No hay duda, la huella que dejó Fernando Alonso en Ferrari es imborrable. Al menos por ahora. Ha pasado un año desde que el piloto español decidió irse de la Scuderia, y los italianos siguen sin digerir lo que consideran un desplante inadmisible. Sólo así se explican las constantes alusiones despectivas provenientes de algunos despachos de Maranello.
La penúltima, hace unos días en la tradicional fiesta de Navidad en la que el equipo rojo reúne a todos sus empleados para hacer balance y despedir el año. Al final, como en toda cita de postín, llegan los discursos. Y, cómo no, habla el presidente, Sergio Marchionne.
Marchionne hizo un apartado especial en la figura de Sebastian Vettel, tetracampeón mundial que ha vivido su primera temporada en Ferrari, precisamente como sustituto de Fernando Alonso. Y claro, el dirigente italiano no pudo contenerse. Para alabar al alemán pretendió dejar en mal lugar al español.
"Vettel es fantástico. El otro día aquí en Maranello realizó un discurso delante de 1.200 personas, todo en italiano. Fue increíble. En sólo un año, puedo decir que se ha hecho más 'ferrarista' de lo que lo fue Alonso en cinco años", dijo el presidente de la Scuderia.
Como parece ser norma de la casa, en Italia muchos no escuchan las palabras de gratitud y admiración de Alonso cada vez que habla de su paso por Ferrari (2010 a 2014). Les molestó tanto su huida hacia McLaren, que siempre que pueden se lo echan en cara dejando caer eso de que "creaba un mal ambiente en el equipo".
Además de los constantes ataques provenientes de Maranello, algunos aspirantes a vestir de rojo tampoco desaprovechan cualquier oportunidad de meter baza. Y como saben que criticar a Fernando está bien visto en las altas instancias italiana, van y dejan sus recados. Por si suma algún punto.
Es el caso de Daniel Ricciardo. Al piloto de Red Bull le preguntaron por su futuro, y el australiano aprovechó para dejarse querer por Ferrari: "Es algo que tendré que meditar. En 2017 habrá una gran cantidad de cambios en las reglas y la última cosa que quiero que me pase es lo que le sucedió a Alonso, que saltó de un barco que luego es aquel en el que cualquiera desearía estar".
A todo esto, Marchionne y Ricciardo tienen la osadía de hablar de los sentimientos de Alonso como si fueran sus portavoces. El caso es atizar al asturiano, que bien podría decir aquello de "ladran, luego cabalgamos".
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