de rugby, su selección, no los clubes, porque ya vemos lo que hace Toulon en la Copa de Europa, que ha ganado tres consecutivas. Estaban en la época del rugby Champagne que tanto nos gusta, Televisión Española daba todo el deporte del mundo, en Estadio 2 se veía el 5 naciones y vi aquel equipo chispeante, brillante, atractivo, con velocidad y mucha clase, parecido a lo que hace hoy en día Nueva Zelanda aunque eran estilos diferentes, han pasado 30 años de aquello. Tiene muchos valores que se mantienen, aunque la sociedad vaya cambiando y se pierdan algunas cosas, en el rugby afortunadamente se mantienen. Todo ello resultó para llegar a Canal + y hacer el Seis naciones, que para mí es un orgullo personal.

En España se habla mucho más sobre las buenas maneras y los valores del rugby que del deporte en sí ¿qué le falta para arraigar aquí? Porque, además, en el país hay una tradición buena en deportes de equipos.

Yo lo he dicho, lo digo y lo voy a seguir diciendo: si España quiere ser algo en el mundo del rugby debe tener un rugby profesional. Es la única opción. Si quieres estar entre los mejores tienes que ser profesional. Algunos podrán salir al cruce y decir que Uruguay ha ido con un equipo amateur, solo tenían tres profesionales, pero Uruguay está en otra zona donde hay más opciones de clasificación. España está en la zona europea, en el 6 naciones B, tiene por delante a Georgia y a Rumanía y eso hace muy difícil competir con ellos, porque sus selecciones están formadas íntegramente por profesionales, y no desde ayer, sino desde hace 15 o 20 años. Sabemos los sacrificios que hacen nuestros jugadores, teniendo que entrenar a las seis o las siete de la tarde con frío, lluvia, instalaciones que han mejorado pero que ni de lejos se parecen a los que tienen los profesionales. Es importante que consigamos esto, no sé si con una liga profesional, que es el modelo que hizo Italia hace 25 años. Italia jugaba contra España en el central de la Universidad hace solo 25 años, lo que se llamaba Copa Fira, diez años después estaban jugando el 6 Naciones, cambió el mejor torneo del hemisferio norte con la inclusión de Italia. Si no se puede hacer ese modelo profesional hay que ir al modelo argentino, exportar jugadores crear un plan de desarrollo como el plan AR. Si no se consigue tener profesionalismo difícilmente van a poder extenderse por el país. Ahí también los clubes han tenido culpa porque no han sabido colaborar con la federación, ni la federación con los clubes, en fin, ha sido un galimatías, un gallinero que ha habido y todavía sigue siendo. Por eso en España el rugby sigue siendo amateur y no suena tanto como debería, porque somos un gran país en los colectivo, en rugby por desgracia no porque parece que es un deporte para pasar el rato, para universitarios, y no es así.

"Si España quiere llegar a algo en el mundo del rugby tiene que ser con la profesionalización; es la única opción"

Escuchándote es difícil ser optimista.

Yo lo soy, pese a lo que acabo de decir, porque creo que no hay marcha atrás. Ahora mismo nuestros abonados están viendo lo que repercute el mundial en todo el planeta y si España quiere estar ahí tiene que competir con las mismas armas o parecidas a las de los 20 equipos del mundial. No hay otro camino, hay una autopista, pero a la autopista no puedes entrar corriendo o andando, vas en coche y ese coche lo vas a tener que fabricar, te lo van a tener que prestar o pagarlo a plazos, pero tienes que acelerar lo máximo posible y mantenerte en ella el mayor tiempo posible. Y eso se hace con un vehículo profesional, no con uno amateur al que nada más entrar en la autopista se le caigan las ruedes. Soy optimista y creo que el equipo de Seven, en Rio 2016, va a ser el estandarte para el profesionalismo, para los patrocinadores. Soy optimista porque peor de lo que se ha hecho no se puede hacer. Creo que será profesional y estaremos en las copas del mundo.

