“Yo he tenido la felicidad de jugar en mi época con grandísimos jugadores, posiblemente mejores que Cristiano y Messi”, la frase, que es de Figo, chirrió en muchas partes. No solo porque muchos no la crean cierta, también porque el luso no se dedicaba a encumbrar a su compatriota, algo que parece casi obligado en estos tiempos dirigidos por Mendes, que cree que el mundo no ha visto un deportista más grande que su pupilo.
En Portugal pusieron la lupa sobre el tema, Figo y Cristiano no tiene una gran relación, más bien al contrario. Los recelos son mutuos y vienen de lejos. Es más, el exjugador ni siquiera tenía un gran trato con Mendes, omnipresente agente en su país. Entre otras cosas porque él era de Veiga, el hombre con el que competía el superagente en el mercado luso.
El tiempo, o más bien las circunstancias, lo cura todo. Figo quiere ser presidente de la FIFA y sabe que no podrá serlo sin el apoyo del lobby portugués, que en el fútbol actual tiene su importancia. Su empresa, muy complicada por la preponderancia de Blatter en el organismo, necesita de todos los esfuerzos. Por eso no sorprende que ayer, cuando la tormenta está enfocada en Cristiano, el exmadridista saliese en su defensa. “Quien dude de la pasión de Ronaldo por el Madrid y su profesionalismo, desconoce por completo su historia y carácter”, comentaba el candidato Figo en Twitter. Un elogio para tapar el desliz anterior, tender la mano para tener al clan de Mendes en su equipo. Figo está en campaña.
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