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Piqué: "Es imposible opinar de política, nos utilizan"

  

Gerard Piqué, central del FC Barcelona y de la selección española, es entrevistado por la periodista Gemma Herrero para el magazine cultural 'Jot Down'. El catalán, que nunca deja indeferente con sus declaraciones, habla de todo y de todos. A continuación, recogemos algunas de las mejores preguntas y respuestas de esta larga e interesante entrevista.

¿Para cuándo tiene pensado ser presidente del Barça? Porque, en fin, ahora no parece un mal momento con todo lo que está pasando.

Está de broma, claro. Un poco de calma. Tengo solo veintiséis años. Me quedan al menos diez de fútbol, pero sí, vaya lío que hay montado, la verdad. Este club es increíble.

¿Pero dice en serio lo de que quiere ser presidente del Barcelona?

Sí, pero queda mucho por delante. Cuando tenía diez años quería ser jugador de fútbol  y lo he conseguido, así que ya veremos.

¿Siempre consigue lo que quiere?

Por ahora sí.

¿Y por qué le haría ilusión ser presidente?

Porque es mi club, porque lo llevo dentro, porque en mi familia, por ejemplo, mi abuelo ha sido directivo, vicepresidente, he mamado el Barça desde pequeño. Me encanta el fútbol, ahora es lo primero, pero también me gustan otras cosas, como llevar una empresa. Y el Fútbol Club Barcelona en ese sentido debe de ser apasionante.

Ha cumplido su sueño de niño, es futbolista. Además, es millonario. Tiene una mujer con más éxito en su profesión incluso que usted, un hijo cuando ha decidido tenerlo. Vamos, que parece tenerlo todo. ¿Es así?

No sé si lo tengo todo. No me lo he planteado de esa manera. Sé que soy feliz, que siempre he sido un privilegiado, lo que quería lo he tenido, pero también porque me lo he currado. Sé que a estas alturas de mi vida puedo decir que soy feliz y eso me vale. Es lo que me vale.

Usted siempre ha hablado bien de Cristiano Ronaldo, con el que coincidió en el Manchester United. ¿Han hablado últimamente? ¿Tiene su teléfono?

No, me he cambiado varias veces de número, igual que él, supongo, pero si siempre hablo bien de Cristiano es porque me gusta. La gente saca conclusiones por gestos o comentarios, sin conocer. Y también tengo que decir que él ha cambiado un poco últimamente por lo que veo, pero a mí es un tío que me cae bien y que me ayudó mucho cuando aterricé en el United.

De un monstruo a otro. Conoce a Leo Messi desde que eran niños y jugaban en la categoría de cadetes del Barça. ¿Recuerda la primera vez que le vio?

No, de un primer día no. Sí tengo el recuerdo de que en los primeros meses no se integraba mucho, se sentaba aparte en el vestuario. El resto del equipo ya nos conocíamos desde hacía años y él acababa de llegar ya no de otro país, sino de otro continente. Casi no hablaba, era muy tímido y se tomó su tiempo. Supongo que necesitaba su espacio.

¿De que entrenador ha aprendido más?

De Pep Guardiola, sin duda. Es el número uno como entrenador.

¿Qué le enseñó?

A entender más el fútbol. Los entrenadores te indican si tienes que hacer una cosa o la otra, si tienes que bascular o debes colocarte aquí o allá. Pep te explicaba por qué lo tenías que hacer, el motivo. Pep me ayudó a entender más este deporte. Es algo que no puedo olvidar. Es el mejor.

Al ser Guardiola tan obsesivo, al vivirlo todo de forma tan intensa, ¿era imposible que estuviera más tiempo en el Barça? Aquella frase que dijo cuando se marchó, «nos haremos daño». ¿Lo entendió usted así, como un desgaste mutuo?

Él ya lo dijo, que lo había dado todo y que se había vaciado. Lo vivía las veinticuatro horas y eso desgasta.

¿El equipo estaba desgastado también en la relación con él?

Es que es una decisión personal, igual que ahora la de Sandro. Nunca han sido nuestras decisiones, han sido la suyas. 

Esa leyenda urbana, ese rumor, de que uno de los motivos por los que Guardiola se marchó fue porque pidió que le echaran a usted. ¿Le ha llegado?

Sí, claro que lo he oído, pero esto habrá que preguntárselo a él.

¿A usted le consta o le parece verosímil?

