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"A Messi hay que mirarle y no preguntarle, sospecho que solo un niño podría sacarle una gran entrevista"

Ramón Besa es un cronista privilegiado del mejor Barça de siempre. Desde las páginas de El País, donde es jefe de deportes de la redacción de Barcelona, ha visto como el fútbol evolucionaba, el nacimiento del equipo de Guardiola, la relación de Luis Enrique con los medios, las diferentes directivas, el famoso entorno del Barça. En él está la mirada crítica, la prosa quirúrgica y la opinión más certera. 

Hace poco escribiste un artículo sobre la política de comunicación del Barcelona, que ha sacado a los medios del avión oficial. Es un cambio que también se ha ido dando en Madrid. ¿En qué ha podido fallar la prensa para que se dé esta situación?

Pues seguramente el aumento de medios de comunicación, el hecho de que se hayan masificado los puntos de encuentro y que a veces no se hayan respetado normas que se consideraban de sentido común, como cuando se decía que no se podían emitir imágenes durante el vuelo, ha habido determinadas malas praxis periodísticas. Pero yo entiendo que no es de recibo que paguen justos por pecadores. El club ha decidido tener un argumento para decir que no viajen los periodistas cuando tenían mil para favorecer que viajaran. Ese punto de encuentro, que hasta ahora se había dado, ha desaparecido. Esperemos que la situación se reconduzca, creo que tanto el club como representantes del periodismo están dando vueltas a la situación para mejorarla. Esta semana hemos tenido una prueba de que el club es sensible a determinadas opiniones y actitudes periodísticas que están más por encontrar puntos de encuentro que por la ruptura. Se ha visto en la presencia de Iniesta o Luis Suárez en las ruedas de prensa. Lo que de alguna manera se solicita es que los puntos de encuentro, las zonas comunes, se respeten y permanezcan.

"Si desaparece el periodismo de estar presente en el escenario también lo hará un tipo de control social, una mirada exigente que hay que tener; estamos en un momento crítico"

¿Es ahora el momento más difícil que tú recuerdas para cubrir la información del club?

Sí, porque hemos perdido contacto, no tenemos mucha información y eso favorece la opinión y la especulación. Si tú no puedes ver el entrenamiento no tienes una opinión de si el equipo está bien o está mal; si no puedes viajar con ellos no sabes cómo está cada jugador o no puedes intercambiar opiniones. No puedes gestionar la información, que se supone es el trabajo de los periodistas. Si eso se mantiene los periodistas acabaremos siendo como cualquier ciudadano normal y corriente, viendo las redes sociales y con los jugadores expresándose a través de sus patrocinadores. El oficio de periodismo es saber qué ocurre y contar lo que no se quiere que se cuente, porque la comunicación corporativa ya suministra la información que necesitan los medios para que nadie se queje. Si desaparece ese tipo de periodismo de estar presente en los escenarios desaparecerá un tipo de control social, desaparecerá la mirada que hay que tener exigente sobre el deporte y, prácticamente, desaparecerán los periódicos. Estamos en un momento crítico y hay que intentar resolverlo.

¿Cómo es la relación de la prensa con Luis Enrique? Desde fuera parece un personaje difícil, muy arisco y lejano.

Su relación con la prensa siempre ha sido muy compleja, ya lo era como jugador y se mantiene ahora como entrenador. A veces da la sensación de que acude por la fuerza a las ruedas de prensa, aunque acude. También creo que tiene muy diseccionada la sala de prensa y hay periodistas que le parecen más próximos que otros y solo hay que ver sus muecas y expresiones para saber cuándo está conforme y cuándo no. De la misma forma que creo que ha tenido su incidencia en el hecho de que dejemos de viajar en el avión, también le molesta comparecer en rueda de prensa porque hay algún tipo de preguntas que no le convencen. Puedo estar de acuerdo con él en que hay preguntas que pueden incomodar, cada vez aparecen en la sala de prensa más medios diferentes, se puede preguntar desde una cuestión futbolística a una personal o política, pero es que es el único sitio de punto de encuentro para la prensa. El club tiene que exponerse a asumir estas ruedas de prensa porque es el canal que ha puesto para que la gente pregunte, no hay otra posibilidad, no hay opción en el entrenamiento, ni de viajar con las jugadores, ni ninguna otra salvo un patrocinador, que no se da en el caso de Luis Enrique pero sí en el de los jugadores, para tener contacto. Su relación con la prensa siempre ha sido muy conflictiva, muy difícil en su mayoría. Los casos concretos que tengan buena relación con Luis Enrique, más allá de lo que es la relación con el Barça, son escasos.

"A veces da la sensación de que Luis Enrique acude por la fuerza a las ruedas de prensa; tiene muy diseccionada la sala de prensa, solo hay que ver su cara para saber cuándo está conforme"

El año pasado tuvo muchas críticas y terminó ganando el triplete. ¿Se equivoco la prensa ahí? Además se habló mucho del cambio que supone el juego que propone él frente al del Barça de Guardiola, que es la referencia canónica para el club. ¿Qué diferencias les ves a ambos?

No es fácil saber cuáles son los motivos. Puede ser que nosotros no contásemos bien las cosas que estaban ocurriendo. Cuando te decía que a veces opinamos y especulamos más que informamos porque no tenemos acceso a la información, lo que estábamos vendiendo del vestuario del Barça y la dificultad que tenía Luis Enrique para mantenerse como entrenador porque las relaciones con el vestuario eran muy conflictivas, puede ser que no fuesen del todo ciertas. No lo sé, lo que es evidente es que después de Anoeta se produjo una catarsis en la que yo creo que tuvo mucho que ver el pacto entre Luis Enrique y Messi. A partir de ahí lo que era una relación muy tensa se convirtió en una relación correcta, profesional y tuvo dos vertientes muy importantes. Messi fue el que liberó al equipo, consiguió una cosa que era muy difícil, que tres jugadores, tres solistas, limiten sus egos en función del equipo, el tridente, Luis Suárez, Neymar y Messi, conviven sin problema. Recuerdo cuando Cruyff decía que cómo iban a convivir dos gallos en un mismo gallinero y aquí conviven tres. Sabemos lo que ocurrió en la etapa de Guardiola, que Ibrahimovic difícilmente convivía con Messi, Ronaldinho tuvo que irse cuando llegó Guardiola… Lo que ha sabido hacer Luis Enrique es facilitar la convivencia de los egos y mantener una política de hábitos de entrenamiento, hábitos alimenticios y mientras Messi, Luis Suárez y Neymar se lleven bien, eso funcionará.

La diferencia con Guardiola es que Luis Enrique sabe vivir en conflicto, no le apura, no teme las salidas de tono de uno o de otro. Guardiola necesita tenerlo todo siempre muy controlado y por eso su juego era muy fluido, muy armónico, todo parecía preciso, todo era más bucólico. Con Luis Enrique es un fútbol más directo y vertical aunque respeta sobre todo el estilo del Barça de partir desde los centrocampistas que le dan sentido al equipo. El juego de extremos ha desaparecido, el Barça era de los pocos que aún jugaba con extremos y ahora ni Deulofeu tiene sitio porque lo ocupan los tres delanteros. Luis Enrique ha evolucionado un estilo que Guardiola dejó en punto muerto. Cuando se fue la gente no lo creyó, pero tenía toda la razón del mundo, por más vueltas que le daba al equipo no sabía encontrar mejores soluciones al equipo. Luis Enrique sí que supo recoger este testigo y aceptar una cosa que muchos entrenadores no hubiesen aceptado, que son tres delanteros que son capaces de armar tres equipos diferentes a su alrededor. Este es el gran mérito de Luis Enrique, ha podido garantizar la convivencia de jugadores muy diferentes.

Messi es uno de los jugadores de los que más has escrito, ¿es el mejor que has visto? A los que vivimos lejos nos cuesta entender a Messi cuando deja de ser futbolística. Es un personaje enigmático, casi no habla, se especula acerca de su trato con los compañeros, parece muy lejano... ¿Cómo es él en realidad?

