Desde los tiempos de los romanos, cuando durante la celebración de los Juegos Olímpicos se paraban las guerras, hasta los días de hoy, la política ha estado siempre unida al deporte porque éste le proporciona pureza y virtud, algo que la primera no tiene.
Esta semana se ha presentado en Barcelona 'La función política del Barça', un libro escrito por el periodista Ramón Miratvillas en el que, como su propio título indica, se habla de la relación entre la política y el Futbol Club Barcelona, una institución considerada 'más que un club' y que, según el tópico, debe asumir el liderazgo de Cataluña.
'La función política del Barça' arranca en los inicios fundacionales del club catalán y hace una especial parada en la última etapa del presidente Joan Laporta, donde la política fue ganando espacio al balón. En el libro se comentan las anécdotas de las elecciones donde irrumpió el 'Kennedy catalán', como denominó la prensa a Laporta, la búsqueda por parte de los políticos para hacerse una foto con él, y por supuesto, la facilidad con la que Laporta tenía que "soportar" tanta adulación.
Tal y como se puede leer en la contraportada del libro, "Hablar del FC Barcelona es también hablar de sociedad, de identidad, de filosofía de masas y de instrumento político. Junto con La Caixa y la Generalitat, constituye uno de los tres pilares de Catalunya y, en una era de esplendor deportivo..."
En la presentación intervinieron Toni Aira, periodista y profesor de la URL i la UPF, Gabriel Colomer, profesor de Ciencia Política de la UAB, Lluis de Carreras, abogado, ex profesor de la Universidad Ramon Llull y la UOC, Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Ramón Miravitllas, autor del libro de la editorial Catarata.
Los diferentes profesores universitarios y pensadores dejaron claro que para ellos un buen catalán debe ser del Barcelona e independentista, porque, como dijo uno de ellos, "si no, se puede convertir en un funcionario del Espanyol". Se veía venir cuando la presentación se inició en castellano y se escuchó un murmullo.
Pero la afirmación que más llamó la atención durante la presentación de 'La función política del Barça' fue que "el que se quería integrar en Cataluña se hacía del Barça; el que no, del Espanyol". En pocas palabras, fue un curso acelerado de lo que para un sector de la política catalana es el futbol, y concretamente el FC Barcelona, y el peligro que se corre cuando un deporte y un club de tanta dimensión se utilizan para fines tan perversos.
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