Entre 1966 y 2016 el Estadio Vicente Calderón ha vivido tardes de fútbol protagonizadas por nombres propios: del gol de Luis Aragonés en el primer partido, donde estaba el jugador con más partidos del club, Adelardo Rodríguez, a ídolos de hoy como Fernando Torres o el francés Antoine Griezmann.
Los primeros protagonistas del Atlético en su nueva casa del Manzanares fueron los futbolistas llegados del Metropolitano, con un título de Liga bajo el brazo logrado en la última campaña en Cuatro Caminos.
Luis Aragonés, autor del primer gol del Atlético en el empate que abrió el Manzanares contra el Valencia (1-1, el 2 de octubre de 1966) venía de anotar 18 tantos en un equipo en el que brillaban Enrique Collar, José Armando Ufarte, Adelardo Rodríguez o el angoleño Jorge Alberto de Mendonça.
A ese equipo también llega un joven meritorio, al que luego se conoció como el 'Ingeniero del área': un José Eulogio Gárate que se asentaría en el equipo hasta ser uno de los máximos goleadores del club.
Dieciséis tantos de Gárate, y otros tantos de Luis en la temporada 1969-70, dan al Atlético su primer título jugando en el Calderón: la Liga de aquel año con un equipo entrenado por el francés Marcel Domingo y al que se han incorporado Alberto Fernández y un jovencísimo Javier Irureta.
Llegarán la Copa del año 1972, la Liga del año siguiente -ya con el austríaco Max Merkel a los mandos-, en un Atlético que gana en la defensa a un jugador fundamental como José Luis Capón y que se 'argentiniza' con la llega de Heredia, 'Panadero' Díaz, el argentino 'Ratón' Ayala y el técnico Juan Carlos 'Toto' Lorenzo.
Será el Atlético del 'plin, caja', y el de la final de Heysel, la herida abierta del club con la Copa de Europa, el empate de Georg Schwarzenbeck para el Bayern Múnich en la prórroga y la derrota en un desempate con el equipo desmoralizado que, no obstante, ganará la Copa Intercontinental al año siguiente, con goles de Irureta y Ayala al Independiente de Avellaneda argentino.
El año de la Intercontinental es también el año de una transformación inusual: la de un jugador en entrenador, en apenas 48 horas. Luis Aragonés jugó el 24 de noviembre los 90 minutos de un partido del Atlético en el Calderón contra el Sporting de Gijón, que termina 2-2 y en el que los madrileños desperdician dos goles de ventaja.
Dos días después, Vicente Calderón convence a 'Zapatones' para que se haga cargo del conjunto. Tenía 36 años y el título de entrenador en el bolsillo, y ese lunes Luis pasa a llamar de usted a los que eran sus compañeros. Había iniciado sus pasos el 'Sabio de Hortaleza', y mucho después llevaría a España a la cima del fútbol.
Con Aragonés en el banquillo, llegó un brasileño de clase infinita llamado Luiz Pereira, que deslumbró junto al delantero Joao Leiva 'Leivinha' en el Trofeo Ramón de Carranza de 1975 con el Palmeiras. Ambos acabaron en el Atlético, que ganó la Copa de aquel año y le encadenó la Liga al siguiente, con los goles de otro argentino: Rubén Cano.
El arranque de los años ochenta estuvo menos cargado en cuanto a títulos, pero no careció de nombres propios para la hinchada rojiblanca: Miguel Ángel Ruiz, Julio Alberto Moreno o Juan Carlos Arteche sostienen ese equipo en el que empiezan a despuntar dos jóvenes: Marcos Alonso y un mexicano de nombre Hugo Sánchez, que aguantó cuatro temporadas en el Atlético hasta su explosión final en la campaña 1984-85, en la que ganan la Copa y es 'Pichichi'.
En esa temporada también participa un jugador muy querido por la hinchada: Roberto Simón Marina, un menudo centrocampista que encadenará Copa y Supercopa durante esa década, en la que también pasa por el medicampo rojiblanco el brasileño Ricardo Rogerio De Brito 'Alemao', denominado así por su aspecto europeo, y el delantero Julio Salinas.