Nunca se me dijo. No sé si es cierto o no.

¿Cómo fue su relación con Guardiola al final?

Fue una relación… Pues como es él. Muy intensa. Durante los cuatro años aprendí muchísimo y creo que es el número uno, ya lo he dicho y lo digo de veras. Luego sí que es verdad que tuvimos nuestros más y nuestros menos… pero no quiero entrar en detalles. Me quedo con las cosas buenas, que son muchas. A todos nos dejó un legado, una manera de entender el fútbol que aún mantenemos y que le ha hecho mucho bien al club, al Barça.

Se va Guardiola, llega Tito y el tremendo palo de su recaída del cáncer. ¿Cómo les afectó?

Mucho. Ya no hablas de nada deportivo, sino de una enfermedad. Creo que otro vestuario no lo habría soportado. Tuvimos la suerte de tener un vestuario muy maduro. Lo aguantamos como pudimos e intentamos llevarlo de la manera más natural posible, porque, básicamente, no había otra manera de llevarlo. ¿Qué vas a hacer? No está en tu mano. Tito recayó además en el momento que estaba disfrutando más, cuando estábamos más finos, veníamos de ganar del campo del Levante 0-4, de partidos muy buenos. Se le veía feliz. Fue muy triste, un golpe muy duro.

¿Tiene usted la sensación de que disgusta a todo aquel que no sea del Barça?

Puedo llegar a caer mal, lo sé, pero ojalá solo caiga mal en el terreno deportivo, desde una rivalidad deportiva, porque nunca he pretendido ser faltón.

Perdóneme que se lo recuerde, pero en la primera celebración con el Barça usted cantó «Boti, boti, madridista el que no boti».

Pero fue… totalmente deportivo. Es la rivalidad deportiva. Siempre he sido muy culé y lo he vivido de una manera. Si me he equivocado, pido disculpas. No era mi intención.

Hasta que conoció a Shakira en sus relaciones el famoso era usted. Fuera del ámbito del fútbol no tenían por qué conocerle. ¿Cómo reaccionó?

Sí, es cierto. En Estados Unidos por ejemplo no me conocía nadie. Es acostumbrarse. No escoges de quién te enamoras. Con Shaki todo ha ido siempre sobre ruedas. A pesar de las dificultades que puede tener una relación así, porque ella viajaba mucho y yo también, siempre lo hemos llevado bien. Siempre he tenido la sensación de disfrutarlo. Es difícil salir de casa y que haya gente, fotógrafos, pero te acostumbras, te adaptas. No es lo más agradable, pero me quedo con lo bueno y no me paro en lo demás. Al fin y al cabo no es tan grave.

¿Tiene amigos en el paro?

Sí. Y se mueven como pueden. Algunos cobrando en b, por cierto.

¿Se considera usted una persona informada?

Sí. Claro que me entero de lo que pasa. El otro día antes del partido ante el Málaga hablaba con Mascherano de la situación también que tienen en Argentina. Nos damos cuenta de lo que sucede, igual no todos dentro del vestuario porque hay algunos que tienen sus cosas en la cabeza, también es verdad, pero sí que tengo la intención de informarme. No suelo comprar periódicos, eso es cierto, tiro mucho de internet. 

¿Se atreve usted a dar su opinión política?

Es imposible opinar sobre política, nos utilizan. No tiene ningún sentido que lo intente, y claro que la tengo. Para un lado o para otro te van a usar como cabeza de turco. Me limito a hacer mi trabajo, que para eso me pagan. Es evidente que cada uno tiene su opinión y no puedes renunciar ni a lo que eres ni a lo que sientes, pero estamos en un mundo en el que la opinión no es aceptada. Es un extremo u otro. Los hay moderados, pero son los menos. La mayoría es «o piensas como yo o te crujo».

Pues vaya panorama.

Mi trabajo es jugar para mi club y mi selección. Nada más. El deporte no se debería mezclar con la política. Cuando sucede eso es porque lo quieren mezclar ellos.

¿Quiénes son ellos?

Los políticos. El deporte debería estar limpio. ¿En qué tiene que relacionarse? En el tema España-Catalunya estamos en un punto en el que o lo solucionamos ya o no hay marcha atrás. Veo a la gente quemada tanto en un lado como en el otro y hay poca confianza en los políticos. No creo que vaya a ser fácil, pero espero que se solucione.

¿Cómo?

Ojalá lo supiera.

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