Julen Lopetegui es un extraordinario entrenador. Sólo eso explica que el Sevilla que dirige tenga serias opciones de ganar La Liga a cinco jornadas del final. Los sevillistas han sido los grandes tapados del campeonato durante demasiados meses en los que sus rivales tal vez no se daban cuenta de la pujanza y la calidad de un bloque que ahora mismo nada tiene que perder y sí tiene muchísimo que ganar.
Esa ventaja psicológica es la principal baza de este Sevilla para campeonar. Barça y Madrid padecen la presión que siempre les persigue para ganar: están obligados a hacerse con La Liga y cualquier otro resultado sería un fracaso para ambos. El problema del Atleti es que ha dominado el campeonato durante 33 jornadas. Demasiadas para soportar ese peso. Los colchoneros llegaron a tener tanta ventaja que parecía imposible de recortar. La cosa estaba hecha, pero tropiezo a tropiezo han perdido demasiados puntos. Si bien todo es posible y siguen dependiendo de sí mismos, los de Simeone parecen ir cuesta abajo y sin frenos, por una mezcla de cansancio, nerviosismo y mala fortuna
Frente a los tres grandes que iban a tener plaza fija ad eternum en la Superliga -conviene no olvidar este detalle- está un Sevilla que en este caso hace bueno ese tópico del "equipo muy trabajado". Muy trabajado, bastante bien rotado y fenomenalmente explotado -ergo muy bien entrenado, en suma- por Lopetegui durante todo el curso. Basta con comparar las plantillas de los cuatro equipos que todavía aspiran al título para darse cuenta del mérito que tiene este entrenador que ya demostró su buen hacer en la Selección Nacional.
Basta con comparar las plantillas de los cuatro equipos que todavía aspiran al título para darse cuenta del mérito que tiene este entrenador que ya demostró su buen hacer en la Selección Nacional
Lo mostró, como ustedes recordarán, hasta que llegó aquel momento demencial en que anunció su fichaje por el Real Madrid en un momento quizás inadecuado y, como consecuencia, el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, cometió la insensatez de destituirlo a 48 horas de que empezase el Mundial de Rusia de 2018. Así nos fue, como sin duda también recordarán, pero esa es otra historia en la que quizás no convenga adentrarse ahora más que nada para no amargarnos el día.
El estajanovismo de Lopetegui es fundamental para entender por qué él mismo pide tanta entrega a sus futbolistas. Aquello de que el que no corre no juega. Máxima necesaria para estos tiempos de un fútbol tan físico y tan táctico pero complicada de poner en marcha en equipos más grandes, con esos futbolistas que mandan más que el entrenador y que no están dispuestos a recibir órdenes de cualquiera. Acaso eso está detrás del fracaso de este técnico en el Madrid, pero esa también es otra historia.
Los mismos que tanto defienden esa Superliga nonata son los que decían que La Liga era aburrida -otro detalle que no conviene perder de vista-. Se equivocaban, claro
Los mismos que tanto defienden esa Superliga nonata (y arrogante y egoísta) son los que decían que La Liga era aburrida -otro detalle que no conviene perder de vista-. Se equivocaban, claro, porque los hechos demuestran que estamos ante el campeonato nacional más competido en décadas. Habría que mirar en la hemeroteca para comprobar cuándo hasta cuatro equipos tenían serias opciones de conquistar el título en la jornada trigésimo tercera. De locos. Bendita locura.
Vaticinar no está en nuestro ánimo. Pero lo único seguro es que la clave de esta Liga más emocionante que nunca está en lo que ocurra dentro de dos jornadas. Ese fin de semana Atleti y Barça se enfrentarán en el Camp Nou mientras Madrid y Sevilla se verán las caras en Valdebebas. Si Lopetegui y los suyos consiguen vencer al equipo blanco a domicilio, podrán seguir soñando. Con la excepción de ese encuentro tan difícil frente a los blancos, su calendario quizás sea el más asequible. Hasta algunos de los que somos aficionados de los otros clubes en liza tenemos cierta querencia por una Liga para el Sevilla. Porque Lopetegui lo merece. Y porque sería la mejor justicia poética o el mejor jarabe democrático para los hacedores de la Superliga.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación