"El fútbol me ha destrozado, no me hacía bien, me quitaba las ganas de todo. Ha cambiado mi forma de ser y yo no quiero ser así". La desgarradora confesión no corresponde a un veterano jugador que ya ha pasado por todos los campos que necesitaba pisar. El autor es Víctor Pina, de 21 años, milita en Tercera División defendiendo los colores del CD Castellón y acaba de anunciar su renuncia.
En declaraciones al diario Levante, Pina desvela que se va del Castellón "sin rencores, por motivos personales y agradeciendo la comprensión del club". Simplemente porque quiere "ser feliz".
Víctor juega al fútbol desde los 4 años. Formado en las categorías inferiores del Castellón, se marchó al Villarreal en 2012. Jugó en el juvenil del Roda y del Villarreal hasta que en enero de 2014 regresó al club albinegro. Estuvo año y medio. La temporada 2015-16 la jugó en el Borriol, donde fue titular y anotó 10 goles. Le valió para regresar a su equipo del alma el verano pasado. En el presente curso liguero sólo ha participado en cuatro de las once jornadas de Liga. Ahora dice adiós.
"La vida no se acaba, la vida sigue. Siendo honesto, ahora mismo siento que he perdido años de la mía"
"Llevo unos años en los que no consigo disfrutar del fútbol. Y no soy feliz", argumenta. "No es una decisión fácil, ni se toma de la noche a la mañana. Cuando llegas al fútbol de verdad, es diferente. A lo mejor no he tenido suerte con los entrenadores, no he encontrado a ninguno que confiara de verdad en mí, y eso va mermando la seguridad en ti mismo. El fútbol me afectaba demasiado y ha llegado el momento en el que no me compensa".
"En torno al fútbol se idealiza todo demasiado, a los futbolistas se les ve como dioses o como ídolos, y todos son personas normales como tú o como yo. La vida no se acaba, la vida sigue. Siendo honesto, ahora mismo siento que he perdido años de la mía", añade.
Duras palabras que, pese a todo, no sepultan del todo la esperanza. Según señala Levante, Pino empezará a trabajar en una empresa familiar. "Mi pensamiento ahora mismo es olvidarme durante un tiempo del fútbol, despejar la mente. El futuro nunca se sabe. Si me vuelven las ganas de jugar, valoraré si merece la pena".
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