Puff, es que yo creo que a Messi hay que mirarle y no preguntarle. Si le preguntas yo tengo la sospecha de que la única persona que puede sacarle una gran entrevista a Messi es un niño, porque solo con los niños se muestra amable y distendido. Cuando ve un periodista se pone a la defensiva y en el trato no es una persona fácil. Es tímido, introvertido y vive distinto. Lo mismo que os ocurre a vosotros le ocurre a la mayor parte de la prensa de Barcelona. No digo que no haya excepciones, pero es muy reservado y lo único que puedes hacer es mirarle y aplaudirle: mirar su frecuencia de pase, la forma en que sonríe, con quién se mezcla en los entrenamientos… Se ha visto por ejemplo que tiene una complicidad con Luis Suárez y Neymar a partir de un asado, empezaron sentándose a comer, luego con el mate... Son gestos muy ciudadanos que han armado una amistad, pero sigue siendo un misterio para todos nosotros. La gente cree que es un argentino que juega en el Camp Nou, pero es un argentino que hace vida de argentino, va a restaurantes argentinos y está rodeado con personas argentinas, su familia de allí. Con los jugadores del Barça también, obviamente, pero no es una persona que pasee por Barcelona o que vaya al cine, sino que hace una vida muy íntima y personal. Faltaría a la verdad si ahora hiciese una tesis sobre cómo veo a Messi, me he resignado a mirarle en el campo, ver cuál es su actitud, porque a veces tiene actitudes corporales casi de renuncia, parece que no está en el campo y te preguntas si le pasa algo, qué síntomas emite. Siempre te estás preguntando cosas sobre Messi porque él apenas habla, no suele abrir la boca. Hay que interpretarle y no darle más vueltas, preguntarle si juega mal por qué, qué mecánicas del juego no funcionan y si juega bien pensar que ha encontrado su situación.

"Messi es el punto final de la manera de entender el juego en el Barça, ha pasado por todo el aprendizaje e interpreta mejor que nadie ese juego"

Futbolísticamente yo creo que es muy listo. Cuando el Barça había llegado al punto en el que el falso nueve dejó de ser una solución fue el propio Messi el que se tiró a la banda derecha como en sus inicios para que Luis Suárez pudiese jugar de nueve. Otro jugador que hubiese tenido mucho ego o que no hubiera hecho una buena lectura seguramente no se habría dado cuenta. Sigue siendo el enigma Messi. Los que ya somos veteranos le vemos como la continuación de Maradona, en la vida siempre hay una primera vez y en eso la primera vez fue Maradona. Messi le ha dado más profundidad y seguimiento, más cultura de club. La gran diferencia para mí entre las grandes estrellas que han jugado en el Barça y Messi es que Messi es el punto final de la manera de entender del juego del Barça. Yo siempre sostengo, no sé si acertada o equivocadamente, que el Barça es un equipo de solfeo. Todos los jugadores aprenden a jugar en distintas posiciones, el toco y me voy, los triángulos y la manera de juntarse. Como Messi ha pasado por todas las fases de aprendizaje, por juveniles, cadetes, el filial, sabe interpretar mejor que nadie ese juego. Es como un instrumentalista en una banda de jazz que marca las diferencias, pero a partir del solfeo. En Argentina le cuesta más porque tiene grandes instrumentalistas pero no tiene solfeo, y a partir de ahí les salen partidos buenos y partidos malos. En cambio, en el Barça, sabes si juegan bien o mal, no si tienen un partido bueno o malo. Evidentemente interviene el rival, pero la máxima expresión de esta cultura barcelonista es Messi en tanto que ha absorbido los conocimientos del juego y tiene un gen argentino competitivo, algo parecido a Di Stéfano en el Madrid, que le ha ido muy bien al Barça para marcar diferencias.

Messi ha tenido problemas con la Justicia, que es algo que ha pasado mucho en el Barça últimamente, con la FIFA, Neymar… ¿Cómo ha tratado la prensa de allí estas cosas? Para los periodistas deportivos a veces no es sencillo hablar de temas que están tan lejos de lo normal en el fútbol.