El lenguaje del rugby es curioso, tu tienes una frase conocida que es “da de comer a sus gordos” ¿de dónde sacaste esa expresión? ¿Tienes influencia británica en la terminología?

El lenguaje en el periodismo deportivo es muy rico, con muchas acepciones, extensión y procedencias. La frase es una forma de enganchar a la gente, una forma de llegar. Es de elaboración propia, y es más que una frase, pedirle al espectador que entre en la melé. En el rugby llamamos gordos coloquial y cariñosamente a los delanteros, del 1 al 8. En el entrenamiento se hace trabajo separado y ellos son los gordos, sin ningún matiz peyorativo, solo faltaría, aunque a veces algún espectador lo interprete mal. Es una frase coloquial, también hacemos símiles bélicos o deportivos. Podemos usar términos populares sin caer nunca en la injuria o la ofensa, nunca me lo permitiría. Los vocablos, nosotros usamos más los franceses, los argentinos más ingleses. Ellos dicen line out, nosotros touch para el saque lateral; nosotros melé ellos scrum.

El rugby es un deporte de selecciones, mucho más que de clubes, que es algo raro ¿por qué?

En el rugby lo que se ha conseguido unir de manera perfecta es el sentido de nación con el sentimiento de un deporte colectivo que amalgama esos elementos, un país y un deporte. Hay tradición, hay leyenda, hay épica, hay momentos legendarios que han llegado a la historia, como en el 5 naciones, anteriormente el home nations. Para los escoceses es más importante Escocia que sus dos clubes, que no son muy potentes, lo mismo podríamos decir de Gales, no es lo mismo ver a la selección en el Millenium de Cardiff que a Scarlett. El rugby tiene más sentimiento de nación. También hay clubes, en Francia hay una identificación fortísima, más incluso que con la selección. En las islas se reúnen sobre todo con la selección.

"El rugby ha conseguido unir de manera perfecta el sentido de nación con el sentimiento de un deporte colectivo"

Con los Juegos Olímpicos el rugby ha tenido una relación complicada, pero finalmente entrara el Rugby a 7 en la próxima cita en Río ¿qué esperáis de ello?

Esperamos que tenga el rugby la entrada que se merece. Humilde, pero espectacular porque el rugby es eso, humildad, generosidad y respeto, pero también espectáculo y brillantez. Es un deporte que permite jugar a todo tipo de jugadores, en definitiva, la entrada del rugby a 7 en el calendario va a dar un nuevo aire al movimiento olímpico, que falta le hacía. Hasta este momento no había podido entrar en el programa olímpico porque, tal vez, había algunos prejuicios y falta de información. Incluso una orientación peyorativa, había la sensación de que es un deporte violento, y no es así. Es un deporte de contacto, pero también lo es el judo, el baloncesto o el balonmano. Por eso le ha costado. Va a entrar el rugby a 7, porque el rugby a 15 en competiciones largas necesita 5 o 6 días de descanso, hay golpes, hay hematomas y lesiones, el rugby a 7 si se puede. Si hablamos de rugby español nuestras mujeres lo pueden tener un poco más fácil para entrar en los Juegos, la masculina lo tiene más complicado porque hay muchísima competencia, hay equipos muy potentes. Nos hemos quedado fuera de las Series Mundiales este año después de haber estado los dos años anteriores, cuando habíamos ascendido, por una planificación de la federaciónn que ha sido un auténtico desastre. Ir a Río sería un estandarte para que el rugby español siga creciendo y se pueda incorporar el profesionalismo. Para los Juegos será muy positivo, por sus valores y por su espectacularidad. Si alguien no lo ha visto, que vea un partido de rugby a siete porque se va a quedar alucinado, todo el campo para siete jugadores. Tienes que tener técnica, potencia, capacidad, está al alcance de muy pocos.

La última es obvia ¿qué pronóstico haces de la final?

