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Elena Congost y su polémica descalificación en París 2024: un gesto humano con un final injusto

La polémica descalificación de Elena Congost en el maratón paralímpico supuso un duro golpe tras alcanzar el bronce

Elena Congost, descalificada en París.
Elena Congost y su guía, Mia Carol Brugera, instantes después de cruzar la línea de meta. EFE

Los Juegos Paralímpicos de París 2024, marcados por historias de superación y emoción, también han sido escenario de una de las mayores polémicas del evento: la descalificación de Elena Congost en el maratón paralímpico.

La atleta catalana, de 36 años, había logrado una hazaña increíble al cruzar la línea de meta en tercera posición y asegurar una medalla de bronce, su primer podio desde los Juegos de Río 2016. Sin embargo, lo que parecía ser un momento de gloria se tornó en amargura cuando, apenas unos segundos después de finalizar la carrera, se anunció su descalificación.

La maratoniana, que había logrado una ventaja de más de tres minutos sobre su perseguidora, se dirigía hacia la meta para colgarse la medalla de bronce cuando ocurrió lo inesperado: su guía, Mia Carol Bruguera, sufrió unos fuertes calambres que la obligaron a detenerse.

En un acto reflejo, Congost soltó la cuerda que las unía durante un segundo para evitar que su compañera se cayera. Un gesto humano que, sin embargo, contravenía el reglamento y le costó la descalificación.

Un incidente desafortunado en los últimos metros

Elena Congost, quien compitió en la categoría de discapacidad visual, estuvo acompañada durante los 42,195 kilómetros del recorrido por su guía, Mia Carol Bruguera.

Ambos mantuvieron un ritmo constante y lograron distanciarse de la cuarta clasificada, la japonesa Misato Michishita, por más de tres minutos. Todo indicaba que la catalana aseguraría el bronce y volvería a subir al podio paralímpico tras su última medalla en Río.

Sin embargo, cuando faltaban apenas dos metros para cruzar la meta, Bruguera sufrió calambres en una pierna, lo que la hizo tropezar. En un acto reflejo, Congost soltó la cuerda que la unía a su guía durante un breve instante para evitar que esta cayera al suelo.

Aunque el gesto fue casi imperceptible, los jueces aplicaron el artículo 7.9.5 del reglamento, que establece la descalificación si el atleta suelta la cuerda en cualquier momento de la carrera.

La decisión fue fulminante: Elena Congost, quien ya había celebrado su bronce, fue descalificada inmediatamente tras cruzar la línea de meta.

"Estoy destrozada", la reacción de Congost ante la descalificación

Elena Congost no pudo contener su frustración tras conocer la noticia. "Estoy destrozada porque tenía la medalla", declaró la atleta, visiblemente afectada por lo que consideró una sanción "injusta" y "surrealista". Para la maratoniana, la situación no se debió a ninguna trampa ni a un intento de obtener ventaja sobre sus rivales, sino a un acto reflejo para evitar una caída.

"No me han descalificado por hacer trampas, sino por ser persona", también reaccionó contundente la catalana a la descalificación. "Solo dicen que he soltado la cuerda un segundo y como lo he hecho, pues ya está, no hay vuelta atrás", explicó la atleta.

Congost insistió en que su acción no le proporcionó ningún tipo de beneficio y que nunca se detuvo durante la carrera. Su frustración se acentuó al saber que su esfuerzo de meses había quedado anulado por un detalle tan pequeño, algo que para ella "cualquier humano habría hecho".

Además, Congost expresó su preocupación por las repercusiones de esta descalificación en su futuro deportivo. "Es triste porque venía de estar sin beca y mi objetivo era conseguirla de nuevo. Ahora me quedo sin el plan ADOP (Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico), y me volverán a dejar fuera de todo", lamentó la maratoniana.

El apoyo de las autoridades y la falta de una acción firme

La noticia de la descalificación de Elena Congost ha provocado una oleada de apoyo, tanto de sus seguidores como de figuras públicas. La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, fue una de las primeras en mostrar su solidaridad con la atleta. A través de sus redes sociales, la ministra elogió el esfuerzo de Congost y su guía, Mia Carol Bruguera: "Estamos inmensamente orgullosos de Elena y de Mia".

El Comité Paralímpico Español (CPE) emitió un comunicado horas después de conocerse la descalificación, en el que anunció que, debido a la "magnífica actuación" de Congost, se planteará la concesión de una beca en la próxima reunión del panel de decisión que comparten con el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Deportes para Ciegos.

Sin embargo, no mencionaron ningún tipo de acción para revertir la decisión de los jueces, dejando a la atleta sin opciones de recuperar su medalla.

No obstante, a pesar de las palabras de apoyo, parece que las autoridades españolas no tomarán medidas para recurrir oficialmente la descalificación. Según el reglamento de los Juegos Paralímpicos, el incidente se ajusta a la normativa vigente, lo que complica cualquier intento de apelación.

Un futuro incierto para Elena Congost

Para Elena Congost, la descalificación no solo ha supuesto la pérdida de una medalla, sino también la posibilidad de obtener apoyo económico para continuar con su carrera deportiva.

Tras ser madre de cuatro hijos y regresar a la competición después de una larga pausa, la maratoniana había apostado todo a su participación en París 2024. Su objetivo era volver al plan ADOP y asegurar su plaza para futuras competiciones internacionales. Sin embargo, la descalificación complica ahora sus planes.

Congost ha demostrado una y otra vez su capacidad para superar obstáculos, y aunque este ha sido un golpe duro, no cabe duda de que la catalana seguirá luchando. "He demostrado lo que podía hacer", confesó con tristeza, recordando que, pese a las adversidades, logró cruzar la meta en tercera posición en unos Juegos Paralímpicos.

En definitiva, la descalificación de Elena Congost ha generado un debate sobre la rigidez de las normas en el deporte paralímpico y la falta de flexibilidad para evaluar situaciones como la que ocurrió en el maratón de París 2024.

A pesar del apoyo público y el reconocimiento de su esfuerzo, las autoridades españolas no parecen dispuestas a recurrir la decisión de los jueces, dejando a la atleta sin su tan ansiada medalla de bronce. La historia de Congost es un recordatorio de la fragilidad del éxito en el deporte de élite, donde un segundo puede cambiarlo todo.

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