Ellos son los que han tenido a todo un país pegado al televisor durante un EuroBasket tan épico como, por momentos, agónico. Un grupo humano obligatoriamente remendado por las bajas, pero que ha terminado mostrando un espíritu combativo y un carácter ganador admirables. Así es la España campeona:
4 - Pau Gasol (pívot): Memorable. Tan simple como decir que la suya en este EuroBasket ha sido quizá la mejor actuación individual de la historia de los torneos FIBA. Sin él, como confesaron varios de sus propios compañeros, España difícilmente hubiera alcanzado siquiera la clasificación olímpica directa.
5 - Rudy Fernández (alero): El suyo ha sido un campeonato complicado, lastrado por las dolencias en la espalda y exigido por la obligación de multiplicarse en ataque y en defensa ocupando una demarcación clave en muchos emparejamientos. Sus lágrimas tras la final lo dicen todo.
6 - Sergio Rodríguez (base): Tenía una ocasión ideal para lucirse sin José Manuel Calderón y Ricky Rubio opacándole y la ha aprovechado. Distinguido como mejor director de juego del torneo, su talento y su descaro han sido claves en varios momentos peliagudos.
7 - Willy Hernangómez (pívot): Llegaba al torneo para aprender, madurar y comenzar la integración en una dinámica que le será habitual a no mucho tardar. No sólo lo ha hecho, sino que además ha ofrecido minutos de una solvencia muy interesante.
8 - Pau Ribas (escolta): Ha demostrado por qué esta temporada fue incluido en el Quinteto Ideal de la ACB. Su capacidad para hacer de todo sobre la cancha le ha resultado muy valiosa a Scariolo. Ha estado a la altura del puesto de titular que ha ocupado.
9 - Felipe Reyes (ala-pívot): Se ha redimido del frustrante rol que ocupó en la pasada Copa del Mundo. Y ha vuelto a ser importante por su casta, su intensidad y su experiencia. Rindió siempre que puso un pie en el parquet.
10 - Víctor Claver (ala-pívot): Permanentemente bajo la lupa por ser la controvertida apuesta de Scariolo, ha terminado encontrando su sitio después de algunos tumbos. Sus labores de intendencia en las cercanías del aro han acabado ayudando mucho a España.
11 - Fernando San Emeterio (alero): Dio la impresión en ocasiones de estar algo infrautilizado, porque rara vez no cumplió cuando saltó a la cancha. Tuvo un momento de gran inspiración contra Italia, demostrando que, aunque en la Selección se ponga el mono de trabajo, es mucho más que un simple obrero.
12 - Sergio Llull (base): Siempre con su ya tradicional habilidad para convertir canastas en el momento en el que más hieren al rival. Como de costumbre, no le quemó el balón en las manos. Su personalidad en juego es indudable. Clave también en defensa.
13 - Pablo Aguilar (ala-pívot): Testimonial. Disputó un total de diez minutos en todo el torneo. Este oro le revitalizará después de una temporada algo decepcionante.
14 - Nikola Mirotic (ala-pívot): Esperábamos tantísimo de su enorme talento que quizá su actuación nos haya dejado un poco fríos. Sus aptitudes ofensivas son indudables, pero puede que hayamos echado de menos algo de carácter. Si sigue en órbita de Selección (y todo apunta a ello), está llamado a logros importantes.
15 - Guillem Vives (base): Al igual que el de Aguilar, su papel ha sido muy secundario. Con el puesto de base casi monopolizado por sus compañeros, sólo le hemos podido disfrutar veinticinco minutos en cancha. Con todo, experiencia seguro enriquecedora para él.
E - Sergio Scariolo: Su trabajo táctico ha sido muy bueno, desarmando pizarras con caché como la de Fotis Katsikaris o la de un Vincent Collet que amargó a Orenga el año pasado. Quizá sólo Djordjevic en la primera fase le ganó la partida. Supo que la victoria pasaba por la defensa e hizo remangarse al equipo. La exhaustiva labor de preparación de partidos de su cuerpo técnico ha resultado importantísima.
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