Hay que hacer cursos acelerados de otras disciplinas y no solo futbolísticas. Cada uno lo ha hecho a su manera, no creo que haya una forma unánime. A veces se habla de la prensa de Madrid y de la prensa de Barcelona como si fuese algo homogéneo y creo que al contrario, es heterogéneo y cada uno lo hace a su manera. Sí que es cierto que hay una prensa deportiva que es de club y en tanto que prensa de club tiende a proteger a sus futbolistas. Sí que hay una coincidencia general en que el Barça negoció mal el contrato de Neymar, por las circunstancias que fuera, y ahí lo tiene difícil de resolver. No creo que sea una cuestión penal sino administrativa, pero bueno, ahí será la Justicia la que lo tenga que decir. Es evidente que el contrato que se hizo con Neymar no fue correcto. Y es evidente que Messi, la forma que tiene de gestionar su propio mundo es particular, porque sobre todo lo lleva su padre. La prensa ha entendido en ocasiones que a Messi le falta profesionalidad, sin que yo quiera decir que su padre no sea profesional, pero no ha gestionado del todo bien sus recursos. Eso pasa ahora mucho con los futbolistas porque los recursos que tienen no es como antes, que podían invertirlos en obra, construcción, cosas que rentabilizaban fácilmente. Ahora tienen que invertir de otras maneras, crear fundaciones, poner imaginación a su capital y no siempre se resuelve. Como muchos otros futbolistas lo que intentó fue pagar lo menos posible, y le han descubierto y le han señalado porque saben que a partir de Messi mucha otra gente es más vulnerable. Han cazado a Messi, que pague hasta las últimas consecuencias. También la prensa valora que después de pagar más de 50 millones, siendo el español que más impuestos ha pagado a Hacienda, esto ya tenía que estar solucionado, y esa solución no parece que haya llegado aún, vamos a ver en los próximos días.

"Es cierto que ha habido cierta complicidad, indulgencia con respecto al equipo, pero también se ha sido muy duro con las directivas"

Hablabas de lo heterogéneo de la prensa de Barcelona. La semana pasada en estas entrevistas hablamos con Filippo Ricci y él decía que echaba en falta un Diego Torres en Barcelona, que necesitarían más crítica, gente que buscase más. Venía decir que la prensa en Barcelona es más conformista, más de club, y es algo que si vives allí es difícil no notar. ¿Compartes esa opinión?

Es posible, yo no soy nadie para decir si me parece mejor o peor. Ha habido etapas, la prensa de Barcelona se ha jugado los bigotes y los cargos en épocas barcelonistas muy duras. Lo que sí es cierto es que, desde el punto de vista periodístico, se está viendo el barcelonismo en un momento de grandes éxitos deportivos y eso quizá ha frenado la crítica. Pero por ejemplo, la crítica a la institución, solo hace falta ver cuántos presidentes ha tenido recientemente el Barcelona y cuántos el Madrid, cuántos entrenadores y cuántas plantillas. El Madrid no tiene ni una sola crisis institucional, y en la prensa de Barcelona mucha gente puede llegar a pensar que la prensa de Madrid asume que manda Florentino y nadie le discute, no hay ninguna investigación al respecto. En cambio la prensa de Madrid puede pensar que la prensa de Barcelona es muy dócil con el equipo, pero debe observar también que se ha sido duro con determinadas directivas. Hay un término medio, Filippo creo que tiene razón en que a veces ha habido cierta complicidad, indulgencia respecto al equipo y a los futbolistas, pero también ha habido mecanismos de defensa, porque ha habido diálogo entre la prensa de Madrid y de Barcelona hablando de cambio de ciclos o de si Cristiano Ronaldo es mejor que Messi. Eso crea mecanismos de autodefensa. Es posible que en Madrid la crítica sea mejor o que Diego simbolice mejor esa crítica, pero en Barcelona hay crítica, sobre todo institucional y si no ha habido más futbolística es porque los personajes que han ocupado el escaparate en Barcelona son gente como Guardiola o Messi que son personajes únicos y que de alguna manera sí se les ha podido tratar de forma indulgente.

"¿Que a veces El País puede parecer moralista, purista y reprobable? Lo admito, cada uno tiene lo suyo"

El País, especialmente durante la época de Mourinho, fue acusado de ser antimadridista. Llegó incluso a tratarlo la defensora del lector. ¿Cómo se lleva la crítica?

