Bartra le cambió el nombre a la jugada. Le puso el suyo. No es hacer un Bale, o un Thievy. Es hacer un Bartra: quedar retratado, casi ridiculizado, en el combate por velocidad con un delantero rival. Y no es correr menos lo que le deja en evidencia, sino la falta de oficio para impedir que el velocista explote su sprint y le pase al lado como un avión. Le ocurrió con el madridista en la final de Copa y de nuevo ayer en su viaje a Almería. En los dos casos, tuvo el cuerpo para incomodar a sus adversarios, pero les ofreció la pista libre. Titular en el Barça, convocado para la surrealista selección de Del Bosque, invalidado ostentosamente de nuevo para el puesto de central.
Del gol que sacó los colores a Bartra fue protagonista menos visible, una vez más, Busquets. También Messi, que perdió la pelota, pero más su sobrevalorado guardián, el supuesto genio táctico que tapaba todos los agujeros. Ayer le volvieron a sacar la foto, su acoso por un lado la pelota por el otro. Fue superado con una comodidad insultante. Sin noticias de su cacareado equilibrio en toda la velada, su valor invisible. Sólo le queda de su cotizada regularidad su teatralidad para escenificar el dolor o las molestias arbitrales. En sus protestas sigue siendo el número uno.
Pero es todo el Barça el retratado, que no levanta cabeza desde el sopapo que recibió en el Clásico. Y Messi, que se toca el muslo, que se queja al colegiado, que ya no marca tantas diferencias. Y Luis Enrique, al que pese a los castigos se le han caído los galones desde que fue sorprendido temblando y cediendo ante el argentino por una simple sustitución, que se enreda con la prensa sin reparar en que el problema lo tiene dentro y le compete. La jugada del gol local será la más recordada, pero la imagen de todo el Barça, con independencia del resultado final, es la que deja conclusiones. Muchas nocivas. Tiene delantera (cuando el técnico pone a los tres buenos), pero se le ha caído el equipo. Quizás ni lo busca, pero lo seguro es que no lo encuentra.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación