El impacto de un misil contra una refinería de Aramco a 20 kilómetros del circuito de Jeddah (Arabia Saudí) donde se celebra este fin de semana el Gran Premio de Fórmula 1 recuerda al mundo que desde 2014 hay una guerra en Yemen en la que este país del Golfo, junto con Emiratos Árabes, está implicado. El ataque tuvo lugar durante los primeros entrenamientos libres, sobre las 18.00 del viernes. También fueron alcanzadas las instalaciones de Rabigh y Ras Tanura, ambas alejadas del circuito.
En un primer momento ni el Gobierno ni la petrolera estatal Aramco reconocieron que el incendio en la refinería era un ataque de los rebeldes huthis. El portavoz de estos combatientes, Yahya Sarea, compareció en televisión para reconocer la autoría del ataque, que se ha realizado mediante drones y misiles. Sarea aseguró que se habían alcanzando también otros objetivos en Riad, la capital del Reino del Desierto.
Yahya Sarea forma parte de las fuerzas militares huthis, un grupo insurgente yemení de la rama chií del islam respaldado por Irán, enfrentadas contra las fuerzas leales al Gobierno del presidente Al-Hadi, que sufrió un golpe de Estado en 2014. Ambas partes se disputan el gobierno yemení. La filial regional de al-Qaeda en la península arábiga y el Estado Islámico de Irak y Levantan también han llegado a estar implicados en este conflicto y llegaron a controlar algunos territorios del interior.
Con el objetivo de apoyar al gobierno de Al-Hadi, Arabia Saudí lanzó la Operación Tormenta Decisiva, una coalición de Estados árabes liderada por los saudíes. El objetivo militar del grupo es debilitar a las fuerzas huthis, supuestamente armadas por Irán, que cuenta con un gobierno de mayoría chiíta.
Los ataques de la coalición a lo largo de estos años se han realizado mediante artillería. Amnistía Internacional ha denunciado que los ataques han sido imprecisos y por ello han causado la muerte de un gran número de civiles. La Comisión Europea manejaba en 2018 un informe en el que se estimaba que se habían producido 60.000 víctimas mortales en esta guerra. A finales de 2021, la ONU actualizaba esta estimación y consideraba que unas 377.000 personas habían fallecido como consecuencia de la guerra y la crisis humanitaria en la que está sumido el país. Además, la agencia pronosticaba que si el conflicto continuase activo en 2030, se perderían hasta 1,3 millones de vidas.
Seguridad garantizada para el Gran Premio
El ataque contra Aramco ha hecho correr el miedo entre los pilotos participantes en la prueba de este fin de semana. En la tarde de este viernes ha tenido lugar una reunión de unas cuatro horas en la que los pilotos decidieron seguir adelante con el Gran Premio después de que la organización garantizase la seguridad.
"Después de escuchar a los altos cargos de la F1 y a los ministros del gobierno saudí, que nos expusieron cómo se han elevado las medidas de seguridad al máximo, lo mejor es participar en el resto de entrenamientos este sábado y también la carrera del domingo", ha explicado la Asociación de Pilotos (GPDA) en un comunicado de prensa. “Abandonar el país no habría sido una decisión acertada”, ha señalado el director de Ferrari, Mattía Binotto.
Pese a esta resolución, varios pilotos mostraron su preocupación por el misil contra Aramco y se planteó la posibilidad de un boicot. A las 2.30 de este sábado se hizo público el comunicado y a esa hora los corredores volvieron a su hotel para descansar antes de la prueba de este sábado.
Represalias contra los huthis
Como represalia por los ataques contra Arabia Saudí, este sábado han tenido lugar bombardeos en Saná, capital de Yemen, y en el aeropuerto de Al Hudeida, según informa la agencia Efe. Ambos objetivos se encuentran bajo control de la milicia huthi. Al menos ocho personas han muerto en estos ataques y cuatro han resultado heridas durante el bombardeo.
Las víctimas eran los guardias de seguridad de un edificio del servicio público de pensiones de la capital yemení y sus familias, que estaban durmiendo en el inmueble cuando este fue golpeado durante la pasada noche por dos misiles lanzados por la aviación saudí, según el canal Al Masira.
Testigos presenciales del ataque han señalado que la agresión, que se produjo de madrugada, ha levantado una gran columna de humo negro. Además, la televisión Al Masira, afiliada a los hutíes, aseguró que los bombardeos saudíes en Al Hudeida golpearon también una estación eléctrica. En Saná, las bombas cayeron en el patio de la compañía petrolera controlada por los rebeldes, Safer, según ese canal.
Condena de la UE
La Unión Europea ha condenado este sábado los ataques de los rebeldes huthis. "Los ataques contra ciudades e infraestructura civil son inaceptables y deben parar. Las últimas hostilidades aumentan el riesgo de una mayor escalada en el conflicto en Yemen y minan los esfuerzos en marcha para poner fin a la guerra", según el un comunicado el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior comunitario.
La UE ha vuelto a pedir a todas las partes que participen en las conversaciones entre yemeníes que comenzarán el martes en Riad auspiciadas por el Consejo de Cooperación del Golfo para poner fin a la guerra en Yemen, a las que los huthis se han negado a acudir, y ha reitera su total apoyo al enviado especial de la ONU, Hans Grundberg.
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