Aceptándola. Contra la opinión, información. Del propio Diego Torres yo no he visto ninguna información que haya sido desmentida desde el Madrid o los jugadores. El relato que hizo sobre lo que estaba sucediendo en el Madrid era coherente y sólido, y no era una cuestión de animadversión, o de que el diario se hubiese convertido en antimadridista. Es curioso, desde Barcelona cuesta mucho pensar que el diario no sea madridista, porque se edita en Madrid, por más que exista una edición fuerte en Cataluña. El problema, o el nudo del conflicto, es que para El País en un Barça-Madrid el protagonista es el partido, no es ni el Barça ni el Madrid. El sujeto es el buen juego. El País fue un diario entregado a la Quinta del Buitre, porque jugaba bien al fútbol, apostó por el Dream team porque creía en ese tipo de fútbol. Entendió que el mensaje de Mourinho era erróneo y provocaba un cierto choque de intereses, y eso lo intentó expresar. ¿Que a veces eso puede parecer una actitud moralista, purista y reprobable? Yo lo admito, cada uno tiene lo suyo. Lo que intenta El País es apostar por el acontecimiento. Lo mismo pasa en Fórmula 1: seguramente para muchos seguidores de Alonso le parecerá un diario antialonso, pero todo lo contrario, lo que pasa es que informa de la Fórmula 1. No informa solo de Alonso, informará de Hamilton, de Rosberg, del que sea, por más que tengas que tener una mirada española, evidentemente, porque es un diario editado en España, pero eso no es óbice para que seas crítico. Es posible que la gente echara en falta en Barcelona la misma crítica que tuvo Diego Torres, o la anterior etapa con Santiago Segurola o Pepe Sámano, más crítica con el Madrid que con el Barcelona. Yo me considero responsable de la información del Barcelona invito que repase la obra publicada y que vea lo que ocurría en este equipo y cuáles eran los comentarios de El País cuando las cosas iban mal.

También escribes en la contraportada del cuadernillo de Barcelona, no solo de deportes sino sobre muchos otros temas. ¿Cómo te sientes cuando sales de tus funciones habituales para tocar otros palos?

Es un sentimiento contradictorio, por un lado me da vértigo y grima, porque es una sección que podríamos decir de autor, no es propiamente información sino la manera en la que tú procesas los acontecimientos, una mirada muy personal. Por otro lado me satisface porque recupero la lengua materna. Yo soy una persona de pueblo, de un pueblo del interior de Cataluña, me formé siempre en catalán y llegué a trabajar en Avui, cuando pasé a El País tuve que recuperar la gramática, la sintaxis… muchos lectores castellanoparlantes seguramente cuando leen algunas crónicas ven alguna catalanada, algún giro gramatical incorrecto y es por mi educación. Cuando pasé a El País me olvidé prácticamente del catalán y ahora lo he recuperado. Ese ejercicio de escribir en la lengua materna y mantener el castellano me hace como mínimo que me sirva para formarme, yo creo mucho en el mestizaje, en el bilingüismo, me gustaría saber inglés y mi inglés es horroroso, me gustaría saber más francés del que sé, y por eso acercarme otra vez a la lengua materna me ha permitido volver a un género en el que había reparado, pero que con elpais.cat se dio. Estamos aún en una situación experimental, veremos qué continuidad tiene. Durante un año no ha estado mal, aunque es muy exigente porque para mí no es una fórmula fácil.

"Los jugadores del Madrid no han participado en los últimos partidos de la selección y no he visto ninguna campaña diciendo que se han borrado de la selección, todo el mundo les considera patriotas. Cuando un jugador del Barça ha dejado de ir se le ha acusado de ser separatista"

La política actualmente está muy presente en la vida diaria en Cataluña, incluso en el fútbol ¿Has notado, tú que viajas con el club, mayor rechazo al equipo, casi como emblema de Cataluña?

