Felipe Massa posiblemente sea un optimista bien informado, pero cuando la consigna en Ferrari es trabajar al 120% y tener convicción en el éxito final, no parece muy adecuado enviar mensajes que rozan la rendición. En contra de lo pregonado por las dos máximas autoridades actuales en la escudería –Luca di Montezemolo, presidente, y Fernando Alonso, primer piloto-, el brasileño dejó caer en su país algo muy parecido a un “no hay nada que hacer”.
Al referirse al circuito de las Américas que acoge por vez primera una prueba de F1, el GP de Estados Unidos que se celebra el próximo domingo, Massa dijo ante la prensa de su país lo siguiente: "Es una pista nueva, diferente. Si tuviera que décir qué tipo de circuito es, diría que, por lo que vi en el simulador, se aproxima mucho a Corea del Sur e India. En ambos casos tuvimos un coche competitivo, pero Red Bull también fue muy fuerte”. Traduciendo: que si Felipe tuviera que apostar lo haría por la pole y el triunfo de Vettel en Austin, que es lo que sucedió en Yeongam y Nueva Delhi.
El brasileño no confía demasiado en la remontada de Fernando Alonso, segundo en la clasificación del Mundial con diez puntos menos que Sebastian Vettel. Ni, consecuentemente, en las novedades que llevará Ferrari a Estados Unidos. Massa va más allá y, además de Red Bull, incluye como rivales peligrosos a otras dos escuderías: “No será una batalla fácil viendo el ritmo de Red Bull en las últimas carreras. McLaren también puede llegar fuerte y Lotus ganó la última carrerda”.
Estas declaraciones de tono pusilánime confirman el carácter de Massa en la pista. Y fruto de ello es su discreta temporada y la escasa labor de equipo que le presta a su compañero. Rara vez es capaz de aguantar un mano a mano con los grandes y de ahí su 7º puesto en la clasificación, con 95 puntos, a 58 de Jenson Button sexto, y a ¡150! de su compañero de Ferrari.
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