Al menos ocho personas murieron en choques con la Policía durante los 17 días en que Río de Janeiro acogió los Juegos Olímpicos 2016, según la organización Amnistía Internacional, que denunció que los organizadores del evento no hicieron nada para detener las violaciones de derechos humanos. Un informe sobre violaciones a los derechos humanos durante los Juegos Olímpicos organizados por esta ciudad brasileña, entregado hoy por la organización no gubernamental tanto al Comité Organizador Río 2016 como a la gobernación de Río de Janeiro, asegura que, además del legado físico, el evento dejó un legado de "violencia".
Amnistía afirma que, sin medidas destinadas a detener la violencia policial en Río de Janeiro, el Comité Olímpico Internacional y el Comité Organizador fracasaron en su empeño de ofrecer "un mundo nuevo" para esta ciudad brasileña. "Los organizadores dijeron haberse inspirado en "nuevos aspectos, nuevos héroes, y el poder de transformación de los deportes", pero, entre la pompa y la fanfarria, nada cambió respecto al patrón de violaciones de derechos humanos cometidas por la policía de Río de Janeiro y otras fuerzas desplegadas en la ciudad para llevar a cabo operaciones de seguridad durante los Juegos", sostiene el informe.
Al comparar las cifras de homicidios en el período previo a los Juegos (de abril a junio) con el mismo de 2015 se comprueba que el número de muertos a manos de la policía aumentó un 103 %"
Amnistía Internacional agregó que, pese a las alertas de diferentes organizaciones civiles sobre la creciente violencia policial en Río, "ni las autoridades brasileñas ni los organizadores de los Juegos adoptaron las medidas necesarias para impedir que se cometieran esas violaciones de derechos humanos". Y esto, agrega, "dio lugar a la repetición de un patrón de abusos ya presenciado durante otros grandes eventos deportivos celebrados en la ciudad de Río de Janeiro", como los Juegos Panamericanos de 2007 y el Mundial de fútbol de 2014.
De acuerdo con el informe, durante los Juegos Olímpicos las fuerzas de seguridad de Río "recurrieron de nuevo al uso de fuerza innecesaria y excesiva para reprimir protestas y manifestaciones básicamente pacíficas", mientras que el derecho a la libertad de expresión fue limitado ilegalmente por diferentes leyes. La organización denunció que la decisión del Gobierno de mandar miles de miembros de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad de Río ayudó a que la policía adoptara un "enfoque militarizado sobre el cumplimiento de la ley".
"Durante los Juegos se produjeron a diario tiroteos y otros incidentes de violencia armada en Río de Janeiro, muchos de ellos a consecuencia directa de operaciones policiales en favelas y en otras zonas marginadas de la ciudad", asegura el informe. Según el documento, además de los ocho civiles muertos en enfrentamientos con la policía, lista que puede aumentar con casos aún no esclarecidos, entre el 5 y el 21 de agosto se registraron en Río otros abusos cometidos por las fuerzas de seguridad, como redadas ilegales, amenazas directas y agresiones físicas y verbales.
"A tan sólo unos kilómetros de los lugares vigilados donde se celebraban los Juegos, parte de la población más pobre y marginada siguió viviendo con un temor constante a causa de la continua represión violenta de la policía", agrega. Según Amnistía, la Policía le informó que en el período otras 44 personas murieron en Río pero en casos en que no estuvieron implicados agentes del orden y que se registraron 217 enfrentamientos en operaciones policiales. La Policía, agrega la organización, consideró que el plan de seguridad había sido exitoso considerando la cantidad de personas que circuló por la ciudad durante el evento.
La organización, sin embargo, alertó que la violencia policial creció principalmente en los meses previos a los Juegos Olímpicos y que 2.713 personas, en su mayoría jóvenes negros, murieron en Río a manos de la policía entre enero de 2009, cuando la ciudad fue escogida como sede olímpica, y julio de 2016. Tal como ocurrió antes de los Panamericanos de 2007 y del Mundial de 2014, dice el informe, "a medida que se aproximaban los Juegos Río 2016 crecía el número de muertos a manos de la Policía. Al comparar las cifras de homicidios en el período previo a los Juegos (de abril a junio) con el mismo de 2015 se comprueba que el número de muertos a manos de la policía aumentó un 103 %".
El número de muertos a manos de la policía en la ciudad de Río saltó de 91 entre abril y julio de 2015 hasta 168 entre abril y el pasado julio. Tan sólo este año fueron 35 víctimas en abril, 40 en mayo, 49 en junio, 44 en julio y 8 durante los Olímpicos en agosto.
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