La RFEF se ha convertido en el epicentro informativo del deporte nacional por méritos propios, tanto deportivos como extradeportivos. Tras una década de sequía, en junio de 2023 España conquistó la Nations League en la tanda de penaltis ante Croacia, otorgando al recién aterrizado Luis de la Fuente su primer triunfo como seleccionador nacional.
Un título menor, sí, pero un título. Dos meses después, vendría el pelotazo definitivo. La selección femenina conquistaba en Nueva Zelanda su primer Mundial ante Inglaterra en un partido de infarto en el que el disparo cruzado de Olga Carmona en la primera parte ejerció de juez, jurado y verdugo. Sin embargo, tamaña hazaña se vio empañada en la algarabía de la celebración.
En la entrega de medallas, Luis Rubiales, ya expresidente de la RFEF, besó a Jennifer Hermoso, provocando el inicio de un huracán mediático que terminó con el de Motril fuera de la presidencia, pese a su polémica rueda de prensa donde se negó a dimitir. FIFA y CSD se pusieron manos a la obra para poner todas las trabas posibles a Rubiales, quien acabó yéndose por la puerta de atrás.
Días después de su marcha, y pese a haber sido ratificado en su cargo, Jorge Vilda, exseleccionador nacional, también abandonó la RFEF, satisfaciendo así los anhelos de gran parte del vestuario, quienes se habían amotinado meses antes para tratar de sacarlo de cualquier modo.
Sin el apoyo del Gobierno, quien claramente había dejado caer a Rubiales con tal de soliviantar las críticas, el expresidente se enfrentaba, por fin, a sus fechorías económicas. Aunque escándalos tiene muchos, pues todos recordamos su particular fiesta en Salobreña, el informe contra el fútbol femenino o la destitución de Julen Lopetegui por un ataque de celos, ha sido la Supercopa de España lo que le puede llevar a la ruina.
Luis Rubiales fue detenido el pasado miércoles 3 de abril en el aeropuerto de Barajas a su llegada desde República Dominicana. Horas después, la Guardia Civil lo dejó en libertad a expensas de que le llegue la citación para comparecer ante la jueza por presuntas irregularidades en los contratos que han llevado la Supercopa de España a Arabia.
Sin cabezas visibles en la RFEF
La salida de Rubiales abrió la puerta a que Pedro Rocha, hasta entonces presidente de la Federación Extremeña de Fútbol, para que dirigiera la Comisión Gestora, teniendo que poner en marcha el proceso electoral que renovará la Junta Directiva de la RFEF. Aunque de renovador va a tener poco, pues el propio Rocha se presentó como candidato a las elecciones, siendo la persona con más opciones de revalidar el cargo dejado por Rubiales en aquel momento.
Cabe recordar que Pedro Rocha era uno de los hombres fuertes del canario criado en Motril, por tanto, de consolidarse su victoria en las urnas, el proceso de renovación será lo mismo que lleva siendo la RFEF desde hace décadas. Una farsa. Rocha, a diferencia de otros posibles candidatos como el comunicador Carlos Herrera, presentó los avales necesarios para consolidar su candidatura.
Esto se traduce en tener el apoyo del 15% de la Asamblea General de la RFEF. Sin embargo, el viernes 12 conocimos la imputación de Rocha en el llamado caso Brody, por lo que su candidatura quedó anulada. El resto de aspirantes tienen hasta el 15 de abril para lograr sus apoyos. Mientras tanto, los dos principales equipos de la Federación, la selección absoluta masculina y femenina, encaran un verano trascendental para los diferentes proyectos deportivos.
El masculino, con Eurocopa y Juegos Olímpicos. Aunque a la cita de París acuden los sub-21 con 3 excepciones, la Eurocopa de Alemania sí se antoja clave. Tras el éxito de la Nations League, España busca cuajar un gran papel en un torneo donde no parte entre las principales favoritas por razones evidentes. Sin embargo, tampoco lo era en 2021 y acabó llegando a semifinales, teniendo que ser eliminada en los penaltis.
Las vigentes campeonas del mundo encaran los Juegos como la gran oportunidad para ganar por primera vez el oro olímpico, con el que culminaría un año futbolístico de ensueño con el Mundial y la Nations League.
Así es España, la vida sigue mientras ruede el balón y caigan los goles. No importan los casos de corrupción, el caos o la más que posible vuelta al caciquismo en la RFEF. Si hay goles, hay esperanza.
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