"Somos deportistas, futbolistas… No venimos a derrocar a nadie ni a ir en contra de nadie", dijo Vicente del Bosque en la rueda de prensa celebrada tras la llegada de la selección española a Malabo, capital de Guinea Ecuatorial. "Venimos a extender nuestra marca y nuestro fútbol. En los últimos partidos siempre nos pasa algo que nos impide disfrutar", añadió el técnico salmantino, quien se vio obligado a responder a preguntas que debería haber afrontado el presidente de la Federación, Ángel María Villar.
Del Bosque, quien, depués de tranquilizar al dictador Obiang, confirmó que "he firmado con la Federación Española hasta el 2016, el contrato es el mismo", destacó "las muestras de cariño que hemos recibido al llegar han sido muy bonitas como allá a dónde vamos siempre. Guinea es un equipo bien organizado, que le gusta el juego por las bandas y seguro que querrá ponerlo difícil".
"Puede ocurrir que perdamos ante Guinea, sobre todo si cometemos errores", comentó también el seleccionador español. "Vamos a intentar que así no sea. Tenemos una responsabilidad por lo que representamos. Los dos partidos tienen la misma importancia para nosotros".
Mientras tanto, la formación opositora ecuatoguineana Convergencia para la Democracia Social (CPDS) ha pedido a los periodistas españoles que acompañan a la selección de fútbol, que jugará este sábado en Malabo contra el equipo de Guinea Ecuatorial, que aprovechen la ocasión para "denunciar a un régimen corrupto y autoritario que pisotea implacablemente los derechos y libertades de su pueblo".
El equipo ya se encuentra en Malabo "para alegría de los miles de aficionados al fútbol", según ha informado este viernes el Gobierno de Teodoro Obiang Nguema en su página de Internet.
La delegación, según el Ministerio de Información, va a alojarse en el lujoso Hotel Le Golf de Sipopo, en el nordeste de la isla de Bioko, un lugar en el que, según CPDS, el régimen enseña a los huéspedes "la cara limpia del país, sin decirles que detrás de ésta se esconde una gran pobreza y mucha mala vida, mucha represión, mucha detención arbitraria y tortura muy frecuente".
A juicio de la formación opositora, "sin duda, el régimen militar de Guinea Ecuatorial tratará de utilizar este encuentro de fútbol para dar al mundo una imagen del país contraria a la realidad, y entretener al sufrido pueblo guineano, consciente de que el fútbol es un deporte de masas que mueve pasiones".
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