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La F1 vuelve a un país donde "gente está muriendo y siendo torturada"

El Gobierno de Bahréin acaba de cambiar la Constitución para poder juzgar civiles en tribunales militares.

Grupos de acción por los derechos humanos han instado, una año más, a la dirección de Fórmula 1 a que se suspenda el Gran Premio de Baréin que se celebra este fin de semana, acusando a los dirigentes del país de Oriente Medio de querer utilizar el evento para "blanquear" abusos y mejorar su imagen en el extranjero.

"Requerimos a la Fórmula 1 una medida concertada y visible, acorde con su compromiso con los derechos humanos", exigieron los grupos en una carta dirigida al presidente de la Fórmula 1, Chase Carey, y a los directores generales Sean Bratches y Ross Brawn.

El Gran Premio de Fórmula 1 es el evento deportivo más importante del país asiático, que cuenta con una audiencia compuesta por millones de espectadores en todo el mundo y que se ha celebrado en Baréin desde 2004, a excepción del año 2011, en el que una agitación civil violenta provocó su cancelación.

"Nos ponemos en contacto para suspender la carrera de este año, en vista de la alarmante situación del país", añade una carta que fue enviada por la organización Gulf Centre of Human Rights (GCHR), el Instituto por los Derechos y la Democracia, Artículo 19 y Americanos por la Democracia y los Derechos Humanos en Baréin.

Los activistas reconocieron de forma privada, tras una rueda de prensa, que no esperaban que la petición fuese a ser reconocida. Bahréin, antiguo protectorado británico y puesto avanzado para la Armada estadounidense en la región del Golfo, ha intensificado recientemente la represión contra la oposición, censurando al Partido 'al-Wefaq' y arrestando a numerosos activistas.

La Fórmula 1, criticada por celebrar carreras en países acusados de abusar contra los enemigos de sus gobiernos, publicó un comunicado en 2015 para desmarcarse y respetar "los derechos humanos internacionalmente reconocidos".

La organización de la competición está en la actualidad bajo el mano de Liberty Media, con sede en Estados Unidos, que arrebataron el puesto de comercial supremo a Bernie Ecclestone el pasado enero. Ecclestone confirmó que estaría en Baréin para la carrera, siendo la primera a la que atiende desde que fue expulsado.

Además, la carta mandada afirma que la Fórmula 1 se "convertiría en cómplice" de la violación de derechos humanos en Baréin de no cancelar la carrera.

"La Fórmula 1 manda un mensaje a la gente de Baréin y es que al mundo no le importa lo que ocurre en su país. El gobierno usa este evento para blanquear y dar una imagen diferente de lo que está ocurriendo en el país", aseguró el activista Zainab al-Khawaja.

"Mientras la gente sufre diariamente, quieren gente de fuera para ver la carrera... Y no todas las imágenes de gente que está muriendo y siendo torturada", acusó.

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