El traslado desde el Vicente Calderón a La Peineta llevaba años siendo para la afición del Atlético de Madrid una marejada de dudas. Llena de claroscuros, la operación afrontada por el club para el cambio de estadio arrojaba incógnitas que el encuentro que la peña colchonera 'Los 50' organizó en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid sirvió para que trascendiera una reseñable cantidad de información útil sobre el tema, desconocida hasta entonces en algunos puntos.
Bajo el nombre "La Peineta, ¿adónde vamos? El traslado del Club Atlético de Madrid desde un enfoque jurídico, político y social", el actó reunía a los representantes de las formaciones municipales en el área de urbanismo y, de manera sorprendente, al consejero delegado de la entidad, Miguel Ángel Gil Marín, que aceptó bajar al ruedo para someterse al juicio de muchos opositores allí citados. Del encuentro, más allá del debate legal, se extrajeron varias conclusiones que afectan de lleno al aficionado de a pie:
- La operación, según fuentes oficialistas, tomará cuerpo sí o sí. Pese a la negativa frontal de los grupos críticos con la gestión de los dueños de la entidad atlética, incluso vía tribunales, Gil Marín supedita su futuro y el del equipo a la concreción de la mudanza. "Si no sale adelante, el primero que se queda en la calle soy yo mismo -dijo-: está en juego la estabilidad del club".
- El propio Gil Marín especifica en todo momento que fueron las administraciones las que solicitaron el traslado al Atleti, y no al revés. Las obras en La Peineta culminarán en julio de 2017 y una vez finalizadas, el nuevo campo podrá albergar de 67.000 a 68.000 personas (de los que 7.500 serán plazas VIP, lo que facilitará una reducción del coste de los abonos). Apunten, pues, la temporada 2017-2018 como la primera de los rojiblancos al este de la capital.
- Se trata de una operación que costará al Atlético de Madrid unos 200 millones de euros, más otros 44 'kilos' por la adquisición de la parcela, cantidades que en ningún caso, defiende la directiva, paralizarían los proyectos paralelos del club en Alcalá de Henares y Alcorcón (futura Ciudad Deportiva). Miguel Ángel Gil reconoció haber logrado una financiación de 160 millones para afrontar la terminación del nuevo estadio, cifra que la entidad deberá devolver, en el mejor de los casos, antes de 2021.
- José Manuel Calvo, concejal de Ahora Madrid, subraya que se ha iniciado una conversación con el Atlético y con Mahou, tercera parte implicada, para poner en marcha un acuerdo que satisfaga todas las aristas. En cuanto a que el consistorio se haga cargo del coste del soterramiento de la M-30 que se proyecta dentro de la llamada 'Operación Mahou-Calderón', Calvo cree que quizá la solución no sea sepultar la carretera, al menos por el momento.
- El Atlético de Madrid ha asegurado que las gradas del nuevo estadio estarán más próximas al terreno de juego que las actuales localidades del Vicente Calderón. Los asientos más cercanos al verde estarán en el córner noroeste (5'89 metros del césped). La distancia de los fondos, por su parte, se reduce unos cinco metros, mientras que en los laterales variará la adaptación: en el Este del nuevo feudo rojiblanco, los aficionados ganarán unos cuatro metros, mientras que en el Oeste se encontrarán a una distancia similar a la del actual hogar de la ribera del Manzanares.
- Lo referente a las conexiones y el acceso sigue preocupando a todas las partes. Ciudadanos, en boca de Bosco Labrado, hizo hincapié en fluidificar el movimiento de los aficionados en día de partido hacia una zona que actualmente no está habituada a la congestión urbana que sí recibirá de la masa social colchonera. La red de transportes de la capital sufrirá modificaciones.
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