Sin el prestigio de una Eurocopa o un Mundial, España se llevó en los penaltis la Nations League en un partido exclusivo para muy aficionados, ya que el fútbol exhibido por ambos equipos fue muy pobre. Café para los muy cafeteros. Lo hizo en los penaltis tras 'deleitar' al público con un fútbol de posesión pero de poca productividad que tampoco mejoró Croacia. Con este trofeo, España vuelve a ganar un título internacional tras once años de sequía.
Los primeros minutos fueron para España, que se hizo con el control del choque gracias a una presión alta y al fútbol de posesión. Esto permitió al conjunto español dominar el balón y dar pocas opciones a Croacia para construir jugadas. Así llegó la más clara de esta primera fase: recuperación de Gavi en la frontal del área croata para después rozar el palo con un disparo raso.
Pese a los chispazos de España, los primeros veinte minutos fueron soporíferos, con un fútbol poco vistoso por parte de dos equipos poco dispuestos a cometer errores. El único que trataba de hacer cosas distintas era Fabián, aunque con poco éxito. El fútbol estático de España impedía la creación de espacios. Los croatas, quizá demasiado defensivos, encontraban dificultades a la hora de complicar las cosas a España, aunque fueron de menos a más, llegando a arrinconar a 'La Roja' en los últimos compases del primer tiempo.
La más clara de la primera mitad la tuvo Kramaric en el minuto 22. El delantero croata aprovechó la posición adelantada de la defensa española para plantarse casi solo frente a Unai Simón. Recuperó la posición rápido Laporte, que mandó el balón a corner. Un minuto después, de nuevo Kramaric estuvo cerca de rematar un buen centro lateral. Primeras llegadas croatas, pero muy efectivas.
El más peligroso, sin duda, fue Perisic. El extremo izquierdo croata, muy potente en la arrancada y en el salto, supo imponerse por alto a un Jesús Navas que jamás destacó por su juego aéreo. Pese a estos detalles, la primera parte acabó como empezó: aburriendo. El fútbol captará pocos nuevos aficionados con partidos como el de hoy.
La segunda mitad empezó como acabó: siendo aburrida. El único cambio que se produjo fue de dominio, ya que la estéril posesión española erraba ante una Croacia que comenzaba a presionar más arriba. Las ocasiones eran escasas, aunque la mejor la tuvo España: Marco Asensio remató alto un buen centro de Jordi Alba. Después, la monotonía regreso para protagonizar la final. Lo único que agitó la coctelera fue el cansancio, que permitió que hubiese más espacios.
Para buscar el gol, Luis de la Fuente sacó a Joselu por un Morata sumido en la más absoluta intrascendencia. También dio entrada a Ansu Fati, que mejoró el juego de España. El culé tuvo una clara a los pocos minutos de entrar: recibió un balón interior que rechazó el portero Livakovic hacia las botas de Fabián, que no encontró portería. Pese a los ligeros 'uys', mismas sensaciones que en la primera mitad: un partido para no parar de bostezar.
La única clara de verdad, la tuvo de nuevo Ansu: un remate al borde del área pequeña fue cortado por un defensa croata cuando Livakovic ya estaba vencido. Esta ocasión pareció espolear a los españoles e intimidar a los croatas, ya que España se instaló en campo contrario de forma casi permanente y Croacia pasó a defender en la frontal del área. Se le hizo larga la recta final a los croatas, pero el poco acierto español les permitió forzar la prórroga.
Ni los más optimistas esperaban que aumentase la emoción y no fallaron: el partido mantuvo su monótono ritmo. Cerca estuvo de mover el marcador Majer, pero Nacho, que entró por Le Normand, estuvo salvador evitando un peligroso mano a mano. Después Dani Olmo mandó arriba un balón suelto que le quedó en la frontal del área. El resto de la prórroga fue intrascedente, con dos equipos poco dispuestos a buscar el gol.
Si el partido fue malo, la tanda de penaltis fue gloriosa, con dos equipos muy acertados desde los once metros. Ahí, Unai Simón se vistió de héroe: ante una Croacia que no fallaba, el portero del Athletic se sacó dos paradones para hacer a España campeona. La primera permitió a España adelantarse y la segunda, reponerse del fallo de Laporte, que estrelló el balón contra el larguero. El encargado de lanzar el último y definitivo penalti fue Carvajal, que emuló a Sergio Ramos con un disparo a lo panenka.
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