No es que Ferrari fuera a sufrir apuros económicos, nunca los ha sufrido, pero en tiempos convulsos es un alivio contar con el respaldo de una empresa como Phlip Morris hasta el año 2018. La tabaquera más poderosa del mundo ha renovado un contrato con la Scuderia que expiraba en diciembre. El equipo italiano recibirá unos 140 millones de euros por año.
Lo más sorprendente de esta poderosa unión de dos empresas líderes radica en el hecho de que la publicidad de tabaco está prohibida en la Fórmula 1 desde 2007, hace ya ocho años. Primero, Ferrari regateó a la ley pintando en sus coches el famoso código de barras. Cuando también le obligaron a borrar esto, ya tenían diseñado un hábil logotipo que recuerda de forma más que subliminal una cajetilla de tabaco Marlboro, marca de cigarrillos principal de Philip Morris.
La americana es la única compañía fabricante de cigarrillos que conserva un vínculo con la Fórmula 1, y la ampliación de patrocinio que se acaba de conocer ahora data de hace más de un año, según ha desvelado Mauricio Arrivabene, director deportivo de Ferrari.
No es casualidad que tanto Arrivabene como Sergio Marchionne, director ejecutivo de Fiat, empresa matriz de Ferrari, sean dos hombre más que allegados a la compañía tabaquera. Así, Marchione cobra unos 280.000 euros al año como director no ejecutivo de Philip Morris y tiene 4,5 millones de euros en acciones de la compañía, según datos publicados por Bloomberg. Y, por si fuera poco, ambos son fumadores. Arrivabene consume Marlboro y Marchionne, cigarrillos Muratti, otra de las marcas de Philip Morris.
Philip Morris, con sede en Nueva York, promociona su alianza con Ferrari en algunas tiendas libres de impuestos de los aeropuertos y en las calles de Mónaco. No hace más alardes sobre el patrocinio para evitar presiones de los grupos antitabaco.
También era mítica la concentración de pretemporada en la lujosa estación invernal de Madonna di Campiglio. Organizaba Fiat -Ferrari y Ducati- e invitaba a los periodistas del motor durante unos días de ocio y fiesta inolvidables. Pagaba, cómo no, Philip Morris. Oficialmente conocido como Wroom, la cita invernal se canceló el año pasado "por la crisis".
Muchos lo interpretaron como el principio del fin de la relación entre la tabaquera y la Scuderia. ¿Fernando Alonso también y ese fue otro factor -menor- en su decisión de abandonar Ferrari? En este caso, el humo no indicaba fuego, y la mítica colaboración empresarial se prolongará hasta 2018. De momento.
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