Finalizada la pretemporada de Fórmula 1, varias certezas anuncian, paradójicamente, el Mundial más incierto de los últimos años.
La única verdad es absoluta es que, como anunciaba el drástico cambio reglamentario, los motores son la piedra angular de los nuevos bólidos.
Y, según lo visto en todas y cada una de las sesiones de entrenamiento celebradas en Jerez y Bahréin, Mercedes ha hecho el mejor trabajo, Ferrari está en un escalón inferior y Renault amenaza desastre.
Y, claro, Renault es la marca que monta el motor de los bólidos Red Bull, dominadores apabullantes en los cuatro últimos años y seriamente tocados a dos semanas de la primera cita, el GP de Australia (16 de marzo).
Ferrari ha completado una pretemporada correcta, pero sigue sin deslumbrar. La Scuderia arrnaca más esperanzada que en anteriore campeonato, pero es sobre todo porque no vislumbran la alargada sombra de Red Bull.
En cambio, los enemigos a batir por Fernando Alonso y Kimi Raikkonen son Lewis Hamilotn, Nico Rosberg y sus respectivas balas doradas de Mercedes.
Hay que esperar a rodar de verdad en Melbourne, pero es inevitable sentir cierto regusto amargo, otra vez, al comprobar que otra escudería, en este caso la de la afamada marca alemana, parece haber hecho las cosas mejor que los italianos.
Así lo demuestra el buen funcionamiento de los Mercedes, pero también el de los Williams y los Force India, que montan motores de la fábrica de la estrella.
McLaren también lleva mecánica germana, pero no ha destacado ni en prestaciones ni fiabilidad tanto como las tres escuderías antes citadas.
La cruz son los Renault, cuyos problemas sin fin han relegado al ostracismo a las dos escuderías punteras en 2013: Red Bull y Lotus.
Fernando Alonso parece moderadamente satisfecho con lo realizado: "El equipo ha hecho todo lo posible para acelerar los cambios que había que hacer en el coche. Agradezco a todo el equipo el esfuerzo que está haciendo".
Lo que no quiere decir que esté contento: "Hay muchas cosas de la unidad de potencia que estamos aprendiendo para mejorar el rendimiento del coche, pero aún no estamos donde queremos estar".
Todo indica que la base de Ferrari es buena. Se trata de mejorarla durante el Mundial y evitar que, como sucedió el año pasado, el español pida como regalo de cumpleaños otro coche de la parrilla. ¿Un Mercedes tal vez?
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