Cada vez que alguien cuenta una intimidad de Ferrari sube el pan. La penúltima la publica La Gazzetta dello Sport y ha provocado la caída de otro mito. El simulador, vendido como una de las escasas maravillas de la Scuderia, tampoco funciona como debería.
Según la información del diario deportivo italiano, Ferrari está trabajando desde hace ocho meses en una evolución del actual simulador de Maranello -sede del equipo rojo- y ya ha aplicado varias actualizaciones de software, además de algunas mejoras mecánicas de la llamada "araña", mecanismo que debe imitar con la mayor fiabilidad posible los movimientos y reacciones del coche.
Además, La Gazzetta desvela que Fernando Alonso y Pedro de la Rosa, piloto de pruebas contratado expresamente para el simulador, intercambiaron papeles después del Gran Premio de Gran Bretaña. Así, Alonso hizo kilómetros en la máquina de Maranellos y De la Rosa se subió al bólido en Silverstone.
Ese trabajo de los dos españoles "sirvió para agudizar la correlación entre los datos reales y los de la máquina". Es decir, los datos no concuerdan o, al menos, no concordaban hace meses, cuando se parió el nefasto F14T.
Es más, Ferrari quiere solucionar ese retraso con un nuevo simulador que debe instalarse en un futuro próximo. Pero sin prisa. Si el coche no corre, tampoco van a correr en la fábrica, ¿no?
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