La fiscalía alemana acusó este viernes al jefe de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone, de haber pagado 44 millones de dólares al banquero Gerhard Gribkowsky para tratar de "mantener su poder" sobre el negocio de la categoría reina del automovilismo.
El motivo para el pago de esa cantidad a un directivo del banco público BayernLB fue comprar su influencia ante la prevista venta de la participación que tenía la entidad en la Fórmula 1, apuntó el fiscal en la segunda vista del proceso contra Ecclestone, que se celebra en la Audiencia de Múnich.
La fiscalía reaccionó con esta corta declaración a los argumentos presentados una semana atrás por la defensa del patrón de la Fórmula 1 en la apertura del juicio.
Ecclestone se presentó entonces como la víctima de un chantaje y se mostró convencido de que podrá demostrar su inocencia con nuevas pruebas y documentos.
Al británico, de 83 años, se le acusa de haber pagado esa cantidad a Gribkowsky, para que la entidad banquera bávara vendiera su participación en la Formula 1 a la empresa por él elegida.
El caso se remonta a 2006, cuando el BayernLB poseía cerca del 50% de las acciones de la Fórmula 1 tras la quiebra del grupo mediático alemán Kirch y encargó su venta al jefe de su departamento de riesgos, Gribkowsky, quien negoció con Ecclestone la transacción.
Según la acusación de la fiscalía, Ecclestone le pagó en torno a 32 millones de euros (44 millones de dólares) para que esa participación acabara en manos de la empresa británica CVC Capital Partners y evitar así que alguien ajeno pudiera ensombrecer su posición de liderazgo en el negocio.
Gribkowsky reconoció en su día el cobro y fue condenado a prisión por delitos relacionados con esa operación.
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