Sí, evidentemente, hay un punto más de rechazo. Ha habido otras épocas también complicadas. Lo curioso es que esto está ocurriendo con una directiva que no es precisamente independentista, lo era mucho más la directiva de Laporta y no ocurrieron la mitad de las cosas que están pasando ahora. La directiva de Bartomeu es mucho más cercana a la senyera que a la estelada y sin embargo carga con esa acusación de que el Barça milita en la causa independentista, y eso no es así, desde el club no he visto yo ninguna manifestación independentista a excepción de cuando los cuatro candidatos que se presentaban a las elecciones firmaron la hoja de ruta independentista que había en aquel momento. Pero se entendió como una decisión electoral para que no penalizara. Lo que sí es evidente que en el contexto de Cataluña hay una población muy importante que se manifiesta independentista y el Barça es un reflejo de esta sociedad, cuando vas al Camp Nou hay gente que no está de acuerdo, pero también gente que sí y podríamos decir que el grito independentista en el minuto 17.14 existe, pero no es una consigna de la directiva, hay muchas esteladas, es verdad, pero no es consigna de la directiva. Mantener la singularidad en un mundo global no es fácil. También el Barça tiene problemas ahora con Qatar, después de lo ocurrido en París, es un patrocinador incómodo y deberá decidir al respecto. Hoy en día la singularidad del Barça, ser más que un club, no es fácil de sobrellevar, ni encontrar soluciones para mantener la independencia y al mismo tiempo el vínculo que ha tenido siempre con Cataluña. El club acepta que en determinadas zonas del país se le recrimine como si realmente formara parte del independentismo, pero si hacemos un repaso de los cuatro capitanes yo no creo que Iniesta sea independentista, ni que Busquets lo sea, ni que Mascherano y Messi sean independentistas tampoco. ¿Qué pueden hacer ellos? Estamos en un país libre y cada uno puede defender sus opciones desde la tranquilidad. Lo que me parece insensato de alguna forma es que se cuestione algunas actitudes. Puede entender que a Piqué se le silbe, porque también hay aficionados catalanes que silban el himno español y a muchos les parece mal, cada uno pensará lo que quiera. Pero no creo que sea porque haya unas declaraciones de Piqué independentistas, creo que tiene más que ver con sus declaraciones sobre el Real Madrid. La vinculación entre deporte y política siempre ha existido y cada uno la pone en sus intereses, somos incapaces de hacer disecciones neutrales. Ahora, por ejemplo, los jugadores del Real Madrid no han participado en los últimos partidos de la selección, han podido preparar el clásico perfectamente, y no he visto ninguna campaña diciendo que los jugadores del Madrid se han borrado de la selección, todo el mundo les considera patriotas. En cambio ha ocurrido que en el Barça cuando un jugador ha dejado de ir se le ha acusado de ser separatista o de no querer ir con la selección. Aquí tenemos una parte de responsabilidad todos para no hacer juicios o conclusiones temerarias. Hay que analizarlas bien y en ese sentido el Barça tiene una situación muy compleja, pero no ha sido por declaración de la junta directiva sino porque ha sido consustancial a lo que está pasando en el país catalán.

¿Qué esperas del clásico?

Pasarlo bien, eso para empezar, son partidos emocionantes en los que no siempre gana el equipo que mejor llega sino que normalmente lo acaba ganando el equipo que más lo necesita. Estamos viviendo un periodo extraordinario con los dos mejores jugadores del mundo, como son Messi y Cristiano Ronaldo, y la aparición de jugadores como James, Bale o Neymar. Es un partido de dos culturas futbolísticas diferentes, yo no soy de los que pide fiesta y espectáculo, pero sí tengo ansias por verlo y disfrutarlo. Además, para la prensa escrita, aunque ahora ya estamos muy vinculados a la web y hay que hacerlo rápido, que un partido se celebre a esas horas, a las seis y cuarto, es una bendición.

No sé si quieres decir algo más que se haya quedado fuera.

Deberíamos fomentar mucho más esta comunicación entre diferentes periodistas porque desde la pregunta y la curiosidad, de querer saber, se ven puntos de vista diferente y ayudan a enriquecer. No es solo por el Barça-Madrid, la rivalidad es una forma de alimentarse para mejorar los conocimientos, tener una mirada más amplia y conocer mucho mundo.

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