El lanzador de martillo Pawel Fadjek celebró por todo lo alto su título mundial y la medalla de bronce de su compañero Wojcioech Nowicki. El campeón polaco, líder del ránking mundial y dominador intratable de su espacialidad, ya había ganado el título anteriormente, pero hacerlo acompañado en el podio por otro compatriota desató la euforia en la expedición polaca, que celebró el éxito como se merecía.
Lo advirtió al bajar del podio: "It will be a big party tonight". Y lo cumplió. Los medios polacos han relatado la juerga de sus compatriotas, una borrachera en la que cerca estuvo de perder la medalla conseguida unas horas antes. La fiesta arrancó en un céntrico restaurante de Pekín y concluyó en el hotel, pero hubo muchas paradas por el camino.
Cuando Fadjek despertó con una resaca tremenda después de ingerir cantidades poco recomendables de vodka, llamó a la policía al descubrir que no tenía la medalla de oro ganada. Según el portal de noticias chino Tencent, los agentes localizaron al taxista que había llevado al lanzador en su periplo festivo y éste aclaró les reveló que ¡el lanzador había insistido en pagar la carrera de toda la noche con su medalla! El taxista aceptó, pues era la única manera que tenía de cobrar su servicio, aunque luego devolvió la presea al lanzador en presencia de la policía y recibió, además del pago de la carrera, una generosa propina por parte del resacoso Fadjek.
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