Lucas Silva, Illarramendi y Khedira. 82 millones de euros aparcados en el banquillo, mientras el Real Madrid se jugaba el pase a la final de la Champions con un parche de urgencia en la medular: un desubicado Sergio Ramos al que le viene grande jugar a campo abierto. Un problema que en realidad son dos. El primero, la falta de confianza del entrenador, Carlo Ancelotti, en los fichajes realizados por el director deportivo (y presidente) Florentino Pérez. Y el segundo, la evidente falta de planificación del Real Madrid en una plantilla descompensada desde el inicio de temporada por la salida de jugadores en la medular como Casemiro, Di María y, especialmente, Xabi Alonso.
El siguiente episodio se produjo en otoño. El Real Madrid había comenzado a ser investigado por la FIFA por presuntas irregularidades en la contratación de jóvenes futbolistas para su cantera. El club había mandado documetanción, pero el feedback que se comenzaba a recibir por entonces era inquietante. Florentino reunió a su equipo de planificación deportiva, que forman, además de él mismo (director deportivo in pectore), José Ángel Sánchez, Jorge Mendes (en labores de asesor), y varios colaboradores. Entre ellos, los involucrados en la 'Operación Neymar', armada a última hora para torpedear el fichaje del brasileño por el Barcelona. Al mando de ella, dos personas de la confianza de Florentino, a los que atribuye el mérito de haber disparado las comisiones del fichaje hasta provocar el escándalo judicial en el que se encuentra enredado el Barcelona hoy. Dos colaboradores que han resultado fundamentales en los fichajes que ha cerrado el club a toda prisa en los últimos meses.
La preocupación por el tema FIFA y el alarmante desequilibrio del Real Madrid tras la salida de Alonso puso nervioso a la cúpula blanca. "¡Id a Brasil y traed un centrocampista!". Dicho y hecho. Juni Calafat, el hombre fuerte del Real Madrid en el mercado brasileño puso inmediatamente un nombre encima de la mesa: Lucas Silva. Calafat fue clave en los fichajes de Pablo Felipe y Williams Jose, ambos jugadores del Castilla. Además de jugar un papel decisivo en el de Odegaard. Ancelotti había transmitido al presidente su preocupación por la falta de mediocentros defensivos en la plantilla, pero Pérez le tranquilizó: "Estamos trabajando en ello".
De Silva se llegó a hablar en algún corrillo del palco del Bernabéu: "Vamos a traer al Busquets brasileño". En la operación resultó decisivo Esteve Calzada, quien ayudó a desenredar las conversaciones con el Cruzeiro y con Luiz Rocha, agente del futbolista y hoy socio de Calzada. Al final, la operación llegó a buen puerto por 14 millones de euros y Calafat trajo rápido de Brasil un centrocampista. Silva fue convocado ante el Sevilla y en la goleada recibida ante el Atlético, pero no debutó hasta su tercera convocatoria, ante el Deportivo. Aunque su puesta de largo se produjo ante el Schalke 04, en un partido correcto del brasileño, sin más. Silva no ha convencido a Ancelotti. Uno de los centrocampistas más prometedores de su país, pero muy lejos del prometido 'Busquets brasileño'. La última constatación de ello es la convocatoria elaborada por Dunga en Brasil para la Copa América, en la que no está Silva, pero sí aparece Casemiro. Esta situación ha llevado al jugador a comentar que en caso de seguir así, buscará una salida cedido el año que viene.
Un panorama, el del mediocentro, que incomoda desde hace años a Florentino, quien queda señalado por su política de fichajes y al que molesta la depreciación de estos jugadores que no utiliza Ancelotti. Futbolistas por los que el Real Madrid pagó generosamente en su día (Illarramendi es el caso más sangrante) y cuyo desembolso difícilmente recuperará.
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