Felipe Massa no pudo ocultar su íntima satisfacción. En la primera cita del Mundial tras conocerse que Ferrari no le renovará a partir de noviembre, el brasileño se marcó una meritoria última vuelta en la Q3 y saldrá sexto en el GP de Singapur que se disputa este domingo (Antena3, 14:00h).
No es una posición para lanzar cohetes, pero es a lo que se puede aspirar hoy en día con el coche de Ferrari y, sobre todo, es un puesto mejor que su compañero Fernando Alonso, séptimo. De ahí la alegría del brasileño a duras penas contenida.
Y esa satisfacción está trufada de cierto aroma a revancha. Y todo ello envuelto en enigmática ironía cuando respondió a una pregunta sobre sus intenciones de ayudar o no a Fernando Alonso en su intento de alcanzar y superar a Vettel, de nuevo pole tras otra exhibición estratosférica en la sesión de calificación.
"Para ser sinceros, ¿cómo le voy a ayudar? Sebastian (Vettel) saldrá primero y creo que Fernando tiene que rezar para que algo le ocurra al coche de Vettel", dejó caer Massa.
El brasileño habló siempre en tercera persona, como si el asunto ya no fuera de su incumbencia: "No va a ser fácil terminar por delante de Vettel y Alonso necesita que le pase algo. No creo que pueda hacer mucho, siendo honesto, por lo que trataré de hacer la mejor carrera que pueda".
Y, por si alguien no le había entendido, aclaró un poco más sus intenciones: "Quiero terminar mis últimas siete carreras de la mejor manera posible. Hablando desde el corazón, no sé si Fernando va a necesitar mi ayuda".