Cada vez que un alto mando de McLaren o de Honda se sincera, sube el pan. Y, pese a las constantes llamadas a la paciencia y la esperanza de unos y otros, prácticamente cada semana se conocen nuevos datos que dibujan un panorama muy cercano al desastre y al caos en la planificación y puesta en escena del nuevo coche que tortura desde enero a Fernando Alonso y a su compañero Jenson Button.
Los más recientes ejemplos han sido protagonizados por los jefazos de las marcas japonesa y británica respectivamente. Yasuhisa Arai, director de Honda Sport, y Ron Dennis, presidente ejecutivo de McLaren, coinciden en anunciar una gran mejoría para después de las vacaciones, pero ambos desvelan nuevos problemas y defectos en el proyecto y el vehículo que provocan escalofríos por su relevancia y magnitud.
"Sabíamos que no iba a ser fácil, pero no nos imaginábamos que iba a ser tan duro", reconoce el jefe de Honda
"Confío en que nuestros problemas de fiabilidad ya han quedado atrás, lo que quiere decir que podemos centrar nuestra atención en incrementar la potencia", declara un voluntarioso Arai al hacer un repaso de la primera mitad de la aciaga temporada.
El japonés indicó que tras el parón veraniego su plan es aplicar una nueva especificación del motor modificando alguno de los 'tokens' (fichas o partes mecánicas) que la FIA les permite cambiar o desarrollar a lo largo de este año (a Honda le quedan siete). "Creemos que nuestra unidad de potencia es muy competitiva. No obstante, sabíamos desde el principio que habría problemas. Sabemos qué área está afectada y en la segunda mitad de la temporada introduciremos nuevas partes para resolver el problema y más caballos para mejorar nuestra competitividad".
Hasta aquí, un mensaje más que optimista e ilusionante. Lo malo viene ahora, cuando el directivo nipón se sincera y cuenta los detalles del regreso de Honda a la Fórmula 1 y a sus nuevos nuevos motores 'V6'.
"Sabíamos que las expectativas siempre iban a ser altas por nuestra legendaria historia con McLaren. Muchos aficionados tienen una gran imagen del patrimonio de McLaren-Honda, por lo que esperaban que volviéramos a la F1 y fuéramos competitivos de forma inmediata. Está claro que no ha sido así -arranca el relato a corazón abierto de Arai-. Pero este deporte ha cambiado enormemente desde los días de gloria de McLaren-Honda. Sabíamos que no iba a ser fácil, pero no nos imaginábamos que iba a ser tan duro".
Esas sorpresa y desorientación han sido más pronunciadas de lo que se sospechaba hasta ahora: "No me imaginaba qué dirección íbamos a tomar en cuanto a la tecnología, pero tengo plena confianza en lo que hemos hecho con nuestra unidad de potencia. Necesitábamos crear algo radical para batir a los grandes equipos y ese es nuestro objetivo: vencer a los mejores. La normativa actual en cuanto al motor es muy complicada, por lo que un pequeño error en un componente produce un efecto dominó en otros elementos. Este tipo de reacciones en cadena provocaron que el coche se parara más de lo que calculábamos o de lo que imaginábamos. Lo complicado es que no puedes calcularlo con precisión sin correr en pista".
Y claro, todo esto ha provocado conflictos internos. "Cada paso de este nuevo proyecto se ha discutido con la dirección de McLaren. Todos los días estamos discutiendo. Yo sé que ellos están bajo la presión de los patrocinadores, pero confío en que nos ayudemos mutuamente para lograr buenas e innovadoras ideas. Trabajar con dos culturas diferentes dentro del equipo nos ha hecho más fuertes y más creativos. Tenemos una muy buena relación y un muy buen equipo. Confío en todo el equipo, y no sería McLaren Honda sin todos y cada uno de ellos. No estaríamos luchando tan duro como lo hacemos sin su apoyo y duro trabajo".
Ron Dennis: "Una de las cosas con las que tenemos que luchar es con la temperatura de los neumáticos"
El jefe de Honda tampoco rehuye el delicado asunto de su posible destitución o dimisión forzada: "Por supuesto que tengo una gran presión sobre mis hombros, especialmente por parte de los fans, la junta directiva de Honda y mis colegas, pero esto es completamente normal. Pero espero seguir conduciendo este proyecto y creo que nuestros miembros de la junta confían en mí plenamente".
Filosofía y gestión grupal aparte, tanto Arai como Ron Dennis desvelan también dos problemas concretos que han lastrado la lenta evolución del MP4-30. El jefe de Honda afirma que "lo más importante para nosotros ahora es concentrarnos en la combustión. Las regulaciones actuales requieren una alta eficiencia de dicha combustión y por eso queremos cambiar la característica con el diseño de la cámara y la ingesta y el diseño del sistema de escape. Otro asunto que abordaremos es la reducción de la fricción mecánica. Para ello cambiaremos el sistema de engranajes".
Menos técnico, Ron Dennis reconoce que "una de las cosas con las que tenemos que luchar es con la temperatura de los neumáticos. Simplemente, no tenemos el nivel de rendimiento general para generar el calor suficiente en las gomas. Creo que una vez lleguemos al punto ideal para hacer trabajar a los neumáticos, el coche brillará. En ocasiones, sucede en la carrera. Todavía hay mucho camino por recorrer, pero llegaremos allí".
Esta nueva y desaconocida carencia no impidió al presidente de McLaren desarrollar el habitual discurso buenista marca de la casa: "El trabajo que hemos estado poniendo no sólo en el coche sino en el motor comenzará a funcionar en las próximas carreras. Definitivamente, daremos otro paso adelante en Spa, y luego creo que vamos a mejorar progresivamente".
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