En los últimos ochenta se incorporan al equipo jugadores que destacarán por su longevidad, como el guardameta Abel Resino -el portero que más veces ha defendido el arco rojiblanco y poseedor de un récord de imbatibilidad liguero-, el defensor Tomás Reñones y un extremo portugués que venía de ganar la Copa de Europa con el Oporto: Paulo Futre, baza electoral del luego presidente Jesús Gil.
Formará delantera después con el brasileño Baltazar y otro jugador de larga trayectoria rojiblanca, el punta Manolo Sánchez; aunque los títulos no llegan hasta los 90, con las Copas del Rey de 1991 y 1992, en un equipo en el que el centro del campo lo ocupa el alemán Bernard Schuster, en los últimos años de su carrera.
En los convulsos noventa, resplandece el 'Doblete' del curso 1995-96, capitaneado en el banquillo por el técnico serbio Radomir Antic en un equipo liderado por su compatriota Milinko 'Sole' Pantic, José Luis Pérez Caminero, Kiko Narváez o el argentino Diego Simeone, con el búlgaro Luboslav Penev como artillero y José Francisco Molina ejerciendo como portero con funciones ocasionales de 'líbero'.
Los siguientes años el Atlético comienza a encadenar delanteros: el argentino Juan Eduardo Esnaider, el italiano Christian Vieri o el holandés 'Jimmy' Flod Hasselbaink; máximo anotador liguero en la campaña del infausto descenso, en la que el Atlético no estaba exento de jugadores de gran calidad, como el canario Valerón.
Del 'infierno' de Segunda necesitará dos campañas el Atlético para emerger, y lo hará agarrado a la figura de un canterano pecoso, de nombre Fernando José Torres Sanz, que será el símbolo de un club huérfano de jugadores de la casa los últimos años.
La primera década del siglo XXI está plagada de jugadores que pasan por el club con suerte desigual y marcada por la dolorosa salida de Torres al Liverpool inglés en el verano de 2007. Sin embargo, será justo a la siguiente temporada cuando el equipo consiga su objetivo de volver a la Liga de Campeones, con el argentino Sergio Agüero y el uruguayo Diego Forlán como estiletes.
El menudo punta argentino y el goleador uruguayo, que pondrá de moda el grito de '¡Uruguayo!' en los asientos del Calderón, serán protagonistas en el primer título del club después de quince años de sequía: la Liga Europa del año 2009-10, con Quique Sánchez Flores en el banquillo, y la Supercopa de Europa posterior.
El Atlético volverá a ganar el segundo trofeo europeo tras un arranque dubitativo en la campaña 2011-12 y la sustitución de Gregorio Manzano en el banquillo por el argentino Diego Simeone.
La Liga Europa, la Copa del Rey ganada en el Santiago Bernabéu y la Liga sellada en el Camp Nou; además de dos finales de Liga de Campeones son los éxitos que encadena el conjunto de Simeone, que goza de grandes delanteros como el colombiano Radamel Falcao o el hispanobrasileño Diego Costa; y de no menos increíbles guardametas, como el belga Thibaut Courtois o el esloveno Jan Oblak.
Junto a ellos se produce un nuevo florecimiento de la cantera, con el asentamiento de futbolistas como Gabi Fernández, Koke Resurrección, Mario Suárez o el más reciente Saúl Ñíguez; el asentamiento del uruguayo Diego Godín, el brasileño Filipe Luis o el descubrimiento de Juanfran Torres como lateral derecho.
El regreso del añorado 'Niño' Torres en el mercado navideño del curso 2014-15, al que recibieron miles de personas en el Calderón, la maduración del francés Antoine Griezmann como delantero goleador y la última final de Liga de Campeones en Milán, con el infausto recuerdo de los penaltis pero grandes eliminatorias ante el Barcelona y el Bayern Múnich son los últimos hitos de una historia del Atlético en el Manzanares que se apagará esta temporada, la de su 50 aniversario, en busca de un nuevo hogar en 'La Peineta'.
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