Desde el primer día he dicho que los favoritos eran los all blacks y me han tildado de ventajista “qué fácil, Edu”, No voy a lo fácil, pero me fijo en cada torneo, en cada partido que trabajo y que narro. El campeón del año anterior es el favorito. Con esa base, Nueva Zelanda terminó perdiendo esta temporada el cuatro naciones, en Australia, pero aquel día tuve la sensación de que los all blacks habían levantado un poco el pie. Les ganó bien Australia ese partido, pero Nueva Zelanda tenía su vista puesta en el Mundial y los de Steve Hanson han demostrado desde el primer día su nivel y eso que su propia prensa les ha criticado, no querían que pasase lo de Francia 2007, cuando tuvieron una primera ronda muy fácil y luego perdieron contra Francia en las eliminatorias, en un partido muy polémico. Este año no querían que ocurriese. Tienen los 30 mejores jugadores del mundo, que es una ventaja. Han pasado la primera fase, barrieron en cuartos a Francia y el otro día supieron adaptarse con los springboks. Son el gran favorito para revalidar el título, aunque espero algo de Australia, con su seleccionador Michael Cheicka, que ha conseguido levantar a los suyos, que hace dos años eran un equipo hundido. Es un magnífico técnico que seguro que tienen guardado algún as en la manga, aunque los favoritos sean los all blacks. Va a ser un partidazo, que no se lo pierda el público, aunque haya competencia. Si no han visto nunca rugby se van a enganchar.

"Nueva Zelanda tiene los 30 mejores jugadores del mundo, es una ventaja, pero espero algo de Australia"

¿En qué jugadores hay que fijarse de cada equipo?

Si me dejas dos por equipo diría en Nueva Zelanda el número 7, Richie McCaw, que es el capitán y es más que un jugador es un estandarte, es un icono, es un tótem, un auténtico coloso, yo le llamo el coloso de Oamaru, por la localidad neozelandesa donde nació hace casi 35 años. Tira del equipo, es como el Cid Campeador, todos los jugadores van a una con él y se las sabe todas, las buenas y las notan buenas, porque para eso juega en la tercera línea. Está en todas partes y trabaja muchísimo, es realmente molesto para el otro equipo. Me fijaría también en Julian Savea, que está siendo la estrella del Mundial. Lleva ocho ensayos y si consigue uno más lograra el record de ensayos en una única copa del mundo, está ahora igualado con Jonah Lomu y Brian Habana. Es devastador, le llaman el autobús, 1.92, 106 kilos, si fallan el primer placaje el otro equipo se puede dar por muerto. En Australia me quedo con el número ocho, David Pocock, está en todas, es muy incomodo, rápido, agresivo y tiene un radio de acción enorme, casi inabarcable. Luego con el apertura, el número 10, que es el cerebro, el director de orquesta, se llama Bernard Foley, y es capaz de echarse el equipo a la espalda como demostró contra Inglaterra. No es un tercera al uso, que solo dirige y distribuye, también es capaz de generarse jugadas, buscar puntos y tiene un pateo magnífico a palos.

¿Se nos ha quedado algo que es necesario que la gente sepa?

Sí, hay que decirle a la gente que el rugby no es solo un deporte, es también una filosofía de vida, unos valores que se han ido olvidando en nuestra sociedad mundial. Los valores no puede ser solo económicos y en el rugby siguen existiendo: la caballerosidad, la solidaridad, el respeto, el esfuerzo… en definitiva, los de la deportividad, que no vemos en muchos deportes ni en la sociedad. Igualmente es importante que la gente que está viendo este deporte sepa que en España hay futuro, que nunca hemos tenido más licencias que ahora, casi ya 25.000 y hay que aprovecharlo para que quien quiera ser profesional pueda serlo, y si no es aquí en España que sí puedan brillar fuera y eso revierta en la selección. Hay que aprovechar las sinergias, en España este deporte tiene que sonar de verdad.

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