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La Eurocopa que conquistó el equipo que no ganaba partidos

Finaliza un torneo marcado por el cambio de formato de la competición, con 24 selecciones, en el que jamás hubo un campeón tan barato como Portugal y un fútbol tan mediocre. 

El pasado sábado 25 de junio ocurrió un hecho poco relevante para la mayoría de la población, pero tremendamente revelador para los estudiosos del fútbol. Hacía 50 años, concretamente desde 1966, que no se jugaba un partido en la fase final de una Eurocopa o un Mundial que concluyese sin un mísero disparo a puerta de los dos equipos en los 90 minutos. Esa noche, en el Stade Bollaert-Delelis de Lens, Croacia y Portugal 'deleitaron' al mundo con uno de los espectáculos más deleznables que se recuerdan sobre un campo de fútbol. El partido se resolvió en el minuto 127 de la prórroga, en la única jugada de peligro. El croata Perisic cabeceó al poste de la portería de Rui Patricio en un córner y en la contra consiguiente, un rechace de Subasic a chut de Cristiano fue empujado por Quaresma a la red.

Thierry Braillard tiene fama de meterse en charcos, de ser poco diplomático para un puesto tan importante como el de secretario de Estado para el Deporte de Francia. Sostiene Braillard que la culpa del mal fútbol que se ha visto en la Eurocopa es "del cambio en el sistema de la competición. El paso de 16 a 24 participantes ha permitido que muchos hagan cálculos en la primera fase sabiendo que podían clasificarse como terceros. Si se hubieran clasificado solo los dos primeros, habría sido diferente. Además hay jugadores que llegan con 60 partidos en las piernas y no dejan de ser humanos. Es lógico que acusen la fatiga". 

Jamás se celebró un torneo con tantas selecciones hasta el Mundial de España 82, el primero con 24 participantes. El formato ideal de la Eurocopa es el de 12 selecciones, con fase previa de tres partidos por grupo y a semifinales- Eso permite llegar más descansados y desplegar mayor calidad, ya que en el mejor de los casos jugarían 5 partidos en tres semanas, uno cada 4 días. Sin embargo, Gianni Infantino, el sucesor de Blatter, ya habla de 40 participantes en el Mundial. El ansia recaudatoria de la FIFA no conoce límites. Derechos de televisión, entradas, merchandising...

En una Eurocopa con 24 equipos puedes perder los dos primeros partidos y clasificarte. Alemania ha pasado tres días clasificada sin saber su rival. Es un formato estúpido", apunta Podolski

El nuevo formato de la Eurocopa ha dado mucho que hablar estos días. Y no siempre bien. El alemán Podolski era bastante gráfico al respecto: "En esta Eurocopa puedes perder los dos primeros partidos y tener oportunidad de clasificarte para la siguiente ronda. Alemania ha pasado tres días clasificada sin saber contra quién jugaba los octavos. Es un formato estúpido". Lo cierto es que el modelo de 24 selecciones ha convertido la Eurocopa en un torneo tumultuoso y caótico. Lejos queda la primera edición en 1960, en la que Rusia se impuso a Yugoslavia en la final con un torneo de cuatro participantes. En 1980 se amplió a ocho equipos y en 1996, hasta 16.

Pero business is business y desde la UEFA el mensaje es otro. "Este formato va a perdurar hasta la Eurocopa 2020 y seguramente en 2024. Había muchas personas nerviosas porque creían que no iba a funcionar y ha funcionado. Hemos visto equipos como Gales o Islandia llegar más lejos que nunca, algo que nadie hubiera creído. Eso es bueno para el fútbol. Y además, hemos vendido el 99% de las entradas, casi 2,5 millones. Un gran éxito", apunta el director general de la Eurocopa-2016 de la UEFA, Martin Kallen.

