Se llega al quinto día de competición de estos Juegos Olímpicos con sensación de frustración en las filas españolas. Pasan los días y se siguen perdiendo oportunidades de medalla, opciones reales señaladas en la agenda del Comité Olímpico Español en rojo como las de Fátima Gálvez, Alejandro Valverde o Garbiñe Muguruza.
En la agenda de Alejandro Blanco figuraba, al embarcar camino de Río de Janeiro, el nombre de 26 candidatos a las medallas y hasta 46 finalistas. 26 opciones reales de medalla que en el mejor de los casos se acercarían a las 20 preseas y en el peor caería hasta las 15. Por eso la cifra de 18 medallas se dio por buena, un registro que además frenaría el lento declive de España en los Juegos: desde las 20 medallas de Atenas 2004 (3 oros, 11 platas y 6 bronces), a las 18 de Pekín 2008 (cinco oros, 10 platas y 3 bronces) y las 17 de Londres 2012 (3 oros, 10 platas y 4 bronces).
Pero lo cierto es que hay preocupación porque entre los que han caído eliminados había apuestas de garantías. Fátima Gálvez era una fija en el medallero, incluso se contemplaba que era una opción oro. Esta tiradora profesional de Baena, Córdoba, es vigente campeona del mundo y la mejor (por ránking) de las seis últimas supervivientes en la final. Pero se quedó a un plato del bronce, a un solo disparo. Se marchó decepcionada y enfadada. Nadie de la Federación acudió a consolarla porque la tiradora está molesta con ellos porque le deben dinero y además han vetado a su entrenador por caro, el italiano Luca di Mari.
La misma amargura invadía a Alejandro Valverde, el capo del Movistar al que su seleccionador, Jesús Mínguez, decidió rodear de compañeros de equipo, aparte de sumar la presencia de 'Purito' Rodríguez. Pero llegó el momento cumbre de la carrera y no tenía piernas. No le respondían. "Voy tieso", contaron sus compañeros que les confesó. Valverde llegó diez minutos después que el ganador, el clasicómano Greg van Avermaet. Desfondado física y anímicamente. La medalla de ciclismo, la que debía inaugurar el medallero español, se quedó en las rampas de Vista Chinesa.
Otro medalla que se daba por hecha era la de Garbiñe Muguruza, una de las estrellas rutilantes del tenis femenino. Además, las noticias que llegaban en las primeras rondas aumentaban el optimismo, porque las favoritas para pelearle las medallas quedaban eliminadas a las primeras de cambio. Sin embargo, ayer, en el día más apocalíptico de la historia del tenis olímpico español, Garbiñe fue arrollada. Puede que la avaricia haya roto el saco y la puertorriqueña Mónica Puig la laminó endosándole un sonrojante 6-1 y 6-1. Muguruza se escudó en el calendario: "Son muchos partidos. No me parece bien que se hagan unos Juegos Olímpicos en una semana. Si quieres jugar las tres competiciones es difícil. Si hubiera ganado tendría tres partidos mañana y pasado y no es adecuado". Puede estar tranquila, no tendrá que jugar tres partidos, pero al menos sigue con vida en dobles femenino y mixto, donde aún aparece en las quinielas como 'medallable'.
Sugoi y Ander Elosegui son casos diferentes, eran 'opciones' de medalla, sin ser dos fijos. Pero el magnífico descenso del canoísta irundarra, clasificando primero para la final, despertó la atención federativa. Hasta que una mala maniobra en la primera puerta le condenó hipotecando el resto del descenso. Como ellos, otros como Alberto Fernández o el gimnasta Ray Zapata. Restan once días de competición, pero hay deportes, como el baloncesto, en los que las cosas se han torcido enormemente. España ha sumado una medalla en cinco días, algo que ofrece una proyección alarmante.
Restan 11 días y aún hay muchos nombres importantes que aún no han competido. Mario Mola, Carolina Marín, Sergio García, Ruth Beitia, los taekwondistas como Yoel o Eva Calvo, Lidia Valentín y el marchador Miguel Ángel López están señalados en rojo en la agenda. Pero también lo estaban Valverde, Fátima y Garbiñe. España tiene los ánimos por los suelos, las portadas de los diarios deportivos hablan de fútbol (tampoco eso es una novedad) y estos Juegos Olímpicos están pasando con más pena que gloria para un país que está por debajo de Vietnam, Uzbekistán o Kazajistán en el medallero. Río de Janeiro anunciaba fiesta entre los expedicionarios y camino va de ser un funeral.
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