La delegación española en la NBA nos ha acostumbrado, cada vez más, a los altibajos durante 2016. Con el paladar demasiado fino gracias a héroes como Pau Gasol, el aficionado español aún no toma conciencia de lo difícil que es devenir en una estrella rutilante en la mejor liga del mundo. Con el ramillete de jugadores más amplio de la historia (diez en otras tantas franquicias), la casuística se multiplica y el reparto de roles entre los nuestros es más heterogéneo que nunca: desde imprescindibles a marginales pasando por una nutrida variedad de realidades deportivas.
En la cima de la montaña, quizá por primera vez en la carrera de ambos, Marc Gasol está por encima de su hermano Pau. El pívot de los Grizzlies ha añadido a su ya conocida riqueza de fundamentos un tiro de tres muy fiable y pugna por ser el mejor center puro de la liga. Un nivel All-Star que su hermano no ha alcanzado este curso en San Antonio, quizá algo opacado por LaMarcus Aldridge en particular y por la realidad coral de los Spurs, candidatos a todo.
En una nota alta se encuentra también Sergio Rodríguez, que ha agitado Philadelphia con su baloncesto de fantasía. Mucho más maduro que en su anterior aventura norteamericana, el canario pone el espectáculo en una franquicia, eso sí, que sigue sufriendo para arañar victorias.
Transitando (y batiéndose el cobre) por las inmediaciones de los aros se encuentran Serge Ibaka y Willy Hernangómez, destacados cada uno en su nivel. El hispano-congoleño aterrizó en el calor de Orlando y ha fijado su tarjeta de presentación en un interesante 15-7 de promedio, mientras que el rookie (con números inferiores, eso sí) ha arrancado en más de una ocasión los aplausos del Madison en los albores de una carrera que apunta a ser larga en la NBA.
Quizá sean Ricky Rubio y, sobre todo, Nikola Mirotic los que más nos hagan torcer el gesto. El base ha tenido la fortuna de que el novato Kris Dunn, escogido para jugar en su mismo puesto, no está cuajando. Pero pocos silencian ya las campanas de traspaso en Minnesota. Algo similar le ocurre al alero nacido en Podgorica: sin Gasol, Rose o Noah campeando por el United Center, los Bulls esperaban un paso adelante del hispano-montenegrino que se está produciendo sólo a ratos. Y hay quien ya le ve lejos de Chicago.
Finalmente, en el apartado de los marginales en cuanto a minutos, nos encontramos al triunvirato Calderón-Juancho-Abrines. El extremeño actúa como mentor en unos Lakers más enfocados a desarrollar el talento joven que a darle peso en el minutaje, el menor de los Hernangómez lucha por asomar la cabeza en Denver a través del trabajo y la intensidad cada vez que salta al parquet y el ex del Barcelona está deviniendo en un especialista en el tiro exterior en unos Thunder que viven por y para Russell Westbrook.
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