Nadie presente en la pista Manolo Santana permaneció sentado tras la derrota de Rafa Nadal este martes ante el checo Jiri Lehecka (7-5; 6-4). Menos aún con la despedida que tenía preparada el torneo madrileño para uno de los mejores tenistas de la historia. La simbiosis del balear con el Mutua Madrid Open se remonta hasta el año 2003. Gracias a una invitación de la organización, Nadal debutó en el Mutua Madrid Open -antes conocido como el Masters de Madrid- ante su compatriota Álex Corretja. El resto se cuenta solo.
En total, veinte participaciones, ocho finales, cinco títulos -2005, 2010, 2013, 2014 y 2017- y un balance de 59 victorias y 15 derrotas. "Aplaudid y no dejéis que se vaya", gritaban en Madrid. "Ahí te dejo", decía en cambio un Nadal que se despedía conmocionado ante los suyos y con una ovación para el recuerdo. “Ojalá y que los finales olvidaran terminarse”, narra el bueno de Residente en una de sus últimas canciones lanzadas al mercado. 313 es toda una oda a la eternidad, una pieza audiovisual que sirve tanto de inspiración como de ejemplo imperecedero. Eso mismo sucede con Rafael Nadal.
Porque no hay nada más bonito en el deporte que un buen puñado de elogios y un recuerdo que perdure durante el resto de la historia. Nadal quedará enmarcado por siempre en los anales del tenis y el episodio vivido este martes en Madrid estremecerá a todo aquel que desee volver a ver el último partido del mallorquín en la capital.
El tenista balear empezó a perder el partido, no obstante, en la tarde del lunes, cuando Pedro Cachín le robó el segundo set y le obligó a disputar una tercera manga. Eso no entraba en los planes de Nadal, al igual que jugar en la sesión nocturna, la cual no protagonizaba desde las semifinales de 2019, donde perdió con Stefanos Tsitsipas.
La puesta en escena de Jiri Lehecka fue igual de imponente que su físico. Saques a 221/226 kilómetros por hora que se convirtieron en auténticos balazos que retumbaban en la Caja Mágica. El checho es el digno sucesor de su entrenador, Tomas Berdych, un pegador letal que también le ganó a Nadal en Madrid en 2006. Berdych se retiró en 2019 , en cambio, Rafa sigue exprimiendo sus últimas gotas de sudor sobre las pistas; con 37 años a cuestas y un palmarés envidiable.
Lágrimas en el "adiós" de Rafa Nadal
Era impensable que el mejor tenista español de todos los tiempos marchara así sin más. De esta manera, Madrid despidió emocionado a Nadal en la pista Manolo Santana, descolgando del techo cinco lonas con las fotografías de los cinco títulos ganados por el manacorí en el Masters madrileño. Con la banda sonora de Gladiator, su película favorita, Nadal también sonrió con vídeo de sus partidos en la capital española. Se le escapaban las lágrimas a su familia e incluso al Cholo Simeone y entonces Nadal se atrevió a ironizar incluso con un "todo esto era una broma, el año que viene vuelvo".
Al balear no le gustan las despedidas. Pero justamente si algo saben hacer bien los españoles es justo rendir homenaje a sus seres más queridos y para muchos Nadal ha sido "más que un padre". "Es un día difícil cuando llega, pero la vida y mi cuerpo me han mandado señales para saber que es el momento adecuado. Solo puedo agradecer a todos quienes en algún momento me han ayudado en mi carrera. Esto es un regalo que habéis mantenido vosotros durante 21 años. Madrid ha sido para mí más importante que un Grand Slam", aseguraba emocionado a pie de pista el ganador de 22 grandes.
Todo el mundo aplaudía y algún que otro presente aprovechaba para coger un pañuelo y secarse las lágrimas de los ojos antes que Nadal continuara hablando. "Espero que haya podido ser un buen ejemplo para las nuevas generaciones. Eso es más importante que los títulos. Espero haber generado emociones positivas y lo único que puedo decir es gracias", sentenciaba el manacorí. Hasta en su adiós a Madrid mantenía el tipo que todo este tiempo le ha caracterizado: un humilde individuo que ha convertido su hobby en una forma de vida y que ha unido a toda España para celebrar con él sus logros.
El horizonte de Rafa a partir de ahora
Además, Rafa señaló que, aunque fue un homenaje de despedida, su temporada aún no ha terminado. "No quería hacer un mar de lágrimas. Ha sido una noche emocionante a más no poder, pero no es el momento de dejar ir todo lo que llevo dentro a nivel de emociones y sensaciones. En Madrid cierro un círculo. No me imaginaba estar aquí con casi 38 años", dijo antes de recibir un trofeo de manos de Feliciano López y Gerard Tsobanian, CEO del Mutua.
Por delante aún quedan dos objetivos importantes para Nadal, otras dos despedidas que elevarán las emociones, si cabe, de los más acérrimos al tenis. Roland Garros y los Juegos Olímpicos se dejan ver en el horizonte. Antes llegará el Masters 1000 de Roma, donde Rafa también quiere participar. "Quiero jugar en Italia y hacerlo bien. Voy a trabajar duro para que eso pase. Es uno de los torneos más importantes de mi carrera ya que lo gané 10 veces y me voy de Madrid con menos dudas de las que presentaba cuando llegué".
Fue entonces cuando las redes sociales empezaron a hacer su magia. Todo tipo de comentarios de personajes célebres inundaron las aplicaciones donde no había nada más viral que vídeos y fotos de la despedida de Nadal en Madrid. "Todos tenemos que celebrar que hemos tenido la oportunidad de ver en acción durante mucho tiempo a una leyenda del deporte. Hay dos generaciones españolas que podremos decir a nuestros nietos que hemos visto jugar a Rafa. Le hemos visto ganar partidos agónicos, protagonizar remontadas épicas o incluso una superación constante en su lucha contra las lesiones. Eso es de agradecer", decía, por ejemplo, Carlos Herrera.
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