Aficionado a las sentencias bélicas orientales, Fernando Alonso describió con una de ellas el estado de ánimo que le embarga tras el agridulce segundo puesto obtenido en el GP de India. "Si se rompe la espada, ataca con las manos. Si te cortan las manos, empuja al enemigo con los hombros, sino con los dientes #samurai #IndiaAlo", escribió en Twitter. El enemigo es Vettel -o Red Bull o Adrian Newey (director ténico de la escudería austriaca)-, ganador el domingo y líder del Mundial con 13 puntos de ventaja; la espada rota y las manos amputadas, el Ferrari; y los dientes, los del español que mordieron durante 60 intensas vueltas al circuito de Buddh y quieren seguir haciéndolo en las tres carreras que quedan para el final del Mundial: Abu Dabi, Estados Unidos y Brasil.
Alonso: "Si se rompe la espada, ataca con las manos. Si te cortan las manos, empuja al enemigo con los hombros, si no con los dientes"
Al asturiano no le queda otra si quiere remontar en la clasificación y, además, sabe que la presión constante en carrera sobre el Red Bull del germano es la mejor baza, por no decir la única, ante un coche aerodinámicamente muy superior. Salvo accidente, Ferrari sólo puede agarrarse a su probada fiabilidad. Los números cantan. Mientras que Vettel estrenó en India el octavo y último motor que puede montar en su bólido sin sufrir penalización, a Fernando Alonso le queda uno sin desembalar y otro con pocos kilómetros.
La vida útil de un motor sin problemas suele ser de tres carreras, así que si Vettel no se proclama campeón antes de la última cita -Brasil-, debería reservar uno de los ya usados, el que menos desgaste presente, para jugarse el título en Interlagos, precisamente uno de los trazados más exigentes con las mecánicas. Alonso, en cambio, puede jugar con el propulsor que todavía tiene empaquetado y con el que usó en Bélgica, cuando abandonó en la primera curva tras la enésima barrabasada de Grosjean.
A Vettel le basta un triunfo y dos terceros puestos para proclamarse campeón
Ese motor hizo muy pocos kilómetros en Spa, pero es probable que haya sido utilizado en alguna sesión de entrenamientos posteriores, algo permitido por el reglamento. Lo que está prohibido es utilizar más de ocho a lo largo de la temporada. O, mejor dicho, a partir del noveno se castiga con diez puestos de penalización en la parilla de salida a quien lo monta en su coche.
La estrategia más inteligente de Vettel pasa por obtener un triunfo el domingo en Abu Dabi, cuando aún disfrutará de un motor con una sola carrera a las espaldas, y luego dedicarse a contemporizar sin excesivos riesgos. Porque aunque Alonso fuese segundo en Yas Marina y ganase en Estados Unidos y Brasil, al alemán le valdrían dos terceros puestos en estos dos últimos GP para proclamarse tricampeón. Si la pelea se estrecha hasta tal extremo, entrarían en liza los compañeros de equipo de ambos, Webber y Massa. En este caso, tanto el australiano de Red Bull como el brasileño de Ferrari tienen su respectivo motor número 8 sin desempolvar.
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