Los trabajadores del metro de Sao Paulo, ciudad que acogerá este jueves el partido inaugural del Mundial de fútbol, decidieron mantener por tiempo indefinido la huelga, que comenzó el pasado jueves, a pesar de que la Justicia brasileña decretó este domingo su ilegalidad y la consideró "abusiva".
El Tribunal Regional de Trabajo (TRT) determinó que el sindicato deberá pagar 100.000 reales (unos 44.420 dólares) diarios por la paralización, aunque tras el incumplimiento de la decisión judicial la multa ascenderá a 500.000 reales diarios (unos 222.123 dólares).
La decisión de los trabajadores del metro de mantener la paralización fue tomada en una asamblea realizada en Sao Paulo tras la decisión de la Justicia de Trabajo, que fijó un incremento salarial del 8,7 % por parte del metro de Sao Paulo, gestionado por el Gobierno regional, frente al 12,2 % que reclama el sindicato.
"Tenemos un Mundial, el mayor evento deportivo del mundo. El Gobierno del estado tiene elecciones al final del año (octubre), tiene que negociar. Tenemos que enfrentar al Gobierno", justificó el presidente del Sindicato dos Metroviarios, Altino Melo dos Prazeres.
El sindicato convocó una manifestación en la estación de metro Ana Rosa, donde el pasado viernes hubo un enfrentamientos entre huelguistas y miembros de la Policía. El acto, según informó el sindicato en un comunicado, contará con el apoyo de otros movimientos sociales como el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, que en las últimas semanas han movilizado a miles de personas en Sao Paulo.
Tras la decisión del domingo, la mayor y más poblada ciudad del país vivirá este lunes su quinto día de huelga parcial, tres días antes del partido inaugural del Mundial de fútbol en Sao Paulo, entre las selecciones de Brasil y Croacia.
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