Esta Eurocopa ha visto cómo triunfaba la campeona más mediocre de la historia de la competición: la Portugal de Fernando Santos. Los lusos llegaron a estar fuera del torneo durante muchos minutos en el partido ante Hungría, pero un renqueante Cristiano acudió a su rescate con dos goles. Desde entonces Santos subió un punto la audacia en la propuesta futbolística y el equipo fue pasando rondas. Superaron el grupo sumando tres puntos, sin ganar, con tres lastimosos empates ante selecciones accesibles como Islandia (1-1), Austria (0-0) y Hungría (3-3).

Pasó ronda como una de las mejores terceras, al no tener el goal average en contra, y se midió en octavos con Croacia en el partido que nadie disparó a puerta. Esa noche Santos repitió en la sala de prensa una frase que se ha convertido en su mantra estas semanas: “¿Ganar la Eurocopa empatando todos los partidos? Lo firmo ya”. En cuartos de final, otro empate y a los penaltis, donde Cristiano, Renato, Moutinho, Nani y Quaresma no fallaron para dejar fuera a Polonia. Portugal estaba en las semifinales sin ganar un partido, limitándose a defender y salir a la contra (en algún partido ni esto). Recordando a la pírrica Grecia que en 2004 les robó su Eurocopa en Lisboa con aquel gol de Charisteas. Y fue la semifinal, insospechadamente, el partido más plácido para los lusos y el único en el que han lograron una victoria (0-2, ante Gales), en los noventa minutos reglamentariosLa final no fue una excepción y la conquistó gracias a un gol en la prórroga, en el minuto 108. Nunca fue tan barato y tan agónico ganar una Eurocopa.

El precedente más reciente se encuentra en la Eurocopa de 2012, en la que Italia –finalista- se plantó en semifinales con un balance similar: cuatro partidos jugados (no había octavos), una victoria y tres empates. En 2004 Holanda había caído en semifinales tras ganar un partido, empatar dos y perdido otro. Pero jamás ganó una Eurocopa una selección con un balance como el de los portugueses. Por contra, la mejor selección de la historia de la Eurocopa, si a números nos referimos, fue la Francia de 1984, que levantó su primer título ganando los cinco partidos disputados con un balance de 14 goles a favor y cuatro en contra. Los Platini, Tigana, Giresse y compañía derrotaron en la final a una España que llegó a ese partido final ganado un solo partido en la fase de grupos ante Alemania Federal (0-1), empatando dos con Rumanía y Portugal, y superando las semifinales ante Dinamarca en la tanda de penaltis (1-1 y 4-5 en la tanda).

Si Portugal es la peor campeona de la historia, también pasará a la historia la Eurocopa por la peor tanda de penaltis disputada jamás en una competición de este rango. Se necesitaron 18 lanzamientos para determinar qué equipo seguiría adelante en el duelo de cuartos entre Alemania e Italia. Hubo siete penaltis errados, cifra récord. Hasta que Italia fue eliminada por un fallo de Darmian, cuyo penalti detuvo Neuer, ya habían fallado otros tres italianos: Zaza, Pellé y Bonucci. Los tres errores azzurri se produjeron antes de llegar a la muerte súbita, en la ronda de cinco lanzamientos. ¡y aún así no fueron eliminados! 

Un caso cómico fue el de Zaza. El delantero de la Juventus, que había entrado en el último minuto de la prórroga solo para lanzar un penalti, escenificó un peculiar taconeo en su carrerilla que no le sirvió de nada ante Neuer, pero le convirtió en el penalti más viralizado en redes sociales de la historia. El balón se marchó a la grada, aunque inmediatamente después Alemania desaprovechó el regalo y Müller mantuvo su gafe en las Eurocopas (ni un gol en juego o en las tandas) errando el siguiente lanzamiento. Después, Barzagli sí acertó y el que erró fue el alemán Özil. El autor del tanto germano en el tiempo reglamentario estrelló el esférico contra la madera. Después Pellè vaciló a Neuer, advirtiéndole que le haría un lanzamiento a lo Panenka, y lo acabó fallando. Lo que Draxler aprovechó para colocar el 2-2. Dos fallos finales de Bonucci (al palo) y Schweinsteiger, mandaron el partido a la muerte súbita. Tras diez lanzamientos, el duelo se mantenía en un raquítico 2-2. Sin embargo, la presión por el fallo definitivo pareció dar alas a los lanzadores, que comenzaron a desfilar sin fallo.

Por Italia marcaron Giaccherini, Parolo y De Sciglio, y por Alemania, Hummels, Kimmich y Boateng. Hasta que Neuer acertó la intención a Darmian y Buffon vio como un disparo picudo de Hector se le colocaba por debajo, metiendo a Alemania en semifinales. Una explosión de adrenalina efímera (cayó en semifinales ante Francia) que le sirvió para cerrar la peor tanda de penaltis de la historia. Poco o nada se hablará en lo deportivo de esta edición más allá de la apuesta ofensiva de una Alemania penalizada por sus groseros errores defensivos, las actuaciones estelares en las áreas de Francia con Griezmann y el portero Hugo Lloris, el despliegue táctico de Conte en una Italia de pizarra o aportaciones individuales como las de Bale o Cristiano.

En esta Eurocopa se hablará del jolglorio, del despliegue ambiental de aficiones de selecciones pequeñas como Islandia, Gales o Irlanda del Norte. Países que han llevado el espectáculo a las gradas, contagiando a sus voluntariosos futbolistas para alcanzar cotas impensables. Mientras los islandeses celebraban como vikingos las conquistas de sus hordas futbolísticas, que llegaron a mandar a casa a Inglaterra, Gales entonaba orgullosa el 'Tierra de mis padres' con miles de dragones en sus gradas celebrando que su selección llegase hasta las semifinales. 

https://youtube.com/watch?v=Jr9gvJKR8Wc

Sin embargo, el hombre de la Eurocopa es Will Grigg, joven delantero de 24 años de Irlanda del Norte que, sin jugar un solo minuto, se ha convertido en la verdadera estrella. Grigg es delantero del Wigan inglés, donde han celebrado 28 goles suyos en un par de temporadas. Eso provocó que un aficionado del club llamado Sean Kennedy quisiera agradecerle sus goles adaptando una vieja canción de los 90 'Freed from desire' de la italiana Gala. Cántico que los irlandeses han tomado prestado convirtiendo en todo un hit el "Will Grigg's on fire, your defence is terrified" ("Will Grigg está en racha, la defensa está aterrorizada"). La fama del futbolista se ha disparado tanto como la de su selección, que ha duplicado el tráfico de su página web, lejos aún del crecimiento descomunal de la Islandia (170,8%).

https://twitter.com/kris_dines18/status/747428445538353152

Pero no todo en las gradas ha sido bueno. En las primeras jornadas de competición los incidentes, las peleas, las agresiones y las batallas campales estaban a la orden del día. En una Eurocopa blindada ante la amenaza terrorista, el peligro estaba dentro de los estadios, en los ultras que arrasaron con media Francia. Abrieron las hostilidades rusos e ingleses y a partir de ahí, turcos, polacos, alemanes, eslovacos... Hasta 50 imbéciles españoles de las facciones más radicales de diferentes clubes como Real Madrid, Atlético o Málaga se citaron con los franceses para pegarse con los turcos. Afortundamente la policía les detuvo antes de las primeras escaramuzas en Niza.

Tampoco en lo deportivo España se lleva nada a casa. Iniesta desplegó su majestuosidad en un equipo mediocre que ha perdido la brillantez del tiqui-taca. Contarán las crónicas que todo empezó regular, con un escándalo sexual denunciado por una menor en el que apareció involucrado De Gea. Siguió mal con una rajada épica de Pedrito, que quiso edulcorar culpando a la prensa. Y terminó peor con un feo ajuste de cuentas de Del Bosque con un Iker Casillas que no jugó ni un minuto y lo pagó desairando al cuerpo técnico.

La Eurocopa de Francia ya es historia. La de más partidos y menos fútbol de la historia. Casi un Mundial europeo en el que ni siquiera llegamos a sentir la tentación de sufrir el síndrome de Estocolmo. Una Eurocopa que ha conquistado el equipo que no ganaba partidos. En un mes empieza la temporada... ¡Au revoir!

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