Aprovechando el parón liguero por partidos internacionales, David Beckham llegó a la ciudad central de Wuhan en la última etapa de su gira promocional por China, donde decenas de miles de seguidores han asistido a sus actos benéficos y a sus entrenamientos, en los que el inglés ha hecho furor al jugar sin quitarse el traje ni la corbata. La anécdota de su viaje se produjo cuando al golpear un balón con zapatos en lugar de con botas, resbaló y acabó en el suelo.
El ex internacional inglés, actualmente en el Paris Saint Germain, publicó en su página de Facebook fotografías con jugadores del equipo local, el Wuhan Zall, así como con representantes del gobierno municipal de esa ciudad a orillas del Yangtsé. Antes visitó en su nuevo rol como "embajador de la liga china" las ciudades de Pekín y Qingdao, donde, encorbatado, jugó unas pachangas con niños de las divisiones inferiores en los clubes locales.
"Quiero hacer todo lo posible para ayudar a que los niños de China se conviertan algún día en jugadores profesionales", señaló esta semana Beckham en Pekín. Se espera que el centrocampista de 37 años visite tres veces China este año para promocionar el deporte en el país y al mismo tiempo mejorar la imagen de la liga nacional en el exterior, muy maltrecha después de años de escándalos por compraventa de partidos.
Si los planes se cumplen, Beckham incluso capitaneará una selección internacional que en noviembre disputará un amistoso contra un combinado de jugadores de la liga china. En meses anteriores llegaron a circular incluso rumores de que el también ex jugador del Manchester United, Milan y Los Angeles Galaxy podría ser fichado por un club chino, aunque finalmente Beckham optó por París.
El inglés afronta la difícil tarea de dar a conocer en otros países una liga todavía desconocida y en la que la calidad parece haber ido en declive en los últimos años (tras clasificarse para Corea/Japón 2002, la selección china ha estado ausente en los Mundiales).
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