Lo que empezó con una tarjeta roja y las habituales protestas consiguientes terminó en escándalo y fuerte polémica. Sucedió el domingo en la ciudad turca de Kutahya durante un partido de fútbol sub-14 entre el Ikitellispor y el Bursa Yolspor.
El expulsado abandona el terreno, pero varios compañeros siguen protestando la decisión y el árbitro decide suspender el partido. A partir de ahí se suceden sobre el césped algunas carreras, varios empujones y de pronto aparece un policía que rocía con un espray de pimienta la cara de uno de los chavales del equipo azul.
Varios agentes más intentan contener a los airados padres que saltan a defender a sus hijos, y la escena, filmada con un móvil, concluye en lo que parece un hospital con varios chavales llevándose las manos a los ojos y llorando de dolor e irritación mientras son atendidos por